miércoles, 12 de octubre de 2011

Arte barroco colombiano-Historia del arte2-Andrea Lita.H

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA EQUINOCCIAL
HISTORIA DEL ARTE II
ARTE BARROCO COLOMBIANO
ANTECEDENTES HISTORICOS
La evolución del arte barroco, en todas sus formas, debe estudiarse dentro de su contexto histórico. Desde el siglo XVI el conocimiento humano del mundo se amplió constantemente, y muchos descubrimientos científicos influyeron en el arte; las investigaciones que Galileo realizó sobre los planetas justifican la precisión astronómica que presentan muchas pinturas de la época. Hacia 1530, el astrónomo polaco Copérnico maduró su teoría sobre el movimiento de los planetas alrededor del Sol, y no de la Tierra como hasta entonces se creía; su obra, publicada en 1543, no fue completamente aceptada hasta después de 1600. La demostración de que la Tierra no era el centro del Universo coincide, en el arte, con el triunfo de la pintura de género paisajístico, desprovista de figuras humanas. El activo comercio y colonización de América y otras zonas geográficas por parte de los países europeos fomentó la descripción de numerosos lugares y culturas exóticas, desconocidos hasta ese momento.
La religión determinó muchas de las características del arte barroco. La Iglesia católica se convirtió en uno de los mecenas más influyentes, y la Contrarreforma, lanzada a combatir la difusión del protestantismo, contribuyó a la formación de un arte emocional, exaltado, dramático y naturalista, con un claro sentido de propagación de la fe. La austeridad propugnada por el protestantismo en lugares como Holanda y el norte de Alemania explican la sencillez arquitectónica que caracteriza a esas regiones.
Los acontecimientos políticos también tuvieron influencia en el mundo del arte. Las monarquías absolutas de Francia y España promocionaron la creación de obras que, con su grandiosidad y esplendor, reflejaran la majestad de Luis XIV y de la casa de Austria, en especial de Felipe III y Felipe IV.
Características del arte barroco
Entre las características generales del arte barroco están su sentido del movimiento, la energía y la tensión. Fuertes contrastes de luces y sombras realzan los efectos escenográficos de muchos cuadros, esculturas y obras arquitectónicas. Una intensa espiritualidad aparece con frecuencia en las escenas de éxtasis, martirios y apariciones milagrosas. La insinuación de enormes espacios es frecuente en la pintura y escultura barrocas; tanto en el renacimiento como en el barroco, los pintores pretendieron siempre en sus obras la representación correcta del espacio y la perspectiva. El naturalismo es otra característica esencial del arte barroco; las figuras no se representan en los cuadros como simples estereotipos sino de manera individualizada, con su personalidad propia. Los artistas buscaban la representación de los sentimientos interiores, las pasiones y los temperamentos, magníficamente reflejados en los rostros de sus personajes. La intensidad e inmediatez, el individualismo y el detalle del arte barroco —manifestado en las representaciones realistas de la piel y las ropas— hicieron de él uno de los estilos más arraigados del arte occidental.
ARQUITECTURA
Principales características:
 • Es quizás donde mejor se puede definir el Barroco.
- Cambio radical.
• Predominio de la línea curva, retorcida a veces.
• Riqueza de colorido:
- Entrantes y salientes
- Claroscuro
• Ruptura de estructuras: frontones.
• Gran abundancia de la columna:
- Sustentante
- Ornamental
- Nueva columna: salomónica (fuste retorcido).
• Materiales:
- Generalmente piedra.
- Mármol en las columnas.
• Los elementos constructivos están subordinados a los ornamentales.
- También a los efectos lumínicos tanto exteriores como interiores.
• Gran interés por el urbanismo.
• Arcos muy variados.
- Sobre todo el de medio punto.
• Abundancia de nichos, hornacinas...
- Espacios decorativos.
- Muchos ventanales con forma ovoide (oculi) enmarcados.
• Planta:
- También hay plantas elípticas, circulares...
• Gran desarrollo de la arquitectura civil.
- Interés por los espacios
Arquitectura colonial.
La vivienda colonial se basa en la antigua vivienda romana. La planta es rectangular con habitaciones y demás dependencias distribuidas alrededor de un patio central, una entrada con zaguán, de amplia y alta puerta. El patio central con jardines, algunas con fuentes, estaba rodeado por un pórtico con columnas de futres cilíndricos. Las fachadas con salientes cornisas y largos muros, en el cual se destacan las ventanas con repisa volada. Amplio portón de dos hojas de madera claveteada. A ambos lados de la puerta dos columnas decorativas adosadas al muro con capitel toscano.
Las ventanas con rejas de hierro forjado o, madera torneada, presentan postigo de madera o celosías y una repisa volada que sobresale del muro. La techumbre fue siempre de pares y nudillos decorativos con estuco.
Nuevos Aspectos del Arte Neogranadino
El legado arquitectónico payanés no es muy antiguo, ya que ha sido castigado duramente por los sismos.
Debido a la estampa colonial de Popayán es barroca y neoclásica, al menos en sus edificios cardinales. Si duramente el siglo XVII estuvo presente el carácter del medio geográfico neogranadino, esa tendencia continua ahora en soportes tan característicos como los de la colección Mary Eder y en la canéfora extraordinaria del público de San Francisco de Popayán, que parece defender de un modelo iconográfico de ascendencia prehispánica.
La nueva Granada, tan  atemperada en sus gustos barrocos, produjo a fines del siglo XVIII una revolución estilística, cuyo autor parece ser la figura poco conocida del entallador Pedro Caballera, a quien se atribuyen los retablos de la iglesia bogotana de la orden tercera.
LA CATEDRAL DE SANTA MARTA.- Poco se puede decir de la actividad catedralicia dentro del barroco dieciochesco. Fue construida en la segunda mitad del siglo, bajo la dirección del arquitecto español Antonio Merchante. Es iglesia de tres naves, con crucero tan ancho como la nave central y presbiterio de planta semicircular. Sobre el crucero se alza una cúpula con tambor y linterna. Tampoco en la fachada se siguieron los diseños de Chacón, basta compararlos  con lo realizado para ver como la influencia neoclásica tuvo su parte, aunque las torres todavía se remataron con chapiteles bulbosos de acuerdo con los planos originales.
LA TRADICION JESUITICA.- Presenta nave central y capillas laterales, cubiertas con bóvedas de  medio cañón, aunque a central con adición de lunetos; el crucero se realza con hermosa cúpula dotada de linterna. El apilastrado jónico de la nave central tiene los capiteles decorados con un festón enguirnaldado. Entre los pilares del crucero hay unos espacios achaflanados, abiertos con hornacinas, rematadas por cornisas mixtilíneas. Las típicas tribunas laterales se han resuelto aquí con arcos de medio punto frenteados por una balaustrada, y colocados a la altura del entablamento.
Al interior hay que destacar la solución técnica de la sacristía baja, que recibe cuatro arcos que sostienen el pavimento de la sacristía una pieza de gran interés estilístico por su acentuado barroquismo: el lavamanos, digno hermano dela portada de las sacristías hay unas molduras que recuerdan un sencillo sarcófago  renacentista. El arquitecto jesuita Schenherr trajo el marco del barroco payanés una variante muy original, que respondía a su formación europea: frente al amor a la planitud, que fue  constante del barroco neogranadino, el uso del manifiesto en la portada de la iglesia de la Compañía cierta idea de movimiento, patente en el deseo de encajar la portada bajo un gran arco abocinado, cual si se tratara de la hornacina central de un retablo; las pilastras que flanquean la puerta se hallan colocadas, cosa inaudita, según ejes divergentes. Las torres contribuyen a acentuar en la fachada las proporciones  cuadradas del conjunto; la única nota barroca aparece tímidamente en el resalte del cuerpo central, que trata de dar cierta idea de movimiento.
ARQUITECTURA CONVENTUAL.-La neta arquitectura monástica ha ido perdiendo sus características propias y son pocos los edificios en el siglo XVIII que mantengan las características que les dieron personalidad.
La iglesia de Santo Domingo de Popayán es un monumento significativo, el barroquismo de esta obra se señala tímidamente en el movimiento de la parte central de la fachada y no es en las gradas del presbiterio, que son un aditamento del siglo XIX; también el claustro del convento muestra su barroquismo al disponer los pies de madera en ángulo. Las columnas de la portada son arcaizantes.
La iglesia San Francisco de Popayán también es un ejemplo claro de barroco, pero esta tiene ciertos rasgos de rococó, el diseño mediante puras formas geométricas era lo fundamental, por ello esta obra es producto del barroco tardío. Los empujes de la nave central son contrarrestados por contrafuertes de perfil barroco, apoyados en los muros de separación de las capillas. Los camarines octogonales de la cabecera casi constituyen cuerpos independientes, y están cubiertos con cúpula.
PALACIO DE LA INQUISICION.- Consideración aislada merece esta mansión, cuya fachada presenta rejas de madera en la parte baja y balcones corridos en la alta, según característica de las mansiones coloniales de Cartagena. Lo más característico es la portada, la más hermosa del barroco colombiano por la libertad de sus elementos formales. El frotón curvo y abierto nos recuerda  los de las portadas barrocas de Lima, y el grueso moldurón mixtilíneo que la enmarca, los de las portadas madrileñas de principios del siglo XVIII. En la venera del remate se halla la fecha de 1770, la misma que reza en la tribuna del balcón interior que hay  en el descansillo de la escalera. 
ARQUITECTURA POPULAR EN MOMPOX.- Un ejemplo muy claro está en la fachada de la iglesia de San Francisco, el balcón corrido del segundo cuerpo muestra su barroquismo al disponer los pies en ángulo y al colocar balaustres de tipo salomónico en el antepecho; nuevos rasgos de barroquismo se advierten en el tercer cuerpo al encuadrar los óculos con molduras de tipo mixtilíneo. El campanario presenta grandes columnas de fuste estriado con capitel de grandes pencas, como el de las columnas inferiores y el ábaco casi esférico. Finamente el remate de la torre forma una cúpula semiesférica muy rebajada.  
ARQUITECTURA POPULAR EN EL VALLE DEL CAUCA.- En el siglo XVIII esta zona fue eminentemente rural, con vida económica lánguida, ello motivó que el arte se desarrollara con sencillez y autenticidad, recurriendo a las posibilidades que ofrecía el ambiente, al menos a lo que se refiere a la arquitectura; las demás artes apenas tuvieron vida propia formando lo que se ha llamado “arte aluvión”. El mayor legado del Valle del Cauca a la cultura barroca neogranadina quizá sea su arquitectura, original y sencilla, de sentimiento criollo. El hecho de que esta arquitectura de esta zona tenga una personalidad se patentiza en la dificultad de analizarla con espíritu academicista: es difícil clasificarla concretamente en un estilo. Formado con materiales como el ladrillo y madera.
Un ejemplo de esta clase de arquitectura es la iglesia matriz de San Francisco, el remate de la torre es semiesférico, revestido de azulejos de color verde y azul, con unos pilotes de cerámica en las esquinas. 
En la iglesia de San Pedro se han buscado los contrastes cromáticos de acuerdo con el gusto pictórico del barroco, esto significa el ladrillo y la piedra gris junto al blanco del parlamento mural.
Como en Buga y Guacarí, se ha usado el ladrillo colgado en gran escala, formando pilastras, columnas, cornisas y estilizaciones de flores, y se ha sacado a los materiales sus posibilidades cromáticas. También merece atención el trabajo en madera de los balcones y de los pies de los patios.
POPAYÁN COMO SUCURSAL DE QUITO.- Sebastián Usinia, las primeras  obras serían los retablos del crucero de la iglesia de la Compañía en Popayán, son obras del tamaño mediano con una solo hornacina, las columnas salomónicas (emparentadas con las quiteñas) con fila de hojas en el imoscapo la venera yel festón que decora el intrado de los arcos, el motivo de las piñas a manera de pinjantes, y un tabernáculo con triple arco semejante puede verse en el cuerpo superior del retablo de la iglesia del Carmen Moderno. El retablo más logrado dentro de este modelo es el de la Coronación, en la iglesia de San Francisco, que repite el triple arco, las piñas pinjantes y las columnas berninescas.
Casi todos los retablos que decoran los muros de la iglesia payanesa de la Encarnación responden a la aparición de columnas monstruosas, y envés decolumnas salomónicas, pilastrillas vegetales de vigorosa traza. Su barroquismo es más acentuado. El retablo mayor es el más logrado entre los grandes retablos barrocos de la ciudad, y el tipo de columna tripartita. Las columnas del Padre Pozo son volutas de curvas entrantes y salientes.
El rapto de San Ignacio; es un conjunto de figuras de bruñida morbidez y arrebatado dinamismo, como señaló Alberto Acuña; en primer término está el santo en éxtasis apoyando la cabeza sobre el regazo de un ángel, hay un rompimiento de gloria y bellas  perspectivas que resalta la policromía. La obra no puede ser más significativa de lo que fue un  barroco final con los movimientos contorsionados y ropajes flotantes así como los gestos rayando en lo patético. Al centro del retablo aparece un ángel vestido de guerrero, que lleva en el pecho un anagrama de la Compañía de Jesús, en la mano derecha la Biblia abierta, mientras que con la mano izquierda empuñó el arma que alude el texto. A sus pies esta la Tierra dividida en dos hemisferios.
Tanto la presentación teatral como por la idea, esta capilla del rapto esla expresión más alta del barroco en Colombia.
LA PINTURA
La pintura barroca se aleja del elitismo manierista en busca de una expresión más didáctica. El pintor barroco plasma la realidad tal y como la vez, con sus límites imprecisos, sus formas que salen y entran, los objetos de primer plano intrascendente, los escorzos y las posturas violentas, y las composiciones diagonales que dan a la obra gran dinamismo.
Se acude a los temas religiosos, escenas de santos, mitológicos, el retrato, tanto el individual como el de grupo, y surge como tema nuevo el bodegón.
No se entiende la pintura barroca sin hacer referencia a dos estéticas diferentes: el tenebrismo y el eclecticismo. El tenebrismo consiste en el choque violento de la luz contra la sombra. El fondo queda en penumbra, o desaparece, mientras que la escena queda en primer plano. El eclecticismo trata de salvar el gusto clásico dentro de la nueva norma. Se trata de una estética decorativa efectista y teatral.
Principales características:
Momento de gran esplendor en la pintura.
• Grandes diferencias entre los autores.
• Características comunes:
- Búsqueda de naturalismo.
- Importancia de la luz.
- Predominio de la pintura sobre el dibujo.
- Preocupación por el movimiento.
- Proliferación de detalles.
- Importancia de fondos > perspectiva con primeros planos.
• Cuando se trata de hacer propaganda del catolicismo, hay grandes exageraciones.
• Nuevo género > bodegones.
La pintura mural tuvo poco brillo en la Nueva Granada, a diferencia de otras colonias españolas en América. Son relativamente pocos los ejemplos de muralística del período colonial en Colombia, destacándose algunas iglesias y viviendas de los principales, como la Casa del fundador de Tunja.
Gregorio Arce de Vásquez Zevallos
Los Figueroa
Pedro José Figueroa
El arte pictórico acusara un descanso notable con respecto al siglo precedente, o mejor, una regresión como apunto Giraldo Jaramillo; se reiteran los manidos cánones y no hay originalidad.  
ESCULTURA:
La escultura barroca es heredera directa del Manierismo. Los temas tienden a ser más profanos, mitológicos, en donde el desnudo adquiere particular importancia. Además la escultura se vuelve urbana, aparecen en las calles, plazas y fuentes, integradas con la arquitectura.
La escultura barroca se caracteriza por su fuerza y monumentalidad, su movimiento compositivo, su dinamismo, proyectado hacia fuera, sus composiciones diagonales, su expresividad y su tratamiento de la ropa. Pero en Colombia no se desarrollo por completo, ya que hay información muy escasa sobre este tema.
Principales características:
• Búsqueda del movimiento.
- Llega al desequilibrio.
- Originalidad, osadía.
- Pliegues en los ropajes.
- No sólo acción física, también psíquica.
>Se recupera la tensión del Laocoonte.
• Material:
- Mármol.
No sólo blanco.
De color, veteado.
- También bronce.
• Temas sobre todo religiosos.
• Se supedita la escultura a la arquitectura













miércoles, 5 de octubre de 2011

Representantes y Autores del Renacimiento-Andrea Lita.H-2B

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA EQUINOCCIAL
HISTORIA DEL ARTE II
OBRAS DE REPRESENTANTES Y AUTORES DEL RENACIMIENTO
·         BRUNELLESCHI FILIPPO
Capilla Pazzi (1429-1461)
Antecedente Histórico y Análisis Compositivo:
A la Capilla Pazzi se accede desde el claustro de la basílica de la Santa Croce (Florencia) ya que se encuentra ubicada en el jardín de ésta. Encargada por la familia Pazzi en 1441 a Filippo Brunelleschi, fue su última obra.
Edificio de pequeñas dimensiones y con un pórtico cubierto por bóveda de planta circular que mediante el uso de pechinas crea una bóveda de paraguas, que se construyó como recinto funerario de los Pazzi. Brunelleschi emplea la medida de la proporción áurea (ya empleada anteriormente por los griegos en sus templos) en el diseño de su planta y fachada.

Planta rectangular con cúpula central y pórtico. Su fachada es un pórtico de cinco tramos entre seis columnas de orden compuesto, los cuatro extremos adintelados y el central en forma de arco de triunfo semicircular muy alto y de doble anchura, que se cubre por una bóveda de cañón. Sobre tal pórtico se alza un ático decorado con pilastras corintias y seccionado por el gran arco del centro, que se corona en una cornisa muy ornamentada. Combina el adintelado griego con el arco central de origen romano, serviría para suavizar la luz. Arriba sobresale la cúpula con su linterna. Esta organización del pórtico en el que combina felizmente la disposición adintelada con el arco central, supone una innovación que ha de ser modelo o fuente de inspiración para numerosos arquitectos.

Una capilla donde se coloca el altar, ornamentada con pilastras adosadas con acanaladuras y bóvedas de cañón con casetones.

El pórtico combina arco central con vanos adintelados (serliana) y frisos a base de tondos y estrigilos. El interior sirvió de modelo a Miguel Ángel para la sacristía Nueva de la basílica de San Lorenzo, iglesia reformada en 1421 por el mismo Brunelleschi a la que añadió su primera capilla, la Sacrestia Vecchia.
Biografía:
Filippo di Ser Brunellesco Lapi, Filippo Brunelleschi (1377 - 15 de abril de 1446) fue un arquitecto, escultor y orfebre renacentista italiano.
Es conocido, sobre todo, por su trabajo en la cúpula de la catedral de Florencia Il Duomo. Sus profundos conocimientos matemáticos y su entusiasmo por esta ciencia le facilitaron el camino en la arquitectura, además de llevarle al descubrimiento de la perspectiva cónica.
Fue contemporáneo de Leon Battista Alberti, Ghiberti, Donatello y Masaccio.
Su biografía viene descrita en el cuento de Giorgio Vasari: Vida de los mejores arquitectos, pintores y escultores italianos (Vite de' più eccellenti architetti, pittori, et scultori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri — 1542–1550).
Su primera gran obra fue teórica, al ser el primero que formula las leyes de la perspectiva cónica, un sistema de representación gráfico basado en la proyección de un volumen sobre un plano auxiliándose en rectas proyectantes. Fue un elemento clave de la pintura renacentista, pues es la representación que más se aproxima a la visión real, al ser muy similar a la imagen que percibimos de los objetos.
Decidido a ganarse la vida como escultor, participó en un concurso que consistía en realizar los bajorrelieves de las puertas del Baptisterio de Florencia, en 1401, en los que se tenía que representar el sacrificio de Isaac dentro de un marco poli lobulado; tenía que aparecer Abraham, Isaac, un ángel, dos sirvientes con un asno, leña y un cordero o una oveja. Quedó en segundo lugar, por no ceñirse a las bases y hacer un altar que parece estar llevado por el asno, además, el rostro de Abrahám aparecía con expresión irritada; este hecho hizo que se inclinase por la arquitectura en exclusiva.
Filippo Brunelleschi fue el iniciador de la arquitectura de estilo renacentista, caracterizado por ser un momento de ruptura con respecto al estilo precedente: la Arquitectura gótica, buscando su inspiración en una interpretación del Arte clásico, que se consideraba el modelo más perfecto de las Bellas Artes.
Análisis sensorial de la obra:
Es una obra en la que Brunelleschi aplicó la proporción aurea, llena de detalles que sobresalen, más que todo en su interior, las cúpulas las cuales le dan esa característica y llaman la atención.
Obra que sirvió de inspiración a otros artistas y que hasta ahora sobresale e impacta.
Las características de su construcción así como la aparente distribución de los espacios, y su color y  textura inspiran una clara reminiscencia del renacimiento.
·         Rafael Alberti
Marinero en tierra
Antecedente Histórico y Análisis Compositivo:
Marinero en tierra es el título de un libro de poemas de Rafael Alberti publicado en 1925 y que obtuvo el Premio Nacional de Poesía. La obra la escribió durante su estancia en la localidad segoviana de San Rafael debido al tratamiento para mejorar una dolencia que sufría en el pulmón derecho con ayuda del clima tan puro de la sierra. Pertenece a la primera etapa de la producción de Alberti, caracterizada por el popularismo, es decir, la adopción de formas populares, en especial las del cancionero tradicional. La temática y el tono general de la obra son de nostalgia, producida en el poeta por el recuerdo de su tierra natal, lejana durante el proceso de escritura de la obra. Marinero en tierra es probablemente una de las obras más difundidas y estudiadas de Alberti.
Biografía del Artista:
Rafael Alberti nació en una familia de origen italiano que se dedicaba al negocio del vino en Cádiz. Tuvo una infancia despreocupada y libre de tutela hasta que es ingresado en el colegio de jesuitas San Luis Gonzaga del Puerto donde recibió una educación estricta y tradicional.
La atmósfera asfixiante y la disciplina chocaban con el espíritu del joven que empezó a obtener malos resultados académicos, siendo expulsado en 1916 por mala conducta. No superó el cuarto año de bachillerato.
En 1917 se traslada a Madrid con su familia. Rafael decide seguir su vocación de pintor demostrando gran capacidad estética para captar el vanguardismo de la época. Consigue exponer en el Salón de Otoño y en Ateneo de Madrid.

En 1920 muere su padre. Ante el cuerpo yaciente de su progenitor Rafael escribe sus primeros versos. Nace el Alberti poeta. Una afección pulmonar le obliga a desplazarse a la localidad segoviana de San Rafael, en la sierra de Guadarrama. En el retiro comienza a trabajar los versos que luego formarían "Marinero en tierra".
Restablecido regresa a Madrid donde empieza a frecuentar la Residencia de Estudiantes y se rodea de otros poetas. Conoce a Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego y otros jóvenes autores que van a constituir el más brillante grupo poético del siglo XX.
En 1925 recibe el Premio Nacional de Poesía por "Marinero en Tierra" convirtiéndose en una figura preeminente de la lírica española.
En 1927, con ocasión del tricentenario de la muerte de Luis de Góngora, aquel grupo de poetas decide rendir un homenaje en el Ateneo de Sevilla al maestro del barroco español. Aquel acto supuso la consolidación de la llamada Generación del 27, protagonista de la edad de plata de la poesía española.
En los años siguientes Alberti sufre una crisis existencial debida a su delicada salud, sus penurias económicas y la pérdida de la fe. La evolución de su conflicto interior se manifiesta en su poesía de estos años. Prueba de fuego de la que renacerá con nuevas convicciones e ideales. Nace el Alberti comprometido con la política, en plena dictadura del general Primo de Rivera. Participa en revueltas estudiantiles, apoya el advenimiento de la Segunda República Española y se afilia al Partido Comunista. Para él, la poesía se convierte en un arma necesaria para sacudir conciencias, una forma de cambiar el mundo.
En 1930 conoce a María Teresa León con la que funda la revista revolucionaria "Octubre". Viaja a la Unión Soviética donde asiste a una reunión de escritores antifascistas.
En 1936 estalla la Guerra Civil. Durante este periodo Alberti fue miembro de la Alianza de Intelectuales Antifascistas junto con otros autores como María Zambrano, Ramón Gómez de la Serna, Miguel Hernández, José Bergamín, Rosa Chacel, Luis Buñuel, Luis Cernuda, Pedro Garfias, Juan Chabás, Manuel Altolaguirre entre otros. En su actividad, además de la propiamente cultural, se hicieron manifiestos, charlas y llamamientos contra el ascenso del fascismo que representaba el Ejército sublevado de Franco, así como la realización de boletines y publicaciones entre las que destacó El Mono Azul. Rafael Alberti colabora en salvar los cuadros del Museo del Prado de los bombardeos, acoge a intelectuales de todo el mundo que apoyaban a la República y llama a la resistencia del Madrid asediado recitando versos que se difunden hasta los frentes de batalla.
Tras la derrota republicana, Alberti y María Teresa León se ven obligados a exiliarse. Se trasladan a París hasta que el gobierno de Pétain les retira el permiso de trabajo por ser considerados comunistas peligrosos. En 1940 y ante la amenaza alemana, se embarcan en Marsella a bordo del "Mendoza" rumbo a Buenos Aires donde llegaron el 2 de marzo de 1940. Vivirán en Buenos Aires y en la estancia El Totoral de Córdoba. En Argentina nace su hija Aitana En Chile serán acompañados por Pablo Neruda.
A partir de entonces Rafael Alberti vive un largo exilio que le llevará a Buenos Aires, Punta del Este y Roma. No regresa a España hasta 1977, después de la muerte del dictador Franco. Ese año es elegido como diputado al Congreso en las listas del Partido Comunista, pero no tarda en renunciar al escaño porque lo que desea es estar en contacto con el pueblo.
A partir de entonces asiste a recitales, conferencias y homenajes multitudinarios. No consiguió sillón en la Academia, pero obtuvo Alberti el mayor reconocimiento literario, el Cervantes, que se adjudicó en 1983. Antes había sido distinguido con galardones internacionales como el Lenin de la Paz (1965) y el premio Roma de Literatura (1991), además del Nacional de Teatro (1980). Renunció al otro gran galardón de las letras españolas, el Príncipe de Asturias, debido a sus fuertes convicciones republicanas.
El 28 de octubre de 1999 murió en su casa de El Puerto de Santa María, en su pueblo natal. Sus cenizas fueron esparcidas en el mismo mar de su infancia, aquel que cantó en su obra "Marinero en Tierra".
Análisis Sensorial de la obra:
Cabe distinguir cinco momentos en la lírica albertiana: neopopularismo, gongorismo, surrealismo, poesía política y poesía de la nostalgia.
El primer ciclo de su poesía está constituido por Marinero en tierra, donde expresa su nostalgia por no poder disfrutar del mar de su tierra natal. En La amante (1926) refleja sus impresiones por distintos puntos de Castilla (Santo Domingo de Silos, Aranda de Duero, la Ribera del Duero, Burgos...) donde viajó con su hermano, representante de vinos y sus derivados. A esta obra le siguió El alba del alhelí (1927). El poeta se sitúa en la tradición de los Cancioneros, pero desde la posición de un poeta de vanguardia.
Rafael Alberti 1978.En un segundo momento, una nueva tradición sucederá a la cancioneril: la de Góngora. El resultado es Cal y canto (1929, pero escrito entre 1926 y 1927). El gongorismo está en la profunda transfiguración estilística a que se someten los temas. En este libro aparecen unos tonos sombríos que anticipan a Sobre los ángeles (1929, pero escrito entre 1927 y 1928).
Santiago Carrillo (1915- ) - Rafael Alberti (1902-1999).Sobre los ángeles —que abre la tercera etapa; esto es, la surrealista— nace como consecuencia de una grave crisis personal y en el marco de la crisis estética general común entonces a todo el arte de Occidente. El clasicismo anterior salta deshecho y, aunque todavía el poeta recurra a formas métricas tradicionales, el versolibrismo irrumpe triunfante. Las características de este poemario son:
1. Densidad de las imágenes,
2. Violencia del verso,
3. Creación de un mundo onírico e infernal.
La identificación de conducta privada y pública, que puede ser considerada un rasgo definidor del surrealismo, se traduce en Alberti en una toma de posición ideológica cercana al comunismo, que lo conduce al ámbito de la poesía política, cuya primera manifestación es la elegía cívica Con los zapatos puestos tengo que morir (1930).
Obra que marco la apoca del renacimiento y recibió el premio nacional de literatura.
·         Donato Bramante:
La obra del arquitecto italiano Donato Bramante, conocido principalmente por ser el primer diseñador del plan de la basílica de San Pedro del Vaticano, se sitúa a caballo entre el Quattrocento y el Cinquecento. Sin embargo, la plenitud de la misma se producirá una vez que abandone por completo la tendencia decorativa quattrocentista y se detenga en la plasticidad de la masa, la ordenación del espacio y el contraste de volúmenes.
Bramante va a desarrollar en arquitectura la aplicación de leyes teóricas mediante las cuales la ilusión de perspectiva se convertirá en una "realidad" en sus edificios, consiguiendo conjuntos que anteceden al Barroco posterior.
Biografía de Bramante
Donato Bramante nace en 1444 en la actual localidad de Fermignano, enclave cercano a Urbino, ciudad donde se habría formado en el taller del arquitecto Luciano Laurana. Sin embargo, inicialmente, su aprendizaje podría haber tenido lugar dentro del ámbito del dibujo y la pintura (tal y como aseguran tratadistas de la talla de Vasari y Serlio), adjudicándosele incluso la autoría de los frescos de la fachada del Palacio del Podestà en Bérgamo (así como algunas otras obras correspondientes con su etapa milanesa).

A finales del siglo XV se le puede encontrar en Milán (al servicio de Ludovico Sforza, el cual actuará como mecenas de Bramante durante el tiempo que permanezca en la Lombardía), donde llevará a cabo proyectos arquitectónicos como la iglesia de Santa María presso San Sátiro y Santa María della Grazie, en las cuales queda patente su interés, ya desde comienzos de su trayectoria, por el espacio y la perspectiva, además de que constituyen buena muestra de la elegancia y la energía que sus edificaciones destilarán.
Antes del año de 1500, Bramante se traslada a Roma, descubriendo fascinado las maravillas de la Antigüedad que la ciudad guardaba, al estudio de las cuales se entregará con un enérgico entusiasmo. Bramante dará un paso más a la hora de "imitar" a los clásicos, superando la forma (en la que tanto habrían recabado los quattrocentistas) para detenerse en el fondo (composiciones estructurales y procedimientos constructivos serán el objeto de su atención, principalmente), llegando a superar con creces, perfeccionándolo, el estilo antiguo.
A pesar de que, como ya se ha apuntado con anterioridad, la obra más importante que se le encargará llevar a cabo en Roma va a ser el proyecto de la basílica de San Pedro, existen dos edificaciones previas romanas por él creadas que supondrán un ejemplo de evolución en esa línea comenzada en Milán y punto de partida del denominado estilo romano del Renacimiento (particularmente en el segundo caso): el claustro para la iglesia de Santa María de la Paz (1500) y el maravilloso templete de San Pietro in Montorio (1502).
Tal llega a ser su fama en Roma, que el papa Julio II le va a encargar la construcción de una monumental referencia para toda la cristiandad en el lugar en el cual se creía se hallaba el sepulcro del apóstol San Pedro, donde existía ya una antigua basílica paleocristiana de tiempos de Constantino.
Sin embargo, y debido a la temprana muerte de Bramante (acaecida en el año de 1514), tan sólo es posible hacerse una idea de cómo habría resultado dicho proyecto en origen, sin todas las partes suprimidas o añadidas por aquéllos que acometieron dicha empresa posteriormente, gracias a la existencia de una obra de Sangallo conservada en el Gabinete de Dibujos de los Uffizi y a algunas iglesias contemporáneas que, al parecer, habrían recogido en su concepción las ideas de Bramante.
Principales obras de Bramante
Se pueden diferenciar dos etapas principales en la producción de Bramante correspondientes a su estancia milanesa y romana, dentro de la primera de las cuales destacan los proyectos de la iglesia de Santa María presso San Sátiro y la iglesia de Santa María Della Grazie.
La iglesia de Santa María (cuyas obras ya estaban comenzadas cuando se hizo cargo del proyecto Bramante) presentaba un problema de difícil solución y es que el espacio para la construcción de uno de sus brazos era insuficiente; Bramante solventará dicho problema mediante la creación de un trompe l'oeil que procurará la ilusión óptica de perspectiva. De la segunda de sus creaciones milanesas recibirá encargo hacia fines del s.XV, hallándose ante la tesitura de conciliar de la manera más adecuada lo ya existente con lo que en esos momentos construya (finalmente se decantará por el empleo del mismo ritmo geométrico pero en clave gigante, consiguiendo un espacio unitario y regular).
Sin embargo, es el pequeño templo de San Pietro in Montorio en Roma, levantado por deseo de los Reyes Católicos hacia 1502 para conmemorar el lugar donde San Pedro habría sufrido martirio, su más famosa obra (de época romana existe una construcción anterior, el claustro de la iglesia de Santa María de la Paz, en la cual continúa con la depuración estilística iniciada en Milán, y las posteriores vaticanas inacabadas). Este templete es el considerado punto de partida del estilo romano renacentista y perfecto ejemplo de la asimilación y superación de la herencia clásica de la Antigüedad. Supone, además, una muestra perfecta de la arquitectura bramantesca por su sentido de la elegancia y monumentalidad (aunque es un templo de pequeñas dimensiones), su estructura clásica y ordenada, el empleo de una planta centralizada y el austero exterior desprovisto de artificio alguno.
La obra de Bramante se convertirá en un referente de la arquitectura humanística a la consecución de la cual se habría aspirado durante todo el Renacimiento, fruto tanto de su ingenio innato como del estudio de tratados, obras y procedimientos al cual se dedicó con verdadero ahínco a lo largo de su vida.
·         Andrea Palladio:
Villa Godi
Es uno de los primeros proyectos de A. Palladio, el primero documentado con seguridad, en cuanto que viene documentado en el tratado del propio arquitecto Los cuatro libros de arquitectura. La obra fue encargada por los hermanos Girolamo, Pietro y Marcantonio Godi, se comenzó en 1537 y acabó en 1542, con modificaciones posteriores de la entrada trasera y los jardines.
Con toda probabilidad no se trató de un encargo autónomo, sino más bien de una obra obtenida en el taller de Gerolamo Pittoni y Giacomo da Porlezza, en el cual el joven Andrea tenía el papel de especialista de arquitectura. En realidad, las labores de reforma de la propiedad de la familia comenzaron ya en 1533 por voluntad del padre Enrico Antonio Godi, con la construcción de una barchessa dórica en el patio de la izquierda.
Villa Godi marca la etapa inicial del intento de construir una nueva tipología de casa de campo, en la que es evidente la voluntad de entretejer temas derivados de la tradición constructiva local con los nuevos conocimientos que Palladio estaba adquiriendo poco a poco gracias a la ayuda de Giangiorgio Trissino.
La villa y los amplios jardines están abiertos al público por la tarde, a lo largo de todo el año. El edificio también alberga un museo de arqueología en el sótano, con cientos de fósiles de plantas y animales de la región. Su gran parque fue planeado en el siglo XIX y se usó como localización de la película Senso.
Biografía:
Nace el 30 de noviembre de 1508 en Padua. Comienza su formación como aprendiz a la edad de trece años en el taller del arquitecto y maestro cantero Bartolomeo Cavazza da Sossano. En 1524 pasa a Vicenza donde es admitido en el taller de Giovanni di Giacomo da Porlezza, en Pedemuro. En 1534 alcanza el cargo de oficial en dicho taller.
A principios de 1538 conoce al conde Giangiorgio Trissino, intelectual reconocido de la época, a través del cual Palladio se relaciona con los más notables personajes de la ciudad y gracias a quien puede completar su formación.
El 26 de agosto de 1540 recibe el título de Arquitecto. El seudónimo de Palladio se debe a su mentor Trissino, quien lo bautiza de esta manera en 1545, como una derivación de Palas Atenea, la diosa griega protectora de las artes. Entre 1546 y 1547, paralelamente a su estadía en Roma, estudia en Tívoli, Palestrina y Albano.
Sólo a partir de sus cuarenta años se le conoce a Palladio actividad como arquitecto propiamente dicho. Durante esos años realiza varias villas señoriales en Vicenza y se adjudica el palacio Thiene. En 1549 es nombrado arquitecto mayor de la Basílica (el Palazzo della Ragione de la ciudad) y toma a su cargo la realización de las logias. A la muerte de Trissino, y bajo el alero de un nuevo mentor, el veneciano Daniele Barbaro, Palladio extiende su práctica a la ciudad de los canales.
En Venecia, Palladio se dedica principalmente a la arquitectura religiosa, mientras que por todo el valle del Véneto aparecen las lujosas residencias para aristócratas vicentinos y venecianos que lo han hecho célebre.
En 1554 publica L'Antichità di Roma basado en sus viajes a la ciudad eterna en 1541 y en 1545. En 1570, como fruto de un estudio profundo de las ruinas y de los tratados del humanista León Battista Alberti y del romano Vitrubio, publica en Venecia su famoso tratado I Quattro Libri dell'Architettura (Los Cuatro Libros de la Arquitectura), un tratado muy influyente que logró codificar el vocabulario de la nueva arquitectura clásica internacional.
En 1556 funda en Vicenza la Academia Olímpica. En 1566 es admitido como miembro de la Academia del Diseño en Florencia. En 1570 ocupa el cargo de arquitecto consejero de Venecia, sucediendo a Jacopo Sansovino (1486-1570). Sus últimas obras son el Teatro Olímpico y la capilla para la familia Babaro, en Máser (Treviso).
Andrea Palladio muere en Vicenza el 19 de agosto de 1580, a la edad de 71 años.
Análisis Sensorial:
Es posible apreciar el uso de los detalles de la arquitectura y se componen formando un todo armónico y por ende una edificación idea, la fachada es simple pero llena de elegancia y confort.
Análisis Compositivo:
El edificio es sorprendente porque en él falta la ornamentación que habitualmente se asocia con la obra de madurez de Palladio, faltando igualmente el preciosismo decorativo típico de la tradición quattrocentesca, y por las proporciones refinadas y simétricas de la fachada y la aglomeración de masas de la estructura. El plano está organizado con dos apartamentos a cada lado del eje central con una logia de entrada retranqueada y el salón principal. El plano publicado en Los cuatro libros de arquitectura indica que se pretendía que fuera un extenso complejo de edificios de granja.
Este trabajo preliminar de Palladio aún muestra características de la arquitectura de su época. No parece aún haberse inspirado en una unidad armónica de paisaje y arquitectura. El edificio es un bloque macizo que consiste en tres partes separadas. Las zonas figurativas y habitadas están claramente separadas entre sí y no presentan una apariencia unificada. El tramo de escaleras está flanqueado por balaustradas y, en su anchura, se corresponde con la arcada media de la galería.
Frescos
Salón en el centro de Villa Godi.El interior fue decorado con frescos inicialmente obra de Gualtiero Padovano, y más tarde por Giovanni Battista Zelotti y Battista del Moro en cuya «Sala de las Musas» se ven cariátides dentro de una composición de musas y poetas en paisajes arcádicos. Ruinas de un templo griego forman también el telón de fondo para la representación de los dioses olímpicos. Esto se ve seguido por símbolos de paz y justicia, un tema común en las villas venecianas después de la Guerra de la Liga de Cambrai y el deseo de una nueva Pax Veneziana o gran paz dentro de la República de Venecia.
·         Masaccio:
La figura del quattrocentista Tommaso di Ser Giovanni di Mone Cassai, más conocido como Masaccio, es especialmente importante dentro del arte pictórico italiano de comienzos del s.XV dado que será él quien desarrolle (en dicho campo y a partir de los conocimientos compartidos por Brunelleschi) la perspectiva, creando escenas donde el espacio será real, "aéreo". Además, sus obras, de rotundas imágenes impregnadas de un fuerte sentido volumétrico y naturalista, prefiguran la evolución que culminarán pintores posteriores, sentando las bases para que este cambio sea posible.
Biografía de Masaccio
Poco es lo que se conoce de la vida de Masaccio, en parte debido a la escasez de documentos relativos a su vida y obra, en parte al hecho de que la primera fue especialmente corta (aunque muy productiva para la historia del arte), muriendo antes de cumplir la edad de veintisiete años.
Nacido en la actual localidad de San Giovanni Valdarno en 1401, se desconoce cuál pudo ser la trayectoria del artista antes de su traslado en 1417 a la ciudad de Florencia aunque se ha valorado la hipótesis de una formación de carácter local. Huérfano de padre a los cinco años de edad (en este año de 1406 nacerá también su hermano, el pintor más tarde conocido como el Scheggia) su madre se volverá a casar, trasladándose madre e hijos a Florencia una vez enviude ésta por segunda vez.
En dicha ciudad aparece Masaccio documentado en 1422 en el registro perteneciente al gremio de pintores y, aunque no se sabe cuál pudo ser su relación con el ámbito artístico florentino inicialmente (hoy día se descarta el aprendizaje bajo tutela de Masolino, debido a las diferencias estilísticas existentes entre ambos), sí es seguro que estableció una relación de amistad con figuras tan señaladas, y que tanto influirán en su pintura, como Brunelleschi y Donatello, a los cuales además retratará ya en sus primeras obras.
Es en esta fecha, asimismo, cuando aparece datado, mediante una inscripción, el Tríptico de la iglesia de San Juvenal de Cascia di Reggello, atribuido a Masaccio (habría sido su primer trabajo realizado en Florencia, probablemente por encargo de la familia Castellani)
Igualmente en este año se consagra la iglesia del Carmine florentina, acontecimiento que Masaccio se encargó de plasmar en un fresco ubicado a la entrada del claustro y que, debido a la remodelación posterior del edificio, hoy día no se conserva, aunque se sabe cuál debió ser su apariencia gracias a la existencia de unos dibujos del mismo y a la descripción que realizara Vasari en sus Vidas.
En Florencia, además, desarrollará encargos como los frescos para la capilla Brancacci de la iglesia del Carmine, en participación con Masolino, el cual habría recabado su colaboración para otros trabajos, como la tabla de Santa Ana, la Virgen con el Niño y ángeles para la iglesia de San Ambrosio (1424), así como una de sus más afamadas obras: el fresco de la Trinidad, realizado para la iglesia de Santa María Novella (1425-1427).
Sin embargo, es posible encontrar muestras de su genio igualmente en otras ciudades italianas, como Pisa, donde ejecutará en 1426 un Políptico para la iglesia del Carmine, hoy día desmembrado y repartido por varios museos europeos.
En 1428 se traslada a Roma (ciudad a la que supuestamente, y según testimonio de nuevo de Vasari, ya habría realizado con anterioridad un viaje para conocer el arte de los "antiguos") con la intención de colaborar con Masolino en la decoración de la capilla de San Juan, en la iglesia de Santa María la Mayor, sorprendiéndole una muerte prematura en dicha ciudad antes de finales de año.
Principales obras de Masaccio
Sin duda, se puede considerar el ciclo de frescos compuestos para decorar la capilla Brancacci en la iglesia del Carmine de Florencia como la obra más importante de Masaccio, quien trabajará en su ejecución a lo largo de varios periodos.
Inicialmente reclamado por Masolino en 1924 para que le ayudara en dicha labor, la marcha de éste en 1925 a Hungría pondrá fin a la colaboración, recogiendo Masaccio el testigo del encargo en solitario hasta fecha cercana a su muerte (terminando el trabajo Filippino Lippi posteriormente).
El programa iconográfico principal de la capilla está basado en la vida de San Pedro, aunque es posible encontrar igualmente escenas pertenecientes al Génesis, correspondiendo a la mano de Massaccio los episodios de la Expulsión de Adán y Eva del Paraíso, El bautismo de los neófitos, El Tributo y las arquitecturas en las cuales se enmarca la escena de la Resurrección de Tabita, en el cuerpo superior.
Además, en el inferior, habría realizado los episodios de San Pedro cura a los enfermos con su sombra y La distribución de los bienes y la muerte de Ananías, junto con parte de La resurrección del hijo de Teófilo y San Pedro en la cátedra.
Esta obra es especialmente importante puesto que se supera por completo en la misma cualquier rasgo del gótico previo, constituyendo un inmejorable ejemplo de la que vendrá a ser la pintura de la Modernidad. Para comenzar, la composición es extremadamente compleja, tanto en lo concerniente a las escenas individuales como al conjunto global de la decoración, estructurada en función de un punto de vista principal: el del observador.
Masaccio va a conocer y aplicar las reglas de la perspectiva científica, distribuyendo las escenas de un mismo episodio (que pueden ser varias a la vez) en función de un punto de fuga, dotándolas de esta manera de una unidad e interrelación narrativa que poco tenía que ver con obras anteriores.
Además, el tratamiento de la luz en las diversas escenas es maestro, logrando con el manejo del mismo una corporeidad en las figuras (ya de por sí monumentales, debido a la influencia de Donatello) y una ambientación "física" plenamente realistas.
Análisis Sensorial:
Muy importante será en su obra, asimismo, el contexto, concediendo una especial importancia a las arquitecturas marco, puestas siempre al servicio de ese realismo que, en muchas ocasiones, constituye un auténtico juego visual (como se puede observar en el fresco de La Trinidad, cuya impresionante bóveda además supuso un impacto para los coetáneos de Masaccio y que, a día de hoy, todavía deja boquiabierto al espectador).
·         Paolo Uccello
Biografía:
Paolo Uccello (Pratovecchio/Florencia, 15 de junio de 1397 - Florencia, 10 de diciembre de 1475), nacido Paolo di Dono fue un pintor cuatrocentista y matemático italiano que destacó por su obra pionera en la perspectiva visual en el arte. Giorgio Vasari en sus Vidas de los artistas escribió que Uccello «se complació en investigar los complicados mecanismos y las extrañas obras del arte de la perspectiva», subrayando su rasgo más distintivo, esto es, el interés, casi obsesivo, por la construcción en perspectiva. Esta característica, junto con la adhesión al clima fabuloso del gótico internacional, hace de Paolo Uccello una figura de límites entre dos mundos figurativos, siguiendo un curso artístico entre los más autónomos del Quattrocento. Usó la perspectiva para crear un sentimiento de profundidad en sus pinturas y no, como sus contemporáneos, para narrar historias diferentes o que se suceden en el tiempo. Sus obras más conocidas son las tres pinturas que representan la batalla de San Romano (durante largo tiempo a estas tres pinturas se les llamó, equivocadamente, la "Batalla de Sant' Egidio de 1416").
Paolo trabajó en la tradición gótica tardía, y enfatizaba el color y el boato más que el realismo clásico que otros artistas estaban promoviendo. Su estilo se describe mejor como idiosincrásico, y no dejó ninguna escuela de seguidores. Tuvo cierta influencia en el arte del siglo XX (incluyendo el pintor neozelandés Melvin Day) y la crítica literaria (esto es, en las "Vies imaginaires" por Marcel Schwob, "Uccello le poil" por Antonin Artaud y "O Mundo Como Ideia" de Bruno Tolentino).
Estilo
Una tendencia gotizante del arte de Uccello en ninguna otra obra es más evidente que en San Jorge y el Dragón (h. 1456).La característica más aparente de las obras de madurez de Paolo Uccello es la atrevida construcción en perspectiva. De hecho, Vasari cita como palabra de Uccello la expresión «¡Oh, qué asunto tan dulce la perspectiva!».[13] Sin embargo, a diferencia de Masaccio, esa perspectiva no le sirve para proporcionar un orden lógico a la composición, dentro de un espacio finito y mensurable, sino más bien para crear escenografías fantásticas y visionarias, en espacios indefinidos. Su horizonte cultural quedó siempre ligado a la cultura tardogótica, aunque interpretada con originalidad.
Las obras de la madurez son contenidas en un entorno de perspectiva lógica y geométrica, donde las figuras son consideradas volúmenes, colocados en funciones de correspondencias matemáticas y racionales, donde se excluyen el horizonte natural y el de los sentimientos. El efecto, bien perceptible en obras como la Batalla de San Romano es el de una serie de maniquíes que representan una escena con acciones congeladas y suspendidas, pero justo de esta inescrutable fijeza nace el carácter emblemático y onírico de su pintura.
El efecto fantástico está acentuado incluso por el uso de cielos y fondos oscuros, sobre el que resaltan luminosas las figuras, bloqueadas en posiciones antinaturales.
Batalla de San Romano
Se representa, en cada una de las tres tablas, tres momentos distintos de la batalla entablada el 1 de junio de 1432 en San Romano, cerca de Lucca, entre los florentinos, que resultaron al final victoriosos, guiados por Nicolás de Tolentino y los sieneses, liderados por Bernardino da Cotignola.
Recientes investigaciones apuntan que el ciclo de pinturas no fue, como se creyó durante mucho tiempo, un encargo de Cosme de Médicis, sino de Lionardo Bartolini Salimbeni, que tuvo un papel destacado en la apertura de hostilidades con Siena.
Aparentemente tuvieron en un principio forma de arco. La tabla del Louvre está sin duda rellenada en sus esquinas superiores y en el área inferior izquierda cuando, entre 1479 y 1486, las tres escenas de la batalla fueron requisadas por Lorenzo de Médicis para su palacio en Florencia. Están descritas en un inventario de su dormitorio en 1492.
Actualmente se conservan por separado en tres de los museos más destacados de Europa, con las siguientes medidas, indicadas en Wikicommons:
  • Nicolás de Tolentino liderando a los florentinos (Niccolò da Tolentino alla testa dei fiorentini), National Gallery de Londres, donde se encuentra expuesta con el título de Niccolò Mauruzi da Tolentino at the Battle of San Romano. Mide 182 cm de alto y 317 cm de ancho.
  • Intervención decisiva al lado de los florentinos del condottiero Micheletto da Cotignola o Contraataque de Michelotto da Cotignola en la Batalla de San Romano (Intervento decisivo a fianco dei fiorentini del condottiero Micheletto Attendolo da Cotignola). Mide 180 cm de alto y 316 cm de ancho. Se encuentra en el Museo del Louvre, París, Francia, con el título de La Bataille de San Romano. La Contre-attaque de Micheletto da Cotignola.
  • Nicolás Mauricio de Tolentino derriba a Bernardino Della Ciarda en la Batalla de san Romano o El triunfo sobre Bernardino Della Ciarda (Disarcionamento di Bernardino della Ciarda). Mide 182 cm de alto y 323 cm de ancho. Se encuentra en la Galería Uffizi, Florencia.
La primera tabla se cree que es la de la Nacional Gallery de Londres, representando el inicio de las hostilidades, con Niccolò da Tolentino dirigiendo a las tropas florentinas. El contraataque por parte de Micheletto da Cotignola presenta el segundo episodio de este ciclo histórico. La tercera sería la de los Uffizi, mostrando el final de la batalla, con la derrota de los sieneses: Bernardino della Ciarda, líder del ejército sienés, resulta descabalgado.
Análisis sensorial:
En este tríptico, como en otras obras del mismo artista, se presentan mezclados elementos medievales y renacentistas como, por ejemplo, el tratamiento escultórico de los volúmenes y los escorzos de las figuras con variadas perspectivas, junto a otro elementos de tradición gótica, como los colores brillantes y el refinamiento decorativo en particular de las figuras y del paisaje, la perspectiva es dada por las lanzas de los combatientes.
Las figuras de los hombres y de los animales son geométricas y precisas, aunque irreales como los colores que usa: los caballos son rojos, blancos y azules. Esa luz y colores irreales puede que estén inspirados en algún relato caballeresco.
Al presentar el contraataque de Micheletto, la descripción de la secuencia de acontecimientos es un pretexto para una expresión detallada del movimiento. Las figuras se presentan en escorzos, esto es, mediante la representación deformada del motivo bajo el efecto de una perspectiva inusual, lo que permite representar situaciones dramáticas. Gracias a este recurso, Uccello crea sensación de profundidad en el espacio. Puede verse en el cadáver que yace en el suelo en una posición similar a la del Cristo muerto de Mantegna, pero boca abajo en lugar de boca arriba; y en los dos jinetes ligeramente inclinados y vistos de espalda de la parte derecha del cuadro. Algunos caballos se muestran de espaldas o de lado, para ensayar su relieve pictórico.
A la derecha, los guerreros esperan el asalto, con uno de ellos preparando su arma. El centro de la tabla del Louvre está ocupado por Micheletto da Cotignola sobre un caballo negro dando la señal de ataque. Tiene una actitud de mando y una grave expresión en el rostro, que contrasta con el gesto embravecido del caballo. El ejército empieza a moverse y a la izquierda la caballería carga contra el enemigo, bajando las lanzas en posición de ataque. De esta manera Uccello triunfa al crear la ilusión de un ímpetu general orquestado por las lanzas y los caballos.
Para el pintor, esta masa de caballeros e infantería, le permite ejercitar satisfactoriamente su obsesión con la representación de la forma pura de acuerdo con las leyes de la óptica. Uccello sigue fielmente los principios de la perspectiva arquitectónica pero, a diferencia de otros pintores de su tiempo, no usa su conocimiento extenso de la perspectiva para colocar esta escena en un espacio claramente definido, sino que representa la batalla contra un fondo relativamente oscuro.
Destaca la presencia de los mazzochi, sombreros florentinos de diferente aspecto que el artista describe detalladamente. También describe con minuciosidad las suntuosas armaduras de los soldados; para colorearlas, Uccello usó un compuesto que ha resultado dañado con el paso del tiempo.
Análisis Compositivo:
Tempera sobre madera.
Paolo Uccello había llevado el arte de la perspectiva, pero lo reprochó el haberse dedicado a ello "sin medida", abandonando el estudio de la representación de las figuras humanas y animales, señalando que este «gran pintor florentino, que, dotado de un sofisticado ingenio, se complació en investigar los complicados mecanismos y las extrañas obras del arte de la perspectiva; y a esta tarea tanto tiempo le consagró, que si hubiera dedicado el mismo esfuerzo a las figuras (pese a que las ejecutaba bien) habría conseguido ser aún más único y admirable».
Esta limitada visión crítica fue de hecho asumida por todos los estudiosos posteriores hasta Giovanni Battista Cavalcaselle, que, subrayando como el estudio científico de la perspectiva no empobrece la expresión artística, abrió una vía a una comprensión del arte de Paolo Uccello más completa y razonada.
Entre los estudios posteriores un problema a menudo afrontado es el de la interpretación de la perspectiva fragmentaria de algunas obras, según algunos, como Parrochi, ligado a una "no aceptación del sistema reductivo de la construcción con puntos de distancia aplicada ejemplarmente del arquitecto Brunelleschi en sus tablillas experimentales".[4] Pero quizá fuera más correcto hablar de una interpretación personal de tales principios, más que de una verdadera y auténtica oposición, con la pretensión de lograr un mayor sentido "abstracto y fantástico" (Mario Salmi). Para Paolo la perspectiva permaneció siempre como un instrumento para colocar las cosas en el espacio y no para representar las cosas reales, como es especialmente evidente en obras como el Diluvio Universal. Manteniéndose a medio camino entre el mundo tardogótico y la novedad renacentista, Paolo Uccello fusiona el "idealismo antiguo y nuevos medios de investigación" (Parronchi).
·         Fra Angelico:
Biografía:
Beato Angélico O.P. más conocido como Fra Angélico O.P. o Fray Juan de Fiésole O.P (Vicchio di Mugello (Florencia) 24 de junio de 1390 c. – Roma 18 de febrero de 1455), pintor cuatrocentista italiano que supo combinar la vida de fraile dominico con la de pintor consumado. Fue llamado Angélico por su temática religiosa, la serenidad de sus obras y porque era un hombre de extraordinaria devoción. Fue beatificado por Juan Pablo II en 1982 pasando a ser el "Beato Fra Angélico".
Giorgio Vasari en su libro Vida de los mejores, pintores, escultores y arquitectos se refiere a él como Fra Giovanni Angelico, poseedor de un "raro y perfecto talento" y menciona que "nunca levantó el pincel sin decir una oración ni pintó el crucifijo sin que las lágrimas resbalaran por sus mejillas".
Su nombre secular era Guido di Pietro da Mugello y nació en Vicchio (región de Toscana). En 1418 ingresó en un convento dominico en Fiésole y alrededor de 1425 se convirtió en fraile de la orden con el nombre de Giovanni da Fiesole. Aunque se desconoce quién fue su maestro, se cree que comenzó su carrera artística como iluminador de misales y otros libros religiosos. Después empezó a pintar retablos y tablas.
Entre las obras importantes de sus comienzos se cuentan la Madonna de la estrella (c. 1428-1433, San Marcos, Florencia) y Cristo en la gloria rodeado de santos y de ángeles (National Gallery, Londres), donde aparecen pintadas más de 250 figuras diferentes. También a ese periodo pertenecen dos obras tituladas La coronación de la Virgen (San Marcos y Museo del Louvre, París) y El juicio universal (San Marcos). La madurez de su estilo se aprecia por primera vez en la Madonna dei Linaioli (1433, San Marcos), en donde pinta una serie de doce ángeles tocando instrumentos musicales.
En 1436, los dominicos de Fiésole se trasladaron al convento de San Marcos de Florencia que acababa de ser reconstruido por Michelozzo. Fra Angélico, sirviéndose a veces de ayudantes, pintó numerosos frescos en el claustro, la sala capitular y las entradas a las veinte celdas de los frailes de los corredores superiores. Los más impresionantes son La crucifixión, Cristo peregrino y La transfiguración. El retablo que hizo para San Marcos (c. 1439) es una de las primeras representaciones de lo que se conoce como sacra conversación: la Virgen acompañada de ángeles y santos que parecen compartir un espacio común.
La Anunciación
Antecedente Histórico
Pintada en temple sobre tabla entre 1430 y 1435 para la Iglesia del Convento de Santo Domingo de Fiesole (Italia), actualmente se conserva en el Museo del Prado, de Madrid.
De ella comenta Vasari en su Vitas:
En una capilla de la iglesia de Santo Domingo, de Fiesole, hay de su mano, en una tabla, la Anunciación del arcángel; parece un trabajo realizado en el cielo. En el fondo del paisaje se ve Adán y Eva, que fueron causantes de que la Virgen encarnase al Redentor.
Vendida por los frailes a Mario Farnese en 1611 para sufragar los gastos de la construcción del campanario de la iglesia, poco después este príncipe italiano la enviaba como regalo al valido del rey Felipe III, Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma. Aunque la pieza se depositó en la Iglesia de los dominicos en Valladolid (Iglesia conventual de San Pablo), Panteón de la Casa de Lerma, poco después se remitía al Convento de las Descalzas Reales de Madrid, donde se conservó hasta mediados del siglo XIX. Precisamente en su claustro alto la descubriría el pintor Federico Madrazo, a la sazón director del Museo del Prado, quien, tras no pocas gestiones conseguía que el rey consorte don Francisco de Asís se interesara por su traslado al Prado, consintiendo la priora del monasterio, que recibió a cambio otra Anunciación pintada por el propio Madrazo. Remitida al Museo como donación real el 16 de junio de 1862, desde ese momento se ha constituido en una de sus piezas más relevantes y conocidas.
Desarrolla el tema de la Anunciación, tal como aparece narrado en el Nuevo Testamento, (Lc. 1,26-38), mostrando la escena en un pórtico de mármol abierto, all’aperto, que recuerda al Hospital de los Inocentes, construcción de un coetáneo de Fray Angélico como Brunelleschi, con arcos de medio punto que descansan sobre finas columnas blancas. Tiene bóvedas de arista, de color azul celeste sembrado de pequeñas estrellas de oro. En la fachada del pórtico hay un medallón con la figura de Dios Padre en grisalla. Al fondo del pórtico hay un cubículo con un banco.
El pórtico es de mármol, La Virgen está situada a la derecha. Parece que ante la llegada del ángel ha suspendido la lectura del libro que ahora mantiene sobre el regazo. Tanto ella como la figura del ángel, son dos personajes rubios, de blanca piel y de manos finas y alargadas. La Virgen lleva una túnica de color rosado y un manto azul ultramar. El ángel está vestido con un traje de color rosa con franjas de oro, ceñido a la cintura, que cae en grandes pliegues hasta los pies.
Se encuentra en un jardín, hortus conclusus, representación del Paraíso. En el ángulo izquierdo de la pintura se ven las manos de Dios y de ellas sale un rayo de luz dorada que viene recto hacia la derecha, en el que viaja la paloma del Espíritu Santo. El vergel que hay delante del pórtico está cuajado de florecillas y tiene una espesa vegetación con algunos árboles entre los cuales puede verse a dos personajes: Adán y Eva, en este caso vestidos con pieles. Su expresión es de sumisión y de arrepentimiento. Representa en conjunto la escena, el principio y el final del pecado, los primeros padres y la salvación del hijo de María. Un ángel vigila detrás de ellos que abandonan el Paraíso.
El cuadro se completa con una predela en la que se narran escenas de la vida de la Virgen. La predela se compone de cinco paneles donde se representan cronológicamente los episodios: Nacimiento y Desposorios, Visitación, Adoración de los Magos, Presentación en el Templo y Tránsito.
Análisis Compositivo:
La obra se conserva en condiciones razonables para su antigüedad. La tabla principal y la predela subsisten unidas en un marco de relieve ajedrezado pintado en azul y rojo, que puede ser el original del siglo XV. Se ha conjeturado que el retablo pudo completarse con columnas o imágenes verticales a los lados, ahora desconocidas.
La capa pintórica se conserva bastante bien. El daño más relevante es una grieta vertical que cruza la imagen principal desde arriba, sobre las alas del ángel. Actualmente se halla rellenada y disimulada con toques de color.
Análisis Sensorial de la Obra:
Se trata de una obra realizada alrededor del año 1430, es decir, en un momento de transición entre la pintura gótica y el renacimiento. De la época medieval quedan rasgos como la minuciosidad propia de la miniatura, como puede verse en la flora delante de Adán y Eva, en las detalladas alas del ángel o en su halo dorado. La luz y el color son ya renacentistas, así como la austeridad de la arquitectura.
Fra Angélico combinó la elegancia decorativa del gótico, en particular del gótico internacional de Gentile da Fabriano, con el estilo más realista de otros maestros del renacimiento como el pintor Masaccio y los escultores Ghiberti y Donatello, que trabajaban en Florencia, y aplicó también las teorías sobre la perspectiva de León Battista Alberti. Las expresiones de devoción en los rostros son muy logradas, así como la utilización del color que consigue dar mayor intensidad emotiva a la obra.
Su maestría en la creación de figuras monumentales, en la representación del movimiento y en la capacidad para crear planos de profundidad a través de la perspectiva lineal, especialmente en los frescos realizados en Roma, lo confirman como uno de los pintores más importantes del primer Renacimiento.
En el Museo del Prado de Madrid se conserva una de sus obras más representativas: La Anunciación (1430-1432), realizada para el convento dominico de Fiesole. El Museo Thyssen-Bornemisza posee La Virgen de la humildad, depositada en el MNAC de Barcelona. Los duques de Alba poseen en el Palacio de Liria otra obra de Fra Angélico, La Virgen de la granada, adquirida por un antepasado suyo en Florencia hacia 1816.
·         Sandro Boticelli (1445 -1510)
A pesar de que, históricamente, se ha considerado a Rafael como El Pintor de La Virgen renacentista, a Boticcelli le correspondería un homólogo puesto en la lista de creadores de exquisitos modelos femeninos. Será la figura de la dama, en el sentido más "cortés" de la palabra, la gran protagonista de sus composiciones; rodeada de un aura de elegancia y lánguida belleza, la tipología de mujer a la que recurre como leit motiv de su producción ejemplifica, dentro de la corriente pictórica del Quatroccento italiano, la búsqueda del Ideal (frente al intento de aprehensión naturalista e individual llevado a cabo por otros autores).
A caballo entre la representación onírica, plena de un amor platónico por la mujer (tan distinta de esas rubicundas y maternales futuras madonnas rafaelianas), y la exaltación de la belleza se sitúa el modelo de virgen que creará, real en la plasmación de su plenitud a la vez que intelectualizada en su concepción.
Perteneciente a la segunda generación de la Escuela Florentina, Sandro Botticelli es uno de los más famosos e importantes pintores del Renacimiento italiano del s.XV, siendo conocido principalmente por sus maravillosas creaciones de carácter mitológico.
Biografía de Sandro Botticelli
Nacido en el año de 1445 en la ciudad de Florencia, y difunto en la misma en 1510, su nombre puede que derivase del apodo otorgado a su hermano mayor Giovanni o a algún compañero paterno con el cual habría trabajado (no se han encontrado indicios que apoyen la veracidad de este dato aportado por Vasari), atendiendo en realidad este artista al título de Alessandro di Mariano Filipepi.
Al igual que sucede con un buen número de contemporáneos de Botticelli, establecer sus inicios en el mundo de la pintura presenta algunos problemas, dado que existen quienes consideran que se habría formado en el taller de Fra Filippo Lippi, frente a aquéllos que adjudican la responsabilidad de su aprendizaje a Verrocchio o a Pollaiuolo. Lo que sí se sabe con certeza es que en la década de los setenta inicia su andadura profesional: es a comienzos de la misma (1472) cuando aparece documentado inscrito en el gremio florentino de pintores y empieza a recibir sus primeros encargos (caso de la alegórica Fortaleza realizada para la sala de la Mercatanzia de Florencia o del San Sebastián para la iglesia de Santa María Maggiore de Florencia).
La producción de Boticelli va a estar muy vinculada a lo largo de toda su vida a diversas instituciones oficiales e importantes familias, llegando a ser protegido de los Médici (lo cual da idea del reconocimiento de prestigio que ya habría alcanzado en la época), para quienes pintará, entre muchas otras obras, los retratos de Cosme el Viejo y Giuliano de Médici (a quienes volverá a representar además, junto con varios miembros de la familia, en la Adoración de los Magos realizada hacia 1476 por encargo de Giovanni Lami), el Retablo de las convertidas o la Virgen de la Eucaristía. También habría sido un Médici el poseedor de sus magníficas e internacionalmente conocidas Alegoría de la Primavera (1478) y Nacimiento de Venus (1485), así como de las obras hermanadas Regreso de Judith a Betulia y Descubrimiento del cadáver de Holofernes (hacia 1475).
A principios de la década de 1480 incluso será reclamado por el Papa Sixto IV para participar en la decoración de la Capilla Sixtina, dejando constancia de su paso por el Vaticano en los frescos de las Pruebas de Moisés (ejemplo magnífico del dominio que posee de la perspectiva y su conocimiento del uso de la luz, la aplicación del color y la obtención de volumetría), la Tentación de Cristo y el Castigo de los rebeldes contra Aarón.
Una vez de vuelta de Roma es cuando va a realizar algunos de sus más bellos cuadros, entre los cuales es posible encontrar aquellas pinturas de temática mitológica que tanta fama le dieron y con las que, por lo general, se suele asociar su imagen, caso de Palas y el Centauro (1482) y Venus y Marte. Sin embargo, no se pueden dejar en el tintero otras composiciones de carácter religioso realizadas por Boticelli en este periodo, como la maravillosa Madonna del Magnificat (hacia mediados de 1480), la Madonna de la Granada (1485), el retablo (1485) encargado por Giovanni de Bardi para la capilla que poseía su familia en la iglesia del Santo Espíritu florentina o la Anunciación de Guardi (1489). A través del análisis de las mismas se puede apreciar la evolución y culminación de su estilo preciosista y elegante, que comienza ya a inclinarse hacia la tristeza al final de la década (se puede apreciar en la boccacciana Historia de Nastagio degli Onesti).
Quizá sea la última etapa de su producción, durante la cual tenderá a un ascetismo sombrío desposeído del encanto previo ya visto, la más diferente, salvándose de esta tendencia la obra, basada en el texto de Luciano, la Calumnia de Apeles (1495).
Principales obras de Botticelli
Aun cuando la mayoría de las obras de Botticelli resultan poseedoras de una enorme calidad y un característico estilo muy similar, han sido las composiciones El Nacimiento de Venus y La Primavera las consideradas como sus grandes obras maestras.
En ambas es posible apreciar el estilo refinado, preciosista y, de algún modo, irreal, propio de Botticelli, al servicio del cual entrará su dominio de la tensión lineal (influencia de Pollaiuolo) y su concepción casi espiritual de la materia.
En las composiciones botticellianas la naturalidad de la escena, a pesar de la riqueza decorativa y la complejidad que en ocasiones se muestra, siempre sorprende. De algún modo las figuras parecen existir en sus cuadros porque no podría haber sido de otra manera, resultando siempre ligera la transición entre los diversos personajes (debido en gran parte al empleo móvil que de la línea realiza), existiendo incluso aquellos autores que han teorizado acerca de su producción en términos de comparación musical (en su obra el ritmo y el lirismo se unen para conformar un etéreo conjunto visual resultado de una comprensión del mundo pasada por el tamiz del neoplatonismo y el intelecto).
·         Andrea Mantegna
Biografía:
Nació en Vicenza, Italia. A los 10 años comienza a trabajar en el taller de pintura de Francesco Squarcione en Padua. A los 17 años se independiza, cansado de que su talento artístico sea apropiado por su mantenedor.
En aquellos momentos Padua hierve como un lugar especialmente propicio para el arte de Mantegna. Él frecuenta los anticuarios de la ciudad, presta especial atención a la pintura y el arte de la antigua Roma y va perfilando su propio estilo. Sus primeros trabajos importantes los realiza en la capilla de San Jacopo y San Cristoforo de los Ovetari (iglesia de los Eremitani de Padua), junto con Ansuino da Forli, perdidos en su mayor parte tras los bombardeos sobre la ciudad en la II Guerra Mundial.

En 1453 se casa con Nicolosia Bellini, cuyos hermanos -Giovanni Bellini, Gentile y Niccolò-, son también reconocidos artistas. En 1459, Ludovico Gonzaga convence al autor para que se traslade a Mantua. A partir de este momento trabajará toda su vida para la familia Gonzaga, bajo el mecenazgo directo de Isabel de Este, marquesa de Mantua y esposa de Francisco II Gonzaga. Realiza el que -para muchos- es su trabajo más importante: la decoración mural de La Cámara de los esposos en el Palacio Ducal de los Gonzaga donde retrata a toda la familia llevando la perspectiva (que tan bien ha estudiado) a nuevas fronteras nunca antes vistas, de tal suerte que las paredes de la habitación parecen haber desaparecido hasta convertirse en escenas de la propia habitación. Realizó, para una capilla del castillo ducal mantuano, un retablo del que forma parte el Tránsito de la Virgen que se conserva en el Museo del Prado.
También antes de los 30 años realiza el San Sebastián en Viena, explotando su fama por toda italia. Tras una estancia en Roma a las órdenes del Papa Inocencio VIII para restaurar distintas obras, regresa a Mantua para comenzar (entre 1489 y 1490) la serie de lienzos de El Triunfo de César (conservada en el palacio de Hampton Court en Gran Bretaña) y Parnaso (1497) encargado por Isabel de Este (que se conserva en el Museo de Louvre). Posteriormente, con El Cristo muerto, Mantegna dará la pauta de la pintura del los años siguientes. Su trabajo tiene cierta semejanza con el de su contemporaneo Melozzo da Forli, seguidor de Ansuino.
La figura humana clásica será una de sus obsesiones, y reflejará en sus obras cuerpos de perfectas proporciones, sólidos y de gran expresividad. Donatello será su influencia en este periodo llamado «pétreo». Los primeros años del siglo XVI estarán claramente influenciados por Mantegna en toda la pintura italiana.
Mantegna produjo así mismo diversos grabados, medio apropiado para difundir su dibujo incisivo. Con todo, su autoría no es segura y se cree que al menos algunas planchas fueron terminadas por ayudantes de su círculo. Existen ejemplos en España, como El combate de los dioses marinos (Madrid, Biblioteca Nacional de España) y Cristo bajando al Limbo (Madrid, Palacio de Liria, colección de la Casa de Alba).
Retablo de San Zenón
El Retablo de san Zenón es un tríptico del pintor renacentista italiano Andrea Mantegna, datado de h. 1457-1460. Se encuentra ubicado en la Basílica de San Zenón, la principal iglesia de Verona. Las tres predelas fueron saqueadas por los franceses en el año 1797, y actualmente están reemplazadas por copias. Los originales se encuentran actualmente en el Louvre (Crucifixión) y en el museo de Tours.
La obra fue encargada por el abad Gregorio Correr. En el centro se encuentra la Virgen entronizada con el Niño, retratado según la iconografía bizantina de la Virgen victoriosa y rodeada por ángeles cantores. Ocho santos están colocados a los lados, según las preferencias del comitente: a la izquierda están Pedro, Pablo, Juan el Evangelista y Zenón; a la derecha, Benito, Lorenzo, Gregorio y Juan el Bautista.
Analisis Sensorial:
Toda la composición está lleva de detalles que se refieren a la Antigüedad clásica: el friso con los çangeles que sostienen dos guirnaldas o el trono, que recuerda al espectador a un sarcófago. El marco, probablemente diseñado por el propio Mantegna, es el original.
·         Leonardo Da Vinci
Prototipo absoluto del hombre humanista del Renacimiento, Leonardo da Vinci ejercerá de pintor, escultor, ingeniero, músico, geómetra, teórico…un visionario cuya realidad no será marco adecuado para el desarrollo completo de su capacidad, siendo quizá ese el motivo por el que su figura ha llegado a la actualidad envuelta en un halo de misterio.
A lo largo de su vida, como se ha señalado ya, su interés se centrará en materias diversas, pero será a la pintura a la que dedique sus mayores esfuerzos. A pesar de que su obra se puede considerar perteneciente a comienzos del Cinquecento, el espíritu de Leonardo es atemporal, no existiendo límites capaces de encorsetar la definición de su arte.
Sin embargo, sí es posible establecer algunas aportaciones de Leonardo da Vinci al mundo de la pintura concretadas en el valor otorgado a paisajes y atmósferas (que se constituyen en un elemento más de importancia a añadir al conjunto de la obra), la creación de la técnica del esfumato, la simetría clásica de sus composiciones, encuadradas geométricamente, además de un amor por el detalle y la veracidad responsables de la enorme importancia que concederá al conocimiento de la naturaleza y a la preparación previa a la ejecución de la pieza.
Biografía de Leonardo da Vinci
Cerca de Florencia, en la villa toscana de Vinci, nacerá Leonardo en el año de 1452, fruto ilegítimo del romance del notario Piero y la campesina Catalina. A pesar de esta circunstancia, se deduce de las biografías leonardescas que el tratamiento que le fue otorgado no debió diferir en gran medida del conferido a sus hermanos concebidos dentro del matrimonio.
De hecho, Leonardo permanecerá en Florencia en la casa paterna hasta que ingrese como aprendiz en el taller del pintor Andrea del Verrocchio. De esta manera, y ayudado por su padre, encaminará sus pasos hacia el mundo del arte, especialmente de la pintura (aunque nunca dejarán de interesarle otras artes).
Estos años de aprendizaje resultarán decisivos para Leonardo, no sólo en lo que a su formación artística respecta sino también, al parecer, en cuanto al modelado de su personalidad. Es posible encontrarle en casa de Verrocchio hacia 1470 e inscrito como pintor tan sólo dos años más tarde, recibiendo en fecha de 1478 su primer encargo: una tabla para el Palazzo Publico que finalizará Filippino Lippi. Por estas mismas fechas, y según cuentan palabras del propio Leonardo recogidas en sus escritos, habría comenzado a trabajar en una serie de madonnas, además de en una inacabada Adoración de los Magos (1481) para un altar de San Donato di Scopeto.
En 1486 se traslada a Milán, puede que "obligado" debido a un deterioro en la relación con los Médici (Leonardo habría sido admitido en el círculo de la familia y frecuentaría el jardín-escuela de San Marcos), ciudad donde permanecerá hasta el año de 1499. Milán en aquellos años estaba bajo el gobierno de Ludovico Sforza, el cual trataba de convertir la ciudad en otra capital de la cultura similar a la florentina. Lorenzo de Médici enviará a Leonardo en misión oficial a Milán, decidiendo éste que podría ser un buen sitio para desarrollar su arte, consiguiendo entrar en un breve espacio de tiempo al servicio del duque. A este periodo pertenece su famoso cuadro Virgen de las rocas (1483; existiría una segunda versión de fecha de 1506), encargado en un principio para la iglesia de San Francisco de Milán (los contratantes decidieron finalmente no pagar el trabajo y Leonardo se quedó con la obra), así como su celebérrimo fresco La última cena, realizado para el refectorio del convento de Santa María de las Gracias (1495-1497).
La caída de Ludovico Sforza del poder propiciará la vuelta de Leonardo a Florencia, donde trabajará en la decoración de la Gran Sala del Consejo del Palacio del Gobierno de la ciudad (fresco que acabó desmoronándose después de su realización debido a un experimento fallido de Leonardo), así como en algunos retratos de miembros de la sociedad del momento. Y será precisamente un retrato realizado en esta época (1505) el que le dará fama internacional, la Gioconda o Mona Lisa, cuya identidad correspondería, según la explicación dada en su momento por Vasari, a una dama conocida como Lisa del Giocondo, aunque esto no es seguro.
A partir del año de 1515 Leonardo da Vinci traslada su residencia a Roma, entrando a formar parte de la plantilla de artistas al servicio del Papa, en este caso del recién nombrado León X. En Roma el artista, falto de trabajo, languidece y desespera, dedicándose a toda una serie de experimentos e investigaciones de carácter químico y anatómico, tomando por último la determinación de aceptar la invitación hecha por Francisco I y marcharse a Francia, país donde permanecerá hasta su muerte en 1519.
Principales obras de Leonardo da Vinci
A pesar de la multitud de bocetos, análisis e investigaciones que Leonardo llevó a cabo en el terreno de la pintura, o quizá debido a este mismo hecho, lo cierto es que su producción en este campo no es excesiva (a lo cual habría que añadir el número de cuadros de atribución dudosa). Pocas, pero con categoría de obras maestras de la historia del arte; así podrían definirse sus pinturas, de entre las que cabría señalar tres en concreto.
La importancia que Leonardo concede al modelado, la composición y la luz escénica se puede apreciar en la Virgen de las Rocas, cuyos personajes aparecen envueltos por ese aire de misterio tan característico de la Gioconda. La gradación de la luz y el uso del difuminado posibilitan esa imprecisión en los contornos (que alejan ya el estilo de la nitidez quattrocentista previa), esa atmósfera de neblina propia del esfumato, la técnica pictórica creada por Leonardo y que puede apreciarse en otras obras, como la ya mencionada Mona Lisa (destacable es el contraste entre las zonas iluminadas y las oscuras, el empleo de un paisaje doble que influye en la percepción que el espectador obtiene de la figura, así como su enigmática sonrisa, susceptible de múltiples y diferentes visionados).
En lo que respecta a su famosa y deteriorada Última Cena, dicho fresco es destacable por el empleo de la iluminación y la composición que realiza, pero principalmente por la profundidad y diversidad de sentimientos y actitudes que Leonardo consigue registrar en cada uno de los personajes, conformando de esta manera una verdadera "galería psicológica".
La Mona lisa
El cuadro La Gioconda, también conocido como La Mona Lisa, La Monna Lisa, La Joconde en francés o Madonna Elisa, es una obra pictórica de Leonardo Da Vinci. Desde el siglo XVI es propiedad del Estado Francés, y se exhibe en el Museo del Louvre de París.
Su nombre oficial es Gioconda (que, traducido del italiano al castellano es alegre), en honor a la tesis más aceptada acerca de la identidad de la modelo, apoyada en el hecho de que era esposa de Francesco Bartolomeo del Giocondo y que su nombre era Lisa Gherardini.
Es un óleo sobre tabla de álamo de 77 x 53 cm, pintado entre 1503 y 1506,[1] y retocado varias veces por el autor. La técnica usada fue el sfumato, procedimiento muy característico de Leonardo. El cuadro está protegido por múltiples sistemas de seguridad y ambientado para su preservación óptima.[2] Es revisado constantemente para verificar y prevenir su deterioro.
Además, se han usado herramientas tecnológicas para la investigación de enigmas que rodean la obra. Por medio de estudios históricos se ha determinado que la modelo podría ser una vecina de Leonardo, que podrían conocerse sus descendientes y que la modelo podría haber estado embarazada.[3] Pese a todas las suposiciones, las respuestas en firme a los varios interrogantes en torno a la obra de arte resultan francamente insuficientes, lo cual genera más curiosidad entre los admiradores del cuadro.
La fama de esta pintura no se basa únicamente en la técnica empleada o en su belleza, sino también en los misterios que la rodean. Además, el robo que sufrió en 1911, las reproducciones realizadas, las múltiples obras de arte que se han inspirado en el cuadro y las parodias existentes contribuyen a convertir a La Gioconda en el cuadro más famoso del mundo, visitado por millones de personas anualmente.
Antecedente Histórico y Análisis compositivo
La Gioconda es el retrato más famoso de la historia y quizás el cuadro más famoso de la pintura occidental. Su fama se debe probablemente a las múltiples referencias literarias, a las diversas interpretaciones sobre la protagonista y al robo escandaloso ocurrido el 21 de agosto de 1911.
Es además la última gran obra de Leonardo, si se tiene en cuenta que siguió retocándola hasta sus últimos años. Cuando Leonardo se marchó a Roma a instancias del nuevo Papa, su vida se hizo monótona y nada productiva. Leonardo falleció sin encargos importantes, bajo la protección de León X, Giovanni de Médici, hijo del gran Lorenzo de Médici.
Después de terminar el cuadro, Leonardo llevó su obra a Roma y luego a Francia, donde se conservó hasta su fallecimiento. Se sabe que pasó a manos del rey francés Francisco I, quien la habría comprado a un valor de 12.000 francos (4.000 escudos de oro), aunque no está claro si fue en 1517, antes de la muerte del artista, o con posterioridad a su fallecimiento en 1519.[17] Tras la muerte del rey, la obra pasó a Fontainebleau, luego a París y más tarde al Palacio de Versalles. Sin embargo, está comprobado que permaneció en las colecciones reales francesas y que en el siglo XIX, Napoleón Bonaparte lo tuvo guardado en el Palacio de las Tullerías tras una temporada en su residencia. Con la Revolución francesa llegó al Museo del Louvre, donde se encuentra actualmente; Napoleón lo retiró de allí para colocarlo en su cámara personal. Finalmente regresó al museo, donde se alojó hasta 2005 en la Sala Rosa, y fue trasladada en ese año al Salón de los Estados. Es pertinente decir que la mayoría de datos acerca del cuadro se poseen gracias al trabajo biográfico del pintor contemporáneo Giorgio Vasari.
Técnica
 Pintura que se exhibe tras el cristal antibalas en el Louvre.Leonardo dibujó el esbozo del cuadro y después aplicó el óleo diluido en aceite esencial. La técnica se conoce como Sfumato, la cual consiste en prescindir de los contornos netos y precisos del "Quattrocento" y envolverlo todo en una especie de niebla imprecisa que difumina los perfiles y produce una impresión de inmersión total en la atmósfera, lo cual da una sensación de tres dimensiones a la figura.
El cuadro se sostiene sobre una tabla de madera de álamo extremadamente frágil recubierta por varias capas de enlucido. Se conserva en una urna de cristal de 40 mm de espesor a prueba de balas, tratada de manera especial para evitar los reflejos. La cámara que alberga el cuadro está diseñada para mantener una temperatura constante de 20 °C y 50% de humedad relativa, lo cual busca garantizar las condiciones óptimas para los cuidados de la pintura.
La pintura tiene una grieta de 12 centímetros en la mitad superior, probablemente debido a la eliminación del marco original, aunque un estudio con infrarrojos, revela que la grieta puede ser tan antigua como el lienzo mismo; dicha grieta fue reparada entre mitad del siglo XVIII y principios del XIX. En la actualidad, se ha determinado que es estable y no ha empeorado con el tiempo.
Sin embargo, para descartar cualquier peligro, en 2004 se conformó un equipo de curadores franceses, quienes vigilan permanentemente el estado de la pintura, previniendo cualquier alteración provocada por el tiempo.
·         Miguel Ángel
Arquitecto, pintor y, ante todo, escultor, Miguel Ángel es el máximo exponente de la larga lista de ingenios individuales que el Renacimiento italiano alumbrará. Asimilable en sus inicios a la corriente del Cinquecento, en su magnífica obra es apreciable, casi desde los comienzos de la misma, una potente manifestación de los sentimientos que derivará en monumentales y poderosas figuras por completo manieristas (no sin motivo, se acuñará el gráfico término "terribilitá" para describirlas).
Vida y obra de Miguel Ángel Buonarroti
En Caprese, provincia de Arezzo, nace Miguel Ángel en el año de 1475, en el seno de una familia noble: los Buonarroti. Ya desde pequeño su vocación queda manifiesta, tomando su padre finalmente la decisión de enviarlo a formarse al taller del pintor Domenico Ghirlandaio. Sin embargo, y a pesar de que con dicho maestro su aprendizaje en el campo del dibujo es indiscutible, será en la escuela creada por los Médici en el Jardín de San Marcos donde Miguel Ángel se revele realmente como el gran escultor que llegará a ser.
Es en este ambiente donde va a entrar en contacto por primera vez con el conocimiento de obras legadas por la Antigüedad clásica, resultando éste un factor decisivo en su producción posterior. Pronto despuntará entre sus coetáneos, llamando la atención de Lorenzo de Médici, quien desde este momento y hasta su muerte se convertirá en mecenas y admirador del genio miguelangelesco. De esta etapa inicial datan diversos encargos que algunos amigos realizarían al artista, además de lo que habrían sido sus "falsificaciones artísticas".
Es a la muerte de su protector cuando Miguel Ángel inicia verdaderamente su trayectoria profesional, surcada por diversos viajes e importantes encargos. Tras una estancia en Bolonia en 1494, donde dejará esculpido un ángel para Santo Domingo de Guzmán y descubrirá el trabajo de Jacobo Della Quercia, regresa nuevamente a Florencia por un breve lapso de tiempo antes de iniciar su primer viaje a Roma. En dicha ciudad, donde permanece en esta ocasión entre los años de 1496 y 1501, va a realizar su famosísima, delicada y perfecta Piedad del Vaticano (obra de la que el artista, ya en vida, se sentía especialmente orgulloso, como demuestra el hecho de que la reconociera con su firma, circunstancia única en su producción).
De vuelta en Florencia, Miguel Ángel realizará una serie de obras "menores" (caso de los tondos ejecutados para Tadeo Taddei y Bartolomeo Pitti o el San Mateo para Santa Maria dei Fiore), siendo lo más destacable de entre las piezas que va a llevar a cabo en este periodo su monumental estatua del David (1502-1504), obra cumbre de todo el arte imitativo de la Antigüedad por lo que de perfección en la ejecución, belleza en la forma y originalidad en la manera de abordar la tipología posee.
Pero Miguel Ángel no es tan sólo escultor (aunque así lo habría deseado el artista en vida), acometiendo, por estas fechas asimismo, el encargo realizado por Piero Soderini de decorar con un episodio de la guerra de Pisa parte de la Sala Grande del Consejo de Florencia, en la que ya estaba trabajando Leonardo da Vinci. El cartón de esta obra, maestro de un sinnúmero de posteriores artistas, mostraría ya la tendencia a la dramatización y tensión de los cuerpos que posteriormente se apreciará en su obra pictórica cumbre, la Capilla Sixtina.
Tal era la admiración que entre sus coetáneos levantaba Miguel Ángel que el propio Papa Julio II le convertirá en el responsable de un proyecto de una envergadura colosal, su tumba, encargo que a la postre tan sólo generará disgustos y frustración al artista. La muerte del Papa, el desinterés de sus sucesores en la finalización del mausoleo, la escasez de fondos para llevar a cabo el diseño original o la propia dispersión a la que sometía Julio II a Miguel Ángel con la encomienda de diversos encargos solapados, dieron como resultado que la ejecución de la obra se alargara durante décadas (1505-1550), llegando a finalizarse tan sólo una modesta versión de la tumba materializada en un sepulcro de pared que incluía la escultura, entre otras (la mayoría dispersas hoy día), del Moisés (hacia 1513-1515).
Varios serán los encargos en este periodo que mantendrán a Miguel Ángel alejado de dicho proyecto funerario, entre ellos la decoración de la Capilla Sixtina, solicitada por el Papa Julio II igualmente.
Miguel Ángel iniciará los trabajos en la bóveda de la capilla en 1508 y los finalizará en 1512 (posteriormente, en 1534, habiendo recibido el encargo de pintar la pared de la misma, ejecutará un manierista Juicio Final); a pesar de la energía que el genio derrochaba en cada uno de los proyectos que llevaba a cabo, éste en concreto puede dar buena idea de la fortaleza de su carácter, de su capacidad y de su determinación.
Decidido a realizar una decoración fabulosa capaz de asombrar a quienes la vieran y superar a pasados, presentes y futuros artistas, en primer lugar hubo de aprender la técnica del fresco, pues de esta manera decidió trabajar aún no siendo ducho en la forma de prepararla. Catorce años pasó pintando sólo, creando este ingente y complejo universo bíblico, repleto de belleza, perfección y terribilità.
Posteriormente a esta segunda etapa romana ya vista, vendría otra florentina (1513-1534), marcada por el mecenazgo de otros dos Papas, León X y Clemente VII, para quienes llevará a cabo obras como la de fachada (no construida) de la iglesia de San Lorenzo, la construcción de la escalera de la biblioteca Laurenciana (1524) o una serie de sepulcros conmemorativos de diversos miembros de la familia Médici (a la que pertenecían sendos pontífices). Destacables son las esculturas alegóricas del tiempo realizadas para acompañar las tumbas de los duques Lorenzo y Giuliano de Médici (especial atención suscita la representación del Día, con su cara desfigurada en clara alusión al sol que deslumbra la vista).
En su vejez (1546) se hará cargo de otro importante proyecto: la finalización de las obras de la basílica de San Pedro del Vaticano, cuya cúpula se convertirá posteriormente en paradigma a seguir en buena parte del mundo.
Básicamente, Miguel ángel tomará el plan trazado por Bramante y lo mejorará visualmente mediante la supresión de las torres laterales y la modificación de perfiles, permitiendo que la cúpula se erija en eje central de la composición.
Cansado de los hombres y desencantado del mundo, estos años marcan el inicio del cambio; a partir de este momento la lozanía y fortaleza de sus composiciones deriva en un misticismo desgarrado, que sin embargo para muchos dará como resultado algunas de sus mejores obras. Es su última época en Roma, adonde llegará en el año de 1534, permaneciendo hasta su muerte.
También son los años de su platónica relación con Vittoria Coonna, cuya amistad reforzará esa tendencia a la espiritualidad apreciable en su producción última. Terribles y absolutamente precursoras son sus Deposiciones de estos años (en las mismas se puede apreciar claramente la idea repetida hasta la saciedad, aunque no por ello menos cierta, de la capacidad de Miguel Ángel de "extraer vida de la piedra"), ejemplo clásico de las cuales ha de señalarse la Piedad Rondanini.
·         Rafael Zancio (1483-1520)
Rafael ha sido considerado históricamente, junto con Leonardo y Miguel Ángel, como uno de los pilares del Cinquecento italiano, además de uno de los grandes genios de la pintura de todos los tiempos. Deudor en sus inicios de influencias quattrocentistas, se erigirá en representante perfecto del arte clasicista antes de que éste entre en su etapa de "decadencia" (y Rafael con él en sus últimos años, arrastrado por el potente manierismo miguelangelesco).
Hay que señalar también que en su haber contará con una carrera como arquitecto, no excesivamente conocida ni determinante para la historia del arte (si se exceptúa el encargo de continuación de las obras de la basílica de San Pedro, de las que se hará brevemente cargo a la muerte de su amigo Bramante).
Biografía de Rafael
Rafael Sanzio nace en Urbino en 1483, hijo de un pintor no demasiado excelente, Giovanni de Santi, pero que tuvo el buen criterio de encaminar los pasos de su vástago hacia el mundo del arte. Será con el padre con quien inicie Rafael su aprendizaje, ayudándolo en el desarrollo de algunas de las obras que tenía encargadas en Urbino, pasando posteriormente a conocer los rudimentos de la pintura de manos de Timoteo Viti antes de ser enviado a Perugia a formarse en compañía de Pietro Vannucci, más conocido como El Perugino.
Pronto, el discípulo alcanzará al maestro, llegando incluso a ser difícil distinguir lo ejecutado por la mano de cada uno de ellos, como se puede apreciar en algunas obras primerizas como Coronación de la Virgen, en la que Rafael colaboró realizando algunas figuras (hacia 1502). Durante toda la etapa inicial de formación del artista va a ser apreciable la influencia del estilo peruginesco en su obra, influencia a la que no se sobrepondrá hasta que no viaje a Florencia, conozca la obra de Leonardo y trabe amistad con diferentes artistas que resultarán del mismo modo influyentes en su pintura (como Fra Bartolomeo), surgiendo entonces un Rafael mucho más personal (que se tornará ligeramente monumental una vez conozca en Roma la obra de Miguel Ángel).
Sin embargo, antes de asentarse en Florencia, va a viajar a Città del Castello, donde pinta la Pala del Beato Nicola da Tolentino (su primer encargo conocido, datado hacia 1500 y del que no se conservan apenas más que unos fragmentos), realiza una maravillosa Crucifixión para la Iglesia de Santo Domingo (1503) y ejecuta su obra primeriza más importante: los Desposorios de la Virgen (1504). Se cree que posteriormente debió viajar a Siena llamado por su amigo Pinturicchio para realizar una serie de dibujos para la obra de decoración de la Catedral sienesa, sin embargo esta colaboración no es segura y dicha teoría ha sido desdeñada por la crítica moderna.
Es hacia 1505 cuando se puede encontrar instalado a Rafael en Florencia, ciudad donde va a llevar a cabo un buen número de encargos, algunos de los cuales darán lugar a esas composiciones marianas que tanta fama le han otorgado, caso de la llamada Madonna del Gran Duque (1504), la Madonna del Jilguero (hacia 1506), la Madonna de Casa Colonna (sobre 1507), La Bella Jardinera (finalizada por Ghirlandaio) o la Madonna del Baldaquino (encargada alrededor de 1508 por los Dèi florentinos para el altar de la capilla que poseían en la iglesia del Santo Spirito y que no llegará a acabar).
Ciertos encargos de esta época quedarán en manos de diversos pintores para su término cuando Rafael sea llamado en 1508 a Roma por Bramante (el cual estaba al servicio del Papa Julio II) para colaborar, junto con otros artistas, en la decoración de las estancias palatinas vaticanas. En la Stanza Della Segnatura se pueden admirar obras debidas al pincel de Rafael como la famosa Escuela de Atenas (1509-1510), El Parnaso, La Disputa del Santísimo Sacramento (hacia 1509), y los frescos Las Virtudes, Triboniano entrega las Pandectas y Gregorio X recibe las Decretales. El buen hacer de este maestro impresionó tan favorablemente al Papa Julio II que le encargó le decoración de otra sala, la Stanza de Heliodoro, donde va a llevar a cabo, en ocasiones con ayuda de sus discípulos, las escenas de La Expulsión de Heliodoro (1511-1512), La Misa de Bolsena (1512), la Liberación de San Pedro (1514), y, ya en época del Papa León X, el Encuentro de Atila con León Magno. Con respecto a la decoración de una tercera estancia, encargada por el nuevo Papa, se considera que de todas las escenas la única llevada a cabo por Rafael habría sido El incendio del Borgo (hacia 1515), quedando el resto de las mismas en manos de sus colaboradores.
En Roma realizará además la que ha sido considerada como su más hermosa obra: los frescos para la capilla de Agostino Chiggi en Santa María Della Pace, conocidos bajo el título de Sibilas y ángeles (1512-1514) y en los que el conocimiento de la obra miguelangelesca es patente de nuevo (Rafael habría visto la Capilla Sixtina con ayuda de Bramante).
A la par que estas obras, Rafael continuará ejecutando los diversos encargos que va a ir recibiendo en estos momentos (como la Madonna del Pez, la Madonna del Divino Amore, la Santa Cecilia de Pucci o la Madonna de Foligno) y dará rienda suelta a su otra conocida faceta como retratista, plasmando en sus lienzos a una buena parte de sus coetáneos (Papas, integrantes de la familia de los Médici, el famoso Baltasar Castiglione, etc.).
Rafael muere en 1520, cuando estaba pintando la que será su última e inconclusa obra, la Transfiguración, dejando tras de sí un buen número de seguidores que tratarán de imitar su estilo en los años venideros.
Principales obras de Rafael
A pesar de la excepcional prolificidad artística de Rafael Sanzio (circunstancia que ha hecho que una buena parte de críticos no se pongan de acuerdo con respecto a la autoría de determinadas obras, consideradas pertenecientes a su taller), son destacables de entre su producción los maravillosos frescos de las estancias vaticanas, donde crea historias con vida propia en las que se fusionan su habilidad como dibujante, su pericia como colorista, su conocimiento de las reglas perspectivas y el uso de las peculiares arquitecturas bramantescas, su aprecio por un naturalismo que no descarta la exacerbación, junto con un equilibrio y armonía completamente renacentistas (no siendo posible tampoco olvidar sus dulces y vívidas madonnas).
·         Tiziano
Biografía:
Primeros años (hasta 1516)
En este retrato (h. 1510) tradicionalmente se reconoce a Ariosto. El modelo, que parece girarse para mirar fijamente al observador con gesto desdeñoso y seguro de sí mismo, fue usado por Rembrandt como pauta de sus autorretratos (National Gallery de Londres).Si el lugar de nacimiento de Tiziano se conoce con certeza, la fecha es una incógnita. Existen tres hipótesis basadas en los documentos de la época. Según su partida de defunción, que se guarda en la iglesia veneciana de San Canciano, el artista murió a la "edad de ciento tres años", por lo que el nacimiento se fecharía en 1473. Por otro lado, en la correspondencia de Tiziano a Felipe II de 1571, el pintor se presenta como "este servidor suyo de noventa y cinco años de edad",[2] deduciremos por tanto que nació en 1476. Sus contemporáneos Ludovico Dolce[3] y Giorgio Vasari[4] estiman que la fecha estaría comprendida entre 1488 y 1490. Ante estas diferencias, la crítica internacional se encuentra dividida. Los historiadores Harold Wethey[5] y Sydney Freedberg[6] creen más fiable el nacimiento entre 1488 y 1490. El Centro de Estudios de Tiziano[7] y otros autores[8] determinan que debió producirse entre 1480 y 1485, desechando otras fechas por la precocidad demasiado sospechosa a juicio de algunas obras iniciales. Esta última opinión es la que está más consolidada. Puede que la razón de la fecha errónea en la carta al rey español se debiera a que el artista pretendía presentarse como un venerable anciano para recabar la compasión del monarca.
Tiziano procedía de una familia con elevado status en Cadore: era el cuarto hijo de Gregorio Vecelli, un distinguido concejal y militar, y de su esposa Lucia. No existían antecedentes familiares en el campo del arte. Sin embargo, a la edad de 10 años, Tiziano y su hermano mayor, Francesco, acudieron a Venecia para ingresar como aprendices en el taller de Sebastiano Zuccato, un famoso mosaiquista. Debido a su incipiente talento, en el transcurso de tres o cuatro años, entró en el estudio del venerable pintor Giovanni Bellini, que en ese momento era el artista más reconocido de la ciudad. Allí se encontró con un grupo de jóvenes que conformarían la primera generación de pintores de la Escuela veneciana: Giovanni Palma da Serinalta, Lorenzo Lotto, Sebastiano Luciani, y Giorgio da Castelfranco, conocido como Giorgione. Su hermano Francesco también gozó de cierta relevancia en Venecia como pintor.
El fresco sobre Hércules en el palacio Morosini se considera como una de sus primeras creaciones. Otras obras tempranas son la Virgen con el Niño del palacio de Belvedere en Viena y la Visitación de María a Isabel (del convento de San Andrés), expuesta hoy en la Galería de la Academia de Venecia. Tiziano y Giorgione, en esta época, estuvieron asociados, de ahí la dificultad de distinguir sus primeras obras. La primera obra conocida de Tiziano, el pequeño Ecce Homo de la Escuela de San Roque, fue durante mucho tiempo atribuido a Giorgione. La misma confusión de identificación se produce con más de algunas de sus Sacra conversazione. Estos dos maestros fueron los líderes de la nueva escuela de "arte moderna" de pintura, que adquirió modos de ejecución más flexibles, libres de la simetría y el hieratismo que aún podemos observar en la obra de Giovanni Bellini.
De 1507 a 1508, se le encargó a Giorgione la remodelación de la Fondaco dei Tedeschi, lonja de los poderosos comerciantes alemanes en la ciudad adriática. Tiziano y Morto da Feltre colaboraron con él en la realización de los frescos, conservándose aún algunos de los fragmentos de Tiziano. Esta obra se conoce con exactitud debido a los grabados de Domenico Fontana, ya que no se preservan íntegramente los frescos.
Flora, (1515), sirve como representación del ideal de belleza renacentista (Galería Uffizi).Cuando en 1510 la epidemia de peste se extendió por Venecia y acabó con la vida de su compañero Giorgione, Tiziano marchó a Padua, donde demostró su talento para la técnica del fresco en sus trabajos en esta ciudad en 1511, tanto en la iglesia de los carmelitas como en la Escuela de San Antonio. Algunos de estos trabajos aún se conservan. Destacan El abrazo en la puerta dorada y tres escenas de la vida de San Antonio de Padua: El milagro del recién nacido, El milagro del marido celoso y El milagro del hijo irascible.
En 1512, Tiziano volvió de Padua a Venecia, donde comenzó a establecer una red de relaciones que lo llevaría a la cúspide del grupo veneciano de artistas. Pronto obtuvo trabajo de la Fondaco dei Tedeschi, consiguió de esta La Sanseria o Senseria (un privilegio muy codiciado por los artistas emergentes), y llegó a ser superintendente de las obras gubernamentales, cargo de pintor oficial de la República de Venecia, que le reportaría suficiente remuneración y otros privilegios añadidos. Tiziano lo ostentaría ininterrumpidamente durante sesenta años, hasta su muerte. Fue especialmente emotivo el encargo de completar la decoración, inacabada por Bellini, de la Sala del Gran Consejo del Palacio Ducal (destruida por un incendio en 1577) en la que representaría la batalla de Spoleto. Abrió su propio taller, cerca del Gran Canal en San Samuele, en una ubicación desconocida actualmente. En 1513, el cardenal Pietro Bembo le trasladó la invitación del papa León X para instalarse en Roma y aunque la oferta era tentadora prefirió quedarse en Venecia, donde la competencia artística era menos intensa que en la sede papal. No fue, sin embargo, hasta la muerte en 1516 de su maestro, Giovanni Bellini, cuando su prestigio empezó a crecer. En esta época, recibió un encargo muy exclusivo que le reportaría una notable anualidad de veinte coronas y la exención de ciertas tasas. Se trataba de una serie de retratos de los sucesivos duxes de Venecia, siendo remunerado cada uno con ocho coronas. Tiziano realizó sólo cinco de esta serie.
Madurez (1516 - 1530)
Le llevó a Tiziano dos años (1516-18) completar la Asunción de la Virgen de Santa María dei Frari, cuya dinámica composición triangular y viveza de colores lo convirtió en el más clásico de los pintores fuera de Roma.Durante su dilatada carrera, se convirtió en el más influyente de los pintores de la Escuela veneciana, y en el más laureado de la República Serenísima en toda su historia. Las muertes de Giorgione (1510) y Bellini (1516), y los traslados de Sebastiano del Piombo a Roma (1511) y de Lorenzo Lotto a Bérgamo (1513), dejaron a Tiziano sin rivales en la ciudad.
Durante el periodo 1516-1530, que se puede calificar como de expansión, el artista se liberó de los cánones herméticos aprendidos durante su juventud y abarcó un mayor número de temas. Sin embargo, sus retratos fueron un elemento clave para introducirle en las cortes más prestigiosas y conocer a los hombres más poderosos de su tiempo. Algunos de ellos, como los señores de Mantua, Ferrara o Urbino, pequeños estados italianos amenazados por la expansión de las potencias internacionales, encontraron en los retratos de Tiziano una ocasión para demostrar una imagen de poder y de gloria, que quizá no se correspondía con la realidad. Ya en 1518, el pintor entró en contacto con Alfonso I de Este, duque de Ferrara. La serie de retratos de la corte estense, hoy esparcidos por medio mundo, constituyen una reveladora galería de personajes, sentimientos y situaciones.
En 1518 completó, para el altar mayor de la Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari en Venecia, la Asunción de la Virgen, que aún permanece allí. Esta extraordinaria pieza del colorismo, realizada en una gran escala cromática raramente usada en Italia anteriormente, causó sensación en su época.
La estructura pictórica de la Asunción de la Virgen, que unificaba en la misma composición dos o tres escenas superpuestas en diferentes niveles, cielo y tierra, lo infinito y lo temporal, fue continuada en otras obras. Esta serie de lienzos con la misma estructura formal comprende el Retablo de San Domenico en Ancona (1520), el Retablo de Brescia (1522), y el Retablo de San Niccolo (1523), en la Ciudad del Vaticano, cada uno de los cuales representa una mayor y más perfecta concepción distributiva. Llegó, finalmente, a crear una fórmula clásica, cuyo mejor exponente es el Retablo o Pala de Pesaro (1526), en la misma Iglesia dei Frari. Ésta es, quizá, su obra más estudiada del período, en la cual desarrolló pacientemente un plan de trabajo basado en una libre visualización, originalidad y estilo. Tiziano le concedió un uso nuevo a las figuras, estando los "donantes" y la comitiva de santos situados en el espacio aéreo de la escena, mientras que el conjunto quedaba enmarcado por elementos arquitectónicos. El retablo de Pesaro debe su nombre a Jacopo Pesaro, obispo de Pafos, quien se lo encargó para conmemorar la victoria naval sobre los turcos en la batalla de Santa Maura.
Tiziano estaba en la cumbre de su fama: hacia 1521, tras la realización de un San Sebastián para la Nunciatura papal en Brescia —trabajo del que existen innumerables réplicas— los encargos se acumulaban en su taller.
A este período pertenece otra obra extraordinaria, El martirio de San Pedro de Verona (1530), alojado en la iglesia dominica de San Zanipolo y destruido por un proyectil austríaco en 1867. Esta obra proto-barroca solo es conocida por copias, como la de la École des Beaux-Arts de París. La escena representa una curiosa asociación entre un plácido paisaje y un brutal y dinámico asesinato, descrito por el lamento que asciende por los robles. El cuadro describe al santo dominico escapando de la emboscada, y sobre esto, las escalofriantes ramas negras de la vegetación — «[...] esto es todo, pero quizá nunca ha existido una tragedia tan dinámica, asombrosa y patética como ésta, incluso ni pintada por Tintoretto o Delacroix».[9]
La Bacanal, (1518-19): Formó parte de la trilogía de las Bacanales encargada por Alfonso I de Este para su castillo de Ferrara. En el pentagrama que aparece junto a las muchachas se puede leer escrito en francés antiguo: "Quien bebe y no vuelve a beber, no sabe lo que es beber" (Museo del Prado).El artista continuó simultáneamente con su serie de pequeñas Madonnas, que insertaba en escenas paisajísticas a la manera de la pintura de género poético-pastoral, muy de moda en aquella época. La Virgen con el Niño, San Juanito y Santa Catalina, conocida como la Virgen del Conejo, en el Museo del Louvre es el prototipo de este clase de lienzos. Otro ejemplo de pintura religiosa de este período es el Entierro de Cristo, también en el Louvre. Ésta también fue la época de su mejor pintura mitológica, tales como La Bacanal del Museo del Prado o Baco y Ariadna de la National Gallery de Londres, "[...] quizá las más brillantes producciones de cultura neo-pagana o de "Alejandrismo" del Renacimiento, muchas veces imitadas pero nunca superadas, incluso ni por el propio Rubens."[9] Finalmente, habrá que destacar los retratos de medio cuerpo y bustos femeninos como el inicial Flora de los Uffizi o la Mujer mirándose al espejo del Louvre (en la que se ha intentado reconocer, sin ningún rigor histórico, a Laura de Dianti o a la esposa de Tiziano).
Tras varios años de convivencia con una dama llamada Cecilia Soldano, en el transcurso de los cuales ya había tenido dos hijos, Pomponio y Horacio (hijo supuestamente favorito del pintor), en 1525, decidieron contraer matrimonio debido a la mala salud de ella y para legitimar a estos hijos. Cecilia no llegó a sobrevivir más de cinco años desde esta unión, durante los cuales trajo al mundo a dos hijas (algunas fuentes indican que tres). Una de ellas, Lavinia, sería inmortalizada en varios cuadros. Hacia 1526 entró en contacto con el escritor Pietro Aretino, con el que le unió una estrecha relación, cuya influencia se vio aumentada en años sucesivos, según atestiguan las crónicas de la época. Tiziano incluso envió un retrato de Aretino a Federico II Gonzaga, duque de Mantua. La relación de Tiziano con la corte de Mantua se inició gracias a la recomendación de Alfonso I de Este a su hermana Isabel, a quien Tiziano retrató posteriormente.
El pintor quedó sumido en una gran aflicción en agosto de 1530, a la muerte de su esposa, cuya salud se había debilitado aún más por el nacimiento de Lavinia. Por aquel entonces, junto a su familia, Tiziano se mudó de casa y trajo desde su pueblo natal hasta Venecia a su hermana Orsa, para que se ocupara de su hogar. La casa, difícil de reconocer hoy, estaría situada cerca del Arsenal Grande, entonces un suburbio de moda en el extremo de la ciudad con vistas a la isla de Murano.
Consolidación (1530 - 1550)
Venus de Urbino (1538), inspirada en la Venus dormida de Giorgione, que a diferencia de ésta, la de Tiziano está recostada, no en la naturaleza, sino en un elegante interior. Desde 1963, se mantiene la hipótesis de que podría ser un retrato de la duquesa Eleonora Gonzaga. (Galería Uffizi)Durante este periodo (1530-1550), tal y como se podría suponer a la vista del Martirio de San Pedro de Verona, Tiziano se dedicó a cultivar un estilo cada vez más dramático. En este momento, pintó La batalla de Cadore, una escena histórica, la más característica de las obras ticianescas perdidas o mutiladas. El artista se esforzó por plasmar magistralmente el movimiento del tumulto, en su representación más violenta del heroísmo. Rivaliza el lienzo con otras pinturas bélicas como La batalla de Anghiari de Leonardo da Vinci o La batalla de Puente Milvio de Giulio Romano. La batalla de Cadore se destruyó en 1577 en el incendio del Palacio Ducal, junto con la mayoría de las pinturas antiguas que lo decoraban. Sólo existen una mala e incompleta copia en la Galería Uffizi y un mediocre grabado de Fontana. De igual manera, la Alocución del marqués del Vasto (Museo del Prado, 1541) también fue parcialmente afectada por el incendio del Alcázar madrileño en 1734.
La pintura religiosa más representativa de este periodo es la Presentación de María en el Templo (Galería de la Academia, 1534-39), uno de sus lienzos más populares o el Ecce Homo (Kunsthistorisches Museum de Viena, 1541), de singular patetismo y realismo proto-barroco. La Escuela de Bolonia y Rubens tomaron prestado, en muchas ocasiones, del espíritu de esta obra, la magistral puesta en escena. El notable efecto conmovedor de los caballos, soldados, sacerdotes y multitud en general a los pies de la escalera, alumbrados todos por antorchas y con las ondas de las banderolas en el cielo, ha sido utilizado con frecuencia en época posterior.
Menos éxito tuvieron los frescos de la cúpula de Santa Maria della Salute (Muerte de Abel, Sacrificio de Abraham y David y Goliat). Estas tres escenas violentas del Antiguo Testamento fueron pintadas con extremo realismo, el cual se acentuaba debido a su visión en perspectiva del observador (como en las escenas de la Capilla Sixtina). Los frescos, que se consideraron poco apropiados en su momento, fueron sin embargo muy admirados e imitados con posterioridad. Rubens, entre otros, aplicó el mismo sistema en los cuarenta paneles del techo (de los que sólo quedan los bocetos) de la iglesia jesuita de Amberes.
Las buenas relaciones que mantuvo con la corte de Mantua le van a proporcionar contactos que supondrían su consagración como retratista. En 1530, pudo pintar a Carlos I de España, que se había desplazado a Bolonia con motivo de su coronación imperial como Carlos V. El emperador le pagó sólo un ducado por el retrato, al que añadió ciento cincuenta más de su bolsa el propio duque Federico II Gonzaga, quien poco después le concedería el beneficio de Médole a su hijo Pomponio, que se había decidido por la carrera eclesiástica. Su amigo, el tratadista Sebastiano Serlio, le puso en contacto con una nueva corte: Urbino, cuyo duque, Francesco Maria della Rovere, le encargó un retrato vestido con la rica armadura de condottiero. La maestría de Tiziano para el retrato le otorgó una amplia fama durante toda su vida. Pintó fielmente a príncipes, duques, cardenales, monjes, artistas y escritores. "[...] ningún otro pintor tuvo tanto talento para extraer de cada fisonomía rasgos a la vez característicos y bellos".[9] El reflejo de la psicología de los retratados, la claridad de los rasgos y la instantaneidad de las figuras elevan a Tiziano a la altura de los mejores retratistas de la Historia, como Rembrandt o Velázquez.
También realizó para Guidobaldo della Rovere, el hijo del duque, la famosa Venus de Urbino (Galería Uffizi), en 1538. El tema de la diosa Venus es recurrente en el maestro véneto y tras realizar esta obra, debido a su viaje a Roma, aumentó su interés por la diosa romana: Venus y Adonis (Museo del Prado), Venus recreándose en la música (dos versiones, en Madrid y en Berlín), Venus del espejo (Galería Nacional de Arte de Washington).
Carlos V a caballo en Mühlberg (1548), es el retrato iconográfico por excelencia. Representa al emperador como príncipe cristiano, vencedor del protestantismo y como símbolo de la hegemonía de los Austria sobre Europa (Museo del Prado).Pintó por segunda vez al emperador Carlos en 1533 en Bolonia, recibiendo esta vez un pago auténticamente regio e iniciando una de las relaciones más sólidas entre un artista y un comitente, que duraría más de un cuarto de siglo. El rey nombró a Tiziano "pintor primero" de la corona de España, "conde del Palacio Lateranense, del Consejo Áulico y del Consistorio", al tiempo que fue designado caballero de la Espuela de Oro, con espada, cadena y espuela de oro. Sus hijos, asimismo, fueron elevados a la dignidad de Nobles del Imperio. En 1548 se requirió su presencia en la Dieta Imperial celebrada en Augsburgo, donde pintó el innovador retrato ecuestre del emperador en la batalla de Mühlberg, todo un símbolo del poder imperial. Su estancia en la ciudad alemana le brindó la oportunidad de conocer a la nobleza local, al duque de Alba, al ilustre prisionero Juan Federico I de Sajonia y a la reina María de Hungría. Ésta le encargó la serie de los cuatro "condenados" o las "furias" para la decoración de su estudio, que consta de Los suplicios de Prometeo y Tántalo, perdidos ambos, y los de Sísifo y Ticio, conservados en el Prado.
Fue éste el momento de mayor prestigio social y prosperidad económica. En 1540 recibió una pensión anual de 200 coronas de Alfonso de Ávalos, marqués del Vasto y gobernador del Milanesado, que posteriormente sería doblada por el emperador a cargo del tesoro de Milán. Otra fuente de ingresos fue el contrato obtenido en 1542 para abastecer de grano a Cadore, sitio que visitó casi cada año y donde tenía mucha influencia por ser su pueblo natal.
Tiziano tenía una villa favorita en la vecina colina de Manza (cerca de Castello Roganzuolo), desde la cual (debe deducirse por su similitud) el maestro debió realizar sus comentarios sobre paisajismo, sus formas y efectos. La presunta casa de Tiziano, constantemente discernible en sus estudios, está en Collontala, cerca de Belluno.[10]
Desde octubre de 1545 hasta 1548, en que fue llamado a Aubsburgo, Tiziano se instaló en Roma bajo el mecenazgo del papa Pablo III, a quien retrató en varias ocasiones. Precisamente para su familia, los Farnesio, realizó varias obras: Magdalena penitente, Ecce homo y la primera versión de Danae, que se conserva en el Museo de Capodimonte. La ciudad de Roma le concedió en 1546 la ciudadanía, prestigioso reconocimiento en el que su inmediato predecesor había sido Miguel Ángel. Tras su regreso de Alemania, realizó una breve parada en Florencia, donde el estilo de Tiziano fue rechazado por el duque Cosme I de Médicis, que prefería el dibujo de Bronzino y el academicismo de Vasari. En 1550, volvió a ser llamado por el emperador para pintar un retrato del príncipe Felipe, que fue enviado como presente a Inglaterra para pedir la mano de la reina María I.
Años finales (1550 - 1576)
El cambio de estilo en la técnica pictórica se aprecia en Dánae recibiendo la lluvia de oro (1553), una de sus mejores pinturas mitológicas (o "poesías" como el pintor las llamaba) encargada por Felipe II. Aunque Miguel Ángel le adjudicaba deficiencias desde el punto de vista del dibujo, el estudio de Tiziano reprodujo esta misma escena para diferentes encargos (Museo del Prado).Durante sus últimos veinticinco años (1550-1576), el artista quedó absorbido cada vez más por su faceta de retratista y se volvió más autocrítico, con un insaciable perfeccionismo que le impidió terminar muchas obras.
Algunas de ellas quedaron en su estudio durante al menos diez años, durante los cuales no se cansaba de retocarlas, añadiéndoles constantemente nuevas expresiones más refinadas, concisas o sutiles. Para cada obstáculo que encontraba en la ejecución de sus lienzos, Tiziano ideaba una nueva y mejorada fórmula. Nunca alcanzó cotas tan altas en emoción y tragedia como en La coronación de espinas (Museo del Louvre), en la expresión del misterio y la divinidad de Los peregrinos de Emaús o del heroísmo y la soberbia de El Dux Grimani adorando a la Fe (Palacio Ducal de Venecia) o de la Trinidad (Museo del Prado).
Por otro lado, sus pinturas más conmovedoras fueron realizadas en esta etapa de senectud: las Danae de Nápoles y de Madrid, la Antíope del Louvre, el Rapto de Europa (en Boston, colección Gardner), etc. Incluso trató problemas de claroscuro en los efectos nocturnos de sus escenas, como El martirio de San Lorenzo (iglesia de los jesuitas de Venecia) o San Jerónimo (Louvre). Siempre mantuvo un dominio característico del realismo, como se pueden comprobar en los magníficos retratos de esta época, como los de Felipe II, los de su hija Lavinia o varios autorretratos.
La relación de Tiziano con Felipe II fue igual de fructífera e intensa que con su padre. A partir de 1552, en que comunicó al entonces príncipe Felipe el envío de un Paisaje y la Santa Margarita con el dragón comenzó una correspondencia que mantendrían ininterrumpidamente y que se intensificaría con el transcurso de los años. El tema principal de esta correspondencia fue por parte del mecenas real la reclamación de las obras en curso de ejecución y por parte del artista la solicitud de los pagos atrasados. Sin embargo, los pedidos eran abundantes y, aunque Tiziano no pisó la corte de Madrid para retratar al rey, sí le remitió un gran número de obras. Algunas fueron de tipo religioso como el Entierro de Cristo, la Oración en el Huerto y una segunda versión del Martirio de San Lorenzo para el Monasterio de El Escorial, otras de corte mitológico como las Poesías a que se refiere en sus cartas o una serie de Venus y otras composiciones de carácter patriótico como Felipe II ofrece al cielo al infante don Fernando, encargada por el rey en 1571 en conmemoración de la victoria de Lepanto y la Religión socorrida por España del Museo del Prado.
Tiziano, debido a su posición social, concertó un buen matrimonio a su hija Lavinia con Cornelio Sarcinelli of Serravalle. Ésta sustituyó a su tía Orsa, fallecida por aquel entonces, al frente de la Casa Vecelli, muy próspera por los señoriales ingresos del artista. La boda se celebró en 1554, pero Lavinia murió de parto en 1560.
Tiziano acudió hacia 1555 al Concilio de Trento, punto de partida de la Contrarreforma de la Iglesia de Roma, y que precisaba de artistas como él para crear la iconografía necesaria para expandir su mensaje ideológico. El artista realizó una pintura de las sesiones del concilio, hoy perdida, de la que existe una copia en el Museo del Louvre. El amigo de Tiziano, Pietro Aretino, falleció por sorpresa en 1556 y en 1570 murió otro amigo íntimo del pintor, Jacopo Sansovino. En septiembre de 1565, Tiziano acudió a Cadore y diseñó la decoración de la iglesia del pueblo, parcialmente ejecutada por sus discípulos. Entre las pinturas que la decoraba destacamos una Transfiguración y una Anunciación (hoy en la iglesia del Salvador de Venecia), en la que inscribió "Titianus fecit", como modo de protesta (según su propio testimonio) contra las críticas de los que pensaban que era demasiado mayor para un encargo así.
En 1566, Giorgio Vasari visitó al maestro en Venecia para llevarle un nombramiento honorífico, junto con los de Andrea Palladio y Tintoretto, de miembro de honor de la Academia de Artistas de Florencia. En su encuentro en el taller de Tiziano, Vasari reseña que "aunque era muy viejo, lo encontré con los pinceles en la mano".[4]
Como muchos de sus últimos trabajos, la última obra de Tiziano, la Piedad (1576) es una dramática escena de sufrimiento en un ambiente nocturno. Fue la pintura escogida para decorar su tumba (Galería de la Academia de Venecia).Continuó aceptando encargos hasta el fin de sus días, y a fin de asegurar la continuidad del taller tras su muerte, encomendó a Cornelis Cort la difusión de varias de sus composiciones en grabados. Cort grabaría un total de quince obras, como La Magdalena penitente, la versión de Tarquinio y Lucrecia del Museo Fitzwilliam de Cambridge y La Gloria del Museo del Prado. Para editar estos grabados Tiziano pidió un privilegio válido por quince años.
Tiziano había elegido como lugar de su enterramiento la capilla de la Crucifixión de la iglesia de Santa María dei Frari y como pago por la tumba, ofreció a la comunidad franciscana una pintura de la Piedad, que sería a la postre su última obra. En la Piedad se retrató a sí mismo y a su hijo Horacio ante el Salvador, acompañados de una sibila. Cuando el lienzo estaba a punto de ser terminado, surgieron algunas diferencias por la escena y Tiziano decidió ser enterrado en su pueblo natal.
Tiziano rondaba los noventa años cuando la peste negra asoló Venecia. Murió a consecuencia de la epidemia (curiosamente por el mismo motivo que su compañero Giorgione), el 27 de agosto de 1576. El Senado veneciano derogó una severa medida que obligaba a incinerar los cadáveres de las víctimas que morían de esta enfermedad y permitió que sus restos recibieran sepultura en la iglesia de los Frari (a pesar de las rencillas por la Piedad). El Senado pagó sus funerales que allí y en la Basílica de San Marcos se celebraron en su memoria. La Piedad fue terminada por Palma el Joven, pero paradójicamente no le acompañó en su sepulcro; otra obra suya, la Pala Pesaro, se encuentra cerca de éste. En principio nada en especial adornaba su tumba hasta que el gobierno austríaco que invadió Venecia a fines del siglo XVIII encargó a Antonio Canova un monumento conmemorativo que fue terminado en 1795.
Inmediatamente después de su muerte, su hijo y discípulo Horacio murió en el mismo brote epidémico. Su suntuosa mansión fue saqueada en ese momento.
Amor Sacro y Amor Profano
Pintura en óleo sobre lienzo.
El cuadro fue encargado por Nicolò Aurelio, secretario del Consejo de los Diez de República de Venecia, cuyo escudo de armas aparece en la fuente o sarcófago[1] del centro de la imagen. El encargo coincide con su matrimonio con la joven viuda Laura Bagarotto, por lo que pudo ser un regalo de bodas.
Representa una escena con una doncella vestida lujosamente (probablemente de novia) sentada junto a Cupido y siendo asistida por la diosa Venus. Varios detalles sugieren que la mujer es posiblemente una novia: su pelo suelto decorado con una corona de mirto (planta sagrada de Venus), el velo transparente sobre sus hombros, las rosas en su mano derecha, y el cinturón (símbolo de la castidad).[2] La figura vestida sujeta en sus manos una vasija llena de oro y gemas, que simboliza la efímera felicidad de la Tierra y la diosa, desnuda, sostiene una lamparilla con la llama ardiendo de Dios que simboliza la felicidad eterna del Cielo. Es una escena alegórica influida por la concepción neoplatónica renacentista, típica de Marsilio Ficino, según la cual la belleza terrenal es un reflejo de la belleza celestial y su contemplación es un preludio de su consecución ultraterrena.
El título, de carácter moralista, no fue dado por el propio Tiziano, sino que fue bautizado de esta manera al menos dos siglos después. En el catálogo Borghese ha tenido diferentes nombres: Belleza sin ornamento y belleza ornamentada (1613), Tres amores (1650), Mujer divina y profana (1700), y, finalmente, Amor sacro y amor profano (1792 y 1833). La primera mención de la obra con el nombre Amor profano y amor divino se produce en el inventario de 1693, aunque los críticos contemporáneos desacreditan la teoría de que se tratan de las personificaciones de los conceptos neoplatónicos de Amor sacro y Amor profano.
La obra fue comprada en 1608 por el mecenas del arte Scipione Borghese, debido a lo cual actualmente se exhibe junto a otras piezas de la Colección Borghese en la Galería Borghese en Roma. En 1899, el magnate financiero Nathaniel Anselm von Rothschild realizó una oferta de compra del lienzo por 4 millones de liras que fue rechazada.[3]
En 1995 la pintura fue restaurada, y durante este proceso se reveló que el manto blanco de la figura semidesnuda era originalmente de color rojo.[4]
Interpretación de la escena
Detalle de la cabeza de Venus en Amor sacro y amor profano de Tiziano.Sin duda, la interpretación tradicional de los historiadores, encabezada por Erwin Panofsky, hace referencia a una escena fundamentada en los conceptos del neoplatonismo renacentista de amor humano (Venus Vulgaris) en contraposición del amor divino (Venus Coelestis).[5] Éste contraste entre los terrenal y lo sublime ha sido enfatizado por la calidad moralista del paisaje de fondo. En el lado izquierdo de la obra pictórica yace una ciudad fortificada y dos liebres, y en el lado derecho se incorpora al paisaje una iglesia, una liebre perseguida por un perro, y una pareja en el césped en estado de coquetería.[6] Sin embargo, existen otras teorías sobre el significado del lienzo.
El historiador del arte alemán Walter Friedländer indicó las similitudes con la obra de Francesco Colonna titulada El Sueño de Polífilo y propone que las dos figuras femeninas representan a Polia y Venus, los dos personajes femeninos del conocido romance de 1499. Sugiere este estudioso que fue el erudito Pietro Bembo quien ideó esta escena alegórica.
En 1895, el crítico Wickloff indicó que Amor sacro y amor profano está inspirado en la Argonáutica de Valerio Flaco y plasma la escena en la que Venus persuade a Medea. Gerseffeld, por su parte, opinó que podría tratarse de un retrato de Violante, la hija de Palma el Viejo y amante de Tiziano, caracterizada como la diosa romana.
·         Tintoretto
Biografía:
Nació en Venecia, República de Venecia, en 1518; era el mayor de 21 hermanos. Su padre, Giovanni, era un tintorero; de ahí que su hijo tuviera el apodo de Tintoretto, pequeño tintorero, o hijo del tintorero. La familia era originaria de Brescia, una ciudad-estado a unos 170 kilómetros de Venecia. Otros estudios posteriores indican la ciudad toscana de Lucca como origen de la familia.
En su infancia Jacopo, un pintor innato, comenzó a pintarrajear sobre las paredes de la tintorería; su padre, dándose cuenta de esta inclinación, lo llevó al taller de Tiziano a ver si podía aprender a ser artista. Cabe suponer que esto ocurrió en torno a 1533, cuando Tiziano tenía ya (de acuerdo con el cálculo usual) cincuenta y seis años de edad.
Alumno de Tiziano aunque no por mucho tiempo, se dice que aprendió de su maestro el arte del color y las sombras. Las relaciones entre Tiziano y Tintoretto fueron distantes a lo largo de su vida, siendo de hecho Tintoretto un admirador profeso y ardiente de la obra de Tiziano, pero nunca un amigo, y Tiziano y sus partidarios le volvieron la espalda. No faltó tampoco una abierta denigración, pero Tintoretto no le prestó atención. No buscó otro maestro, sino que estudió por cuenta propia con celo laborioso; vivió pobremente, coleccionando moldes, bajorrelieves, etc. para practicar con su ayuda.
Se interesó por las corrientes manieristas toscanas, romanas y emilianas, difundidas en Venecia por artistas como Jacopo d'Antonio Sansovino, Francesco Salviati y Andrea Schiavone. Su gran modelo en el dibujo fue Miguel Ángel. Estudió especialmente los modelos de la Capilla funeraria de los Médicis (Florencia): la Aurora, el Día, el Crepúsculo y la Noche.
Su noble concepción del arte y su alta ambición personal quedaron evidenciadas en la inscripción que colocó sobre su taller: «Il disegno di Michelangelo ed il colorito di Tiziano» ("El diseño de Miguel Ángel y el colorido de Tiziano"). Sentía pasión por los efectos de las luces. Hacía figuras de cera de sus modelos y experimentaba con ellas colocándolas en distintos ángulos para ver el efecto de la luz antes de pintarlos. Como resultado de estas pruebas, algunas figuras aparecen en más de una de sus obras, siempre pintadas con diferente iluminación. A veces tomaba como modelos a muertos diseccionados o estudiados en escuelas de anatomía; algunos estaban envueltos en telas, otros desnudos. Con frecuencia trabajaba tanto por el día como durante la noche. Debido a su trabajo, vivía de la manera más retirada, e incluso cuando no estaba pintando solía permanecer en su taller, rodeado por moldes. Aquí rara vez admitía a nadie, ni siquiera a amigos íntimos, y mantenía sus técnicas de trabajo en secreto, excepto para sus asistentes.
San Marcos liberando al esclavo
Pintura de óleo sobre lienzo.
San Marcos liberando al esclavo, conocido en italiano como Il miracolo di San Marco o Il miracolo dello schiavo, es uno de los cuadros más conocidos del pintor Italiano Tintoretto. Está realizado en óleo sobre lienzo. Mide 416 cm de alto y 544 cm de ancho. Fue pintado en 1548,[1] encontrándose actualmente en la Galería de la Academia de Venecia, Italia.
Es uno de los primeros cuadros realizados por Tintoretto sobre el patrono de Venecia, Marcos el Evangelista, que según la tradición, predicó en Alejandría (Egipto). Entre 1548 y 1563, Tintoretto ejecutó diversos lienzos sobre la vida de san Marcos. Son representaciones caracterizadas por una acción vehemente, desconocida hasta entonces en la pintura veneciana, con violentos escorzos. Fue pintado para la Scuola Grande di San Marco en Venecia, guardada en ese momento por Marco Episcopi, futuro padrastro del artista.[1]
San Marcos liberando al esclavo es una obra maestra innovadora que asienta su estilo y consagró al maestro. Fue muy celebrada, representando en la actualidad una de las obras más destacadas de la Galería de la Academia de Venecia, que la presenta en la misma sala que Cena en casa de Levi (1573) de Veronés.
Representa un episodio tomado de la Leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine: el servidor de un caballero provenzal va a ser castigado por haber venerado las reliquias del santo.[1] Se le sometería a tortura con una máquina que le rompería los huesos y, además, iba a quedar ciego. La figura sentada en la parte del lado derecho, vestida de rojo intenso, es el caballero de provenza, señor de quien va a ser castigado.[1] Sin embargo, es salvado por la milagrosa intervención del santo. El santo está pintado en un sorprendente escorzo, en lo alto, en paralelo al escorzo de la figura del esclavo que yace en el suelo.
Las figuras se enmarcan en un escenario arquitectónico. Pueden observarse aquí las diversas influencias de Tintoretto: por un lado, las anatomías y los escorzos típicamente miguelangelescos, por otro, los intensos y vivos colores propios de la escuela veneciana.
·         Donatello
Considerado por algunos teóricos como el principal escultor de la escuela florentina quattrocentista, Donatello (de verdadero nombre Donato di Niccolo di Betto Bardi) ha pasado a los anales de la historia del arte por su excepcionalidad como artífice, además de por la maestría que destilará a la hora de conciliar el más puro clasicismo con un dramatismo que, a finales de su vida, se tornará cercano incluso al feísmo.
Y si el Renacimiento lleva implícito en su origen el reconocimiento de la importancia del hombre en el mundo, Donatello será el escultor que lo constante, siendo en su producción la forma de concebir la figura humana (estudiada, precisa, diversa y, en ocasiones, grandilocuente) siempre una sorpresa a descubrir.
Biografía de Donatello
Nacido en Florencia alrededor del año de 1386, ya desde joven es posible encontrarle ejerciendo el oficio de escultor (hacia 1407 aparece documentado en el taller de la Catedral de Florencia, para la que realizará una serie de estatuas que dejan entrever lo que será su posterior evolución).
Preocupado por el movimiento y el naturalismo desde los comienzos de sus trayectoria, en 1410 el encargo de una escultura para un nicho de la fachada de Or San Michele le va a permitir continuar ensayando modos de representación de la estatuaria de gran tamaño, dando lugar a la ejecución, entre otras obras, de un San Marcos o un excepcional y plenamente renacentista San Jorge (1417). Se cree que sobre estos años comenzaría también la realización, por encargo de la familia Cavalcanti, de la Anunciación de Santa Croce (aunque existen autores que datan la ejecución de esta pieza bastante más tarde, en la década de los cuarenta) y procedería a esculpir las estatuas para el Campanile florentino.
Habitualmente se ha establecido este periodo inicial como el de formación (en algunas de cuyas primerísimas obras aún pervivirían retazos góticos), considerándose su producción a partir de 1425 (fecha en la que comienza a trabajar con Michelozzo) propiamente clasicista. En la capital romana, ciudad a la que se trasladará con su nuevo colaborador hacia 1430 y donde habría pasado una estancia anteriormente con su amigo Brunelleschi estudiando el legado de la Antigüedad, dejará constancia de su maestría en piezas como El entierro de Cristo (1430-1433). Será a la vuelta cuando comience los relieves de la Cantoría de la Catedral de Florencia, en los cuales es apreciable el conocimiento de modelos clásicos.
Magnífico será el David en bronce (va a ser ésta una tipología recurrente en su obra) realizado hacia 1435 para el palacio que los Médici poseían en la Vía Larga florentina y que inaugurará una relación de colaboración con dicha familia. En esta obra se puede apreciar toda la madurez y el dominio de Donatello a la hora de representar la anatomía humana.
A partir de 1443 va a entrar en contacto con la corriente artística que se estaba desarrollando en Padua, hecho que resultará decisivo en el giro que tomará su escultura durante la segunda mitad del siglo (se tornará mucho más expresiva). La fabulosa estatua ecuestre de El Gattamelatta (que tanto debe a la herencia clásica romana) o los relieves y esculturas realizados para el altar de la Basílica del Santo (alejados ya de aquellos primeros florentinos) forman parte de la herencia que Donatello dejará a ésta ciudad. A esta última etapa pertenecen también los Milagros de San Antonio, la composición de Judith y Holofernes y su "terrible" María Magdalena en madera (estas dos últimas obras ya en Florencia, ciudad en la que fallecerá en 1466).
Principales obras de Donatello
La alta calidad de las obras donatellianas, así como la cantidad de las mismas, hace difícil una selección justa de ejemplos susceptibles de mostrar los principios y la belleza de su trabajo. Sin embargo, obras como la exquisita Anunciación realizada para la Iglesia de la Santa Croce florentina, la impresionante estatua ecuestre del Condottiero Gattamelata, sus dramáticos Zuccone y Mª Magdalena, el lírico David broncíneo o las escenas esculpidas para la Cantoría de la Catedral de Florencia puede decirse que son buenas muestras de su genialidad.
Ya Vasari, en el texto dedicado a Donatello dentro de las descripciones que realizara en su famosa obra Vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos […], alude a la pieza de La Anunciación de Santa Croce como aquélla que, por encima de otras obras de juventud, le habría dado fama, consagrándole como excepcional escultor. Tan sólo hace falta echar un rápido vistazo a dicha obra para comprobar el porqué de dicha afirmación, puesto que se trata de una de las más delicadas y vividas representaciones de La Anunciación que es posible encontrar. La influencia clásica es patente en el refinamiento, el modelo y los ropajes de las figuras (se ha querido ver en ocasiones incluso la influencia de Fidias en dicho conjunto), las cuales rezuman una sensibilidad en el gesto, teatralidad en la representación y perfección en la ejecución que debieron por fuerza dejar asombrados a sus contemporáneos.
Que el arte de la Antigüedad es importante en la obra de Donatello se puede apreciar en obras primerizas como el San Marcos (1410) de Or San Michele y el San Jorge posterior para idéntico lugar (se ha comparado con las estatuas del griego Lisipo), en la desnudez del complejo David en bronce (deudor de Praxíteles) o en los putti o amorcillos de herencia por completo clásica que aparecen en los relieves realizados para la Cantoría de Florencia Donatello además va a emplear la técnica del schiacciato en sus composiciones en relieve). Sin embargo, la genialidad de este maestro radica, no en el modelo empleado, sino en la capacidad que poseerá para llegar al retrato psicológico, único, individual, de sus personajes, por medio de la expresión (ejecutada con una maestría técnica insuperable) del sentimiento.
La preocupación por la representación de la figura humana en todas sus dimensiones, edades y actitudes se puede ver reflejada a lo largo de su evolución, siendo particularmente peculiar en su obra la oscilación existente entre sus primeras obras de corte clasicista y las últimas, de carácter mucho más expresionista (en ocasiones llega incluso a dejarlas inacabadas, uniéndose este hecho a la suma de elementos en común que ha dado pie a una comparación entre su obra y la de Miguel Ángel posteriormente).
Responsable de una de las primeras estatuas ecuestres del Renacimiento, deudora en su tipología de modelos clásicos romanos asimismo, el dramatismo que refleja la actitud y el rostro del personaje en cuestión (el Gattamelata o "Gata Melosa") es una muestra de la corriente trágica por la que discurrirá su producción última (y de la que será ejemplo su Mª Magdalena del Baptisterio de Florencia). Además, Donatello no elude la representación de la vejez o la fealdad, consustanciales ambas al individuo, llegando a producir estatuas que superan cualquier ideal propuesto con anterioridad, caso de su magnífico Profeta Hababuc, también llamado el Zuccone ("el calvo").
·         Verrocchio
Andrea del Verrocchio, nacido Andrea di Michele di Francesco de Cioni, conocido simplemente como Verrocchio (Florencia, h. 1435 - Venecia, 1488) fue un pintor, escultor y orfebre cuatrocentista italiano. Trabajó en la corte de Lorenzo de' Medici en Florencia. Entre sus alumnos estuvieron Leonardo da Vinci, Perugino, Ghirlandaio y Sandro Botticelli, pero también influyó en Miguel Ángel. Trabajó en el estilo serenamente clásico del primer renacimiento florentino.
Primeros años y formaciónVerrocchio nació en Florencia en 1435, hijo de Michele di Francesco Cioni, quien trabajó como fabricante de azulejos y tejas y, más tarde, como recaudador de impuestos. Michele nunca se casó, y tuvo que proporcionar apoyo financiero a algunos miembros de su familia. La fama de Michele creció al unirse a la corte de los Médici, en la que permaneció hasta que su taller se trasladó a Venecia.
Andrea comenzó a trabajar como orfebre en el taller de Giulio Verrocchi, de quien parece haber tomado su sobrenombre. La posibilidad de que fuera aprendiz de Donatello queda sin confirmar. Sí parece que se inspiró en sus obras para los temas a tratar más que en cuanto a las tendencias estilísticas, y con un orfebre, del que heredó el gusto artesanal aplicado al tratamiento de sus obras escultóricas.
Sus primeros esfuerzos en pintura datan probablemente de los años 1460, cuando trabajó en Prato junto a Filippo Lippi.
La única pintura firmada de Verrocchio es la Virgen con Niños y Santos, en la catedral de Pistoia.
Alrededor de 1465 trabajó en el lavabo de la antigua sacristía de la San Lorenzo, Florencia. Entre 1465 y 1467 ejecutó el monumento funerario a Cosme de Médici para la cripta bajo el altar de la misma iglesia, y en 1472 completó el monumento a Pedro y Juan de Médici en la antigua sacristía. Se le consideraba el pintor más influente de Florencia de su período.
En 1466 la cofradía de mercaderes de Florencia le encargó un grupo en bronce titulado Cristo y Santo Tomás para un nicho externo de la iglesia de Orsanmichele. La obra se colocó allí en 1483. Ideó una composición de dos figuras, con Cristo en el centro del nicho, y el Santo estirado hacia afuera, para evitar una perspectiva frontal rígida y para ayudar al espectador a identificar mejor a los personajes.
En 1468 Verrocchio hizo unos famosos candelabros, hoy en Ámsterdam, para un pasillo del Ayuntamiento de Florencia. A principios de los años 1470 viajó a Roma, mientras que en 1474 ejecutó el monumento Forteguerri para la catedral de Pistoia, que dejó inacabado.
Tuvo en Florencia un activo y famoso taller, del que salieron tanto esculturas como pinturas y obras de orfebrería; sin embargo, en la actualidad la única faceta de la obra de Il Verrocchio que está bien documentada es la escultura.
Una denuncia anónima (h. 1472) acusó a Andrea del Verrocchio de sodomía y de estar en relaciones con Leonardo da Vinci, alumno suyo desde 1467.
De 1474-1475 es el Bautismo de Cristo, actualmente conservado en los Uffizi. En esta obra fue ayudado por Leonardo Da Vinci, que por entonces era un joven, quien acabó el paisaje y pintó el ángel de la izquierda, superando en calidad el resto de la pintura. Según Vasari,
Ésta fue la razón por la que Andrea no quiso volver a tocar los pinceles, indignado porque un muchacho supiera más que él.[1]
Este Bautismo de Cristo es la única obra pictórica que se le atribuye con absoluta seguridad.
Bautismo de Cristo
El bautismo de Cristo (en italiano, Battesimo di Cristo), es un cuadro del taller del pintor renacentista italiano Andrea del Verrocchio, algunas de cuyas partes se atribuyen a Leonardo da Vinci. Está realizado al óleo y temple sobre tabla. Mide 177 cm de alto y 171 cm de ancho (151 cm según otras fuentes). Fue pintado hacia 1475-1478, encontrándose actualmente en la Galería de los Uffizi, Florencia (Italia).
Posiblemente se tratara de un encargo de la iglesia de San Salvi de Florencia, donde estuvo hasta que pasó, tiempo después, al convento de santa Verdiana. Ambas iglesias pertenecieron a la orden de los vallombrosanos (congregación benedictina). En 1810 fue llevado a la Academia de Bellas Artes y, en 1914, a la Galería de los Uffizi.
Se considera que este es el primer trabajo importante de Leonardo da Vinci como aprendiz. Hizo la pintura junto con su maestro Verrocchio. Para esta pintura, Verrocchio contó con la colaboración de Botticelli y de un Leonardo adolescente.
El primero que mencionó la intervención de Leonardo en esta tabla de Verrocchio fue Giorgio Vasari. Afirma Vasari que Verrocchio acabó disgustado con el arte de pintar, al sentirse superado por su propio aprendiz, contándose la leyenda de que llegó a romper sus pinceles en frente de todos sus aprendices prometiendo no volver a pintar nunca jamás; en realidad no es cierto, pero la anécdota ejemplifica cuánto talento mostró de repente Leonardo como pintor. Verrocchio ejerció sobre Leonardo una profunda influencia, más intelectual que artística.
Ángel ejecutado por Leonardo.
Paisaje atribuido a Leonardo.Se le atribuyen a Leonardo todas las partes ejecutadas al óleo. Es obra suya indiscutible el ángel que está de perfil, abajo a la izquierda, arrodillado y recogiendo sus ropas. Se evidencia la delicadeza de la mano de Leonardo, que ejecutó el rostro del ángel de modo muy maduro. Los ángeles expresan las diferencias estéticas de Verrocchio y Leonardo. El ángel del maestro mira con extrañeza al del discípulo, cuyo dinamismo contrasta con la rigidez del otro. Además, el ángel de Leonardo se distingue por su elegancia; sobre él derrama una luz que pone de relieve los drapeados rígidos y delicados de la vestimenta y las ondas de la cabellera dorada.
También realizó algunos rizos del otro ángel, el paisaje del fondo y retocó la faz de Cristo. En la concepción del paisaje del Bautismo de Cristo se hace patente la observación de la naturaleza por parte de Leonardo. Algunos autores consideran que el pájaro también es obra suya.
Ya aquí se evidencia el estilo que caracterizará incluso las obras leonardescas de la madurez; se distingue a simple vista por la intensidad de los colores y, de modo más determinante, por el dinamismo que consigue imprimir en la figura del ángel y por los matices de color del paisaje. En algunas partes se evidencia el uso de las yemas de los dedos para extender la pintura y lograr mejor los matices de las epidermis.
El cuerpo del Bautista parece más propio del Pollaiolo, mientras que las manos de Dios y la palmera resultan arcaicas y cualitativamente más vulgares.
·         Luca Della Robbia
Luca Della Robbia, escultor y ceramista italiano. Nació en Florencia en 1400 y murió en 1482.
Virgen, niño y tres querubines, por Andrea Della Robbia. Terracota esmaltada, parte de la colección Campana.Según Giorgio Vasari, Luca nació en el año 1388 en la casa de sus antepasados que se encontraba debajo de la iglesia de San Bernabé en Florencia. Fue educado, conforme a las costumbres de la época, hasta que aprendió no sólo a leer, sino también a escribir y contar, como se solía hacer en casi todas las casa florentinas, por sus propios medios. Su padre le colocó, enseguida, para que aprendiera el oficio, en casa del orfebre Leonardo, hijo de Giovanni, considerado, por entonces en Florencia, como el mejor maestro en este arte.
Nacido en el seno de una familia de tintoreros (robbia significa "granza" en toscano, y esta palabra designa a una planta utilizada para teñir), empezó como escultor de mármol y estudió la escultura antigua. Luca Della Robbia realizó la Tribuna de los Cantores, en la Catedral de Florencia (1431), bajorrelieve muy importante que tenía que emplazarse encima de la puerta de la sacristía. La terminó hacia 1438-1439.
En 1446, Luca y su hermano Marco, compraron una gran casa para instalar un taller y un horno. En 1448 murió Marco dejando a cargo de Luca a sus seis sobrinos, entre los cuales destaca Andrea que fue el más conocido. Andrea se hizo cargo de la Botega (taller) a la muerte de su tío, y sus cinco hermanos trabajaron con él. El más célebre es el tercer hijo: Giovanni. Después el taller dejaría de funcionar.I.
No tan avanzado en las tendencias del Renacimiento formuladas por Brunelleschi, Masaccio, Donatello, etc., Luca Della Robbia es un escultor cuya sobriedad clara de los planos y los ritmos, la serenidad clásica de los rostros, las formas simples y la sensibilidad de la luz estarán siempre presentes en su obra. Buscó la fórmula para de conservar sus obras de barro cocido. Siempre según Vasari, "Considerando que el barro se trabaja fácilmente y sin grandes fatigas, busca el medio de conservar las obras una vez que las mismas están acabadas, sueña que encuentra ese medio para defenderlas de las injurias del tiempo, después de haber experimentado con cantidad de cosas, descubre, por fin, que recubriéndolas con una mezcla de estaño, de antimonio y otros minerales y mixturas cocidas en un horno especial, se obtiene un efecto eficaz para conservar la obra de barro casi eternamente". El sobrino del artista y los hijos de éste continuaron con esta técnica.
Una de las últimas esculturas del repertorio de Giovanni Della Robbia titulada Visitar a los enfermos (una de las siete obras de caridad, según el catecismo católico) datada en 1525-1529, se puede contemplar en el Hospital del Ceppo de Pistote.
La producción familiar fue muy prolífica y se exportó a toda Europa. Comprende frisos y retablos, emblemas de corporaciones o armas aristocráticas, retratos de la Virgen María o de santos, para la devoción privada. Las obras de los Della Robbia se caracterizan por su gracia, el brillante colorido del esmalte (especialmente el blanco y el azul), la finura del modelo y la frescura del diseño. Su estilo se reconoce fácilmente.
·         Giovanni Bellini
Aunque sus contemporáneos apreciaron a Giovanni Bellini como un gran pintor, su vida está relativamente poco documentada; numerosas obras suyas de capital importancia carecen de un encuadramiento definitivo por la escasez de datos seguros.
Orígenes
Sacra Alegoría (1490; Uffizi de Florencia).Giovanni Bellini nació en Venecia, aunque no se conoce la fecha exacta de su nacimiento. Era hijo de un artista veneciano establecido, Jacopo Bellini. Vasari afirma que murió con noventa años en 1516, de ahí que se le considerara nacido en 1426. Pero el historiador florentino, en quien son comunes estos errores en artistas que no conoció, es desmentido por un documento del testamento de la madre de Bellini, la marsicana Anna Rinversi, redactado con ocasión de su primer parto, en 1429. No es seguro si él era el primogénito de la familia o no: las fuentes contemporáneas hablan siempre de Gentile mayor que Giovanni, e incluso podría serlo su hermana Nicolosia (que luego casó con Andrea Mantegna) o un cuarto hermano, Niccolò, descubierto sólo en el año 1985 por Meyer Zu Capellen. La fecha de nacimiento de Giovanni no estaría entonces en los años veinte sino, al menos, alrededor de 1432-1433, si no más tarde.
Luego está la cuestión de su legitimidad. Normalmente se le considera hijo natural, nacido del padre fuera del matrimonio con otra mujer, o de un matrimonio precedente al de Anna, tomando como base el documento del testamento de Anna Rinversi de noviembre de 1471, cuando, ya viuda de Jacopo, dispone que sus bienes pasaran a Niccolò, Gentile y Nicolosia. Como no menciona a Giovanni, Fiocco (1909) consideró que eso probaba que era otra su madre. Esta tesis no se apoya en ninguna otra prueba y la crítica posterior ha sido cautelosa al respecto.
Fase juvenil
Los inicios artísticosCreció en la casa de su padre, en cuyo taller se inició en el oficio, junto a sus hermanos Gentile y Niccolò. Los comienzos de Giovanni en el arte son inseguros y deben situarse en los años 1445-1450, si bien ninguna obra conocida del artista se atribuye unánimemente a aquel período. Entre los candidatos un tiempo más probables estuvieron un San Jerónimo del Instituto Barber de Birmingham y una Crucifixión del Museo Poldi Pezzoli. La crítica más reciente, sin embargo, atribuye estas obras a la producción genérica veneciana de la primera mitad del siglo XV.
Hasta la edad de casi treinta años su pintura está dominada por un hondo sentimiento religioso y un patetismo humano. Sus pinturas de este período temprano están todas ejecutadas en el antiguo método del temple. Su obra siguió el ejemplo del taller paterno y de los Vivarini, los dos más importantes centros pictóricos de la Venecia de la época. Para encontrar una primera mención cierta de Giovanni, hay que acudir a un documento del 9 de abril de 1459, cuando a la presencia del notario veneciano Giuseppe Moisis, prestó testimonio, constando como residente en solitario en San Lio.
Esto no significa, sin embargo, que el artista trabajara ya en solitario, al menos en los grandes encargos. Un testimonio de Fra Valerio Polidoro del año 1460 revela que realizó, junto con Jacopo y Gentile, el perdido retablo Gattamelata para la basílica del Santo en Padua, destinada a una nueva capilla dedicada a los santos Bernardino y Francisco.
La fase mantegnesca
Giovanni Bellini, Presentación en el Templo
Andrea Mantegna, Presentación en el TemploLas primeras obras de Giovanni se han relacionado a menudo, compositiva, y estilísticamente, con las de Andrea Mantegna (1431–1506), que se convirtió en su cuñado en el año 1453. A esta influencia une la de Ansuino da Forlì, con formas rotas, cierta rudeza en el sello, que se va dulcificando progresivamente, y una composición minuciosa de los elementos. Entre las primeras obras que presentan estas características se encuentran las dos tablas de La crucifixión (h. 1455) y La transfiguración (h. 1455-1460) que se encuentran en el Museo Correr de Venecia. Las figuras son sutil y crudamente expresivas, la anatomía huesuda, el paisaje amplio pero con detalles minuciosos, con líneas secas y "rocosas".
La relación con Mantegna se ejemplifica plenamente al confrontar obras parecidas, o en algunos casos, de idéntica composición. Es el caso por ejemplo de Cristo en el Monte de los Olivos de la National Gallery de Londres (h. 1459), similar a una obra de análogo tema de Mantegna en el mismo museo (h. 1455). Las dos derivan de un dibujo de Jacopo Bellini de su cuaderno de esbozos hoy en Londres. Comparten una atmósfera lívida y enrarecida, con un paisaje rocoso y árido, y un trazo bastante forzado. En la obra de Bellini, sin embargo, los colores son menos oscuros y esmaltados, más naturales y menos "pétreos", y las formas están dulcificadas por líneas curvas, como el pulido "cojín de roca" sobre el que Jesús se arrodilla.
Más evidente es aún la comparación entre las dos Presentaciones en el Templo (h. años 1455-1460), más antigua la de Mantegna que la de Bellini. Tienen la misma composición y personajes: la Virgen y el Niño apoyados en un marco marmóreo en primer plano, con un viejo y caduco sacerdote que se adelanta a coger al niño mientras José, en segundo plano y medio oculta, mira la escena frontalmente. En la tabla de Mantegna el marco, recurso necesario para los habituales experimentos de "ruptura" espacial hacia el espectador, rodea todo el cuadro, con dos figuras laterales, quizá el autorretrato suyo y retrato de su mujer Nicolosia, y con una entoncación a un colorido reducido, que hace parecer a los personajes austeros y sólidos como esculturas de roca. En la Presentación de Bellini hay dos más, incluido su autorretrato. Organiza el grupo de otra manera, como una pequeña muchedumbre humana; la cornisa ha dejado el sitio a un alféizar más ágil, que aisla menos las figuras respecto al espectador, y los colores, sobre todo blancos y rojos, presentan con mayor dulzura y naturalismo en las carnaciones y demás superficies.
La serie de las Vírgenes con Niño
Poco más o menos el año 1460 Giovanni debió empezar la serie de las Vírgenes con Niño, que caracterizó como tema toda su carrera. Son imágenes de dimensiones pequeñas o medianas destinadas a la devoción privada, abundantísima en la producción veneciana del siglo XV. Pueden mencionarse la Virgen con Niño del Museo Malaspina de Pavía, la de Filadelfia, la Virgen Lehman en Nueva York y la llamada Virgen griega de la Pinacoteca de Brera en Milán.
En estas obras se unen influencias bien vivas en Venecia, gracias a su actividad mercantil: bizantinas como se ve en la fijeza icónica de la divinidad, y flamencas, con su atención analítica al detalle. Además Giovanni se vio influido por la escuela toscana difundida en el Véneto en aquellos años por la presencia durante años de Donatello en Padua (1443-1453) y el ejemplo de Andrea Mantegna (1431–1506), convertido ya en cuñado en 1453, con el cual se estableció una intensa relación de intercambio personal y artístico; con las obras de su cuñado se han relacionado a menudo, compositiva y estilísticamente, las primeras obras de Giovanni.

La primera producción de Bellini tienen también características propias, dadas por "una peculiar y dulcísima tensión que siempre une a la madre y al hijo en una relación de pathos profundo".[2] La composición se toma de los iconos bizantinos y cretenses, en algunos casos con extrema fidelidad. Pero fue radical la conversión de tales estereotipos inmóviles en figuras vivas y poéticas, capaces de instaurar una relación íntima con el espectador.
La serie de la Piedad
Pietà: Cristo muerto sostenido por la Virgen y San Juan, 1460; temple sobre tabla; Pinacoteca de Brera, Milán.También trató en aquellos años el tema de la Pietà, representación artística de Cristo muerto sostenido por la Virgen. Lo hizo en un estilo distinto y algo más personal, con menos dureza en los contornos y un tratamiento más amplio de las formas y los vestidos, pero sin atenuar la intensidad del sentimiento religioso. También esta iconografía se inspiraba en modelos bizantinos: la imago pietatis. Los prototipos de la serie son la Piedad de la Accademia Carrara de Bérgamo y la del Museo Poldi Pezzoli, que datan entre los años cincuenta y sesenta; las siguieron el Cristo muerto sujetado por dos ángeles del Museo Correr, con influencias de Mategna, la célebre Piedad de la Pinacoteca de Brera (h. 1465-1470) y la de Rímini (h. 1474).
La madurez artística
Entre el año 1464 y el 1470 Giovanni se encontró involucrado con el taller de su padre en la ejecución de cuatro grandes trípticos para la recientemente reconstruida iglesia de Santa María de la Caridad en Venecia. Se trata de los trípticos dedicados a San Lorenzo, San Sebastián, a la Virgen María y a la Natividad, que fueron desmontados y recompuestos en la época napoleónica antes de entrar en la Galería de la Academia, atribuidos a los Vivarini, donde se encuentran hoy en día. Se trata de obras interesantes, pero su ejecución se atribuye hoy en gran medida a otras personalidades, mientras que el proyecto general es obra de Jacopo Bellini. Entre los cuatros, el más autógrafo de Giovanni es el Tríptico de San Sebastián.
El políptico de San Vicente Ferrer
El Tríptico de San Sebastián está considerado una especie de prueba general para su primera gran obra como pintor, el Políptico de San Vicente Vicente Ferrer (1464-1468). Fue ejecutado para la capilla homónima de la basílica de San Zanipolo en Venecia. Pintó nueve compartimentos dispuestos en tres registros, sobre los que estaba presente como coronamiento también una luneta perdida con el Padre Eterno.

Los santos del registro central están caracterizados por un fuerte mecanismo plástico, subrayado por la grandeza de las figuras, las líneas enfáticas de las anatomías y de los ropajes, el uso genial de la luz que irradia desde la parte baja hacia algunos detalles, como el rostro de San Cristóbal. El espacio está dominado por el paisaje lejano sobre el fondo y la profundidad en perspectiva sugerida por pocos elementos, como las flechas en escorzo de san Sebastián o el largo bastón de san Cristóbal.
En 1470 Giovanni recibió su primer nombramiento para trabajar junto con su hermano y otros artistas en la Scuola di San Marco, donde entre otros temas le encargaron pintar un Diluvio con el arca de Noé. No ha sobrevivido ninguna de las obras del maestro de este tipo. Se han perdido la mayoría de los grandes encargos públicos de Giovanni. Hubo un famoso retablo pintado en temple para una capilla en la iglesia de San Juan y San Pablo, que desapareció en un incendio en el año 1867, junto con el San Pedro mártir de Tiziano y la Crucifixión de Tintoretto.
Transfiguración de Cristo, h. 1487; óleo sobre tabla; Museo de Capodimonte, Nápoles.
El Retablo de Pésaro, panel centralA la década posterior a 1470 debe asignarse probablemente la Transfiguración (a la derecha) que actualmente se conserva en el museo de Nápoles, repitiendo con mayor madurez y en un espíritu más sereno el tema de sus anteriores esfuerzos en Venecia.
El Retablo de Pésaro
El famoso retablo dedicado a la Coronación de la Virgen, posiblemente del 1475, ([2]), ejecutada para la Iglesia de San Francisco de Pésaro y hoy en el museo municipal local, llevó la influencia de Bellini sobre pintores que no eran vénetos, como es el caso de Marco Palmezzano, de Forlí. Parece que es su más temprano esfuerzo en una forma de arte que previamente casi monopolizó en Venecia la escuela rival de los Vivarini. En esta obra se aprecian las influencias de Piero della Francesca: Giovanni Bellini se va alejando del estilo paterno y supera resabios del gótico tardío. Sintetiza el color con la forma y unifica en un mismo espacio los objetos y demás seres figurados.
Con este retablo alcanza Giovanni su estilo de madurez. e impostación plenamente renacentista con la forma rectangular, coronada originariamente por una Piedad que hoy se encuentra en la Pinacoteca Vaticana. El gran panel central muestra una Coronación de la Virgen marca el logro de un nuevo equilibrio, donde las lecciones de Mantegna resultan sublimadas por una luz clara al estilo de Piero della Francesca. La impostación compositiva sigue los esquemas de algunos monumentos funerarios de la época, pero registra también la extraordinaria invención del cuadro dentro del cuadro, con la espaldera del trono de Jesús y María que se abre como una cornisa, encuadrando un paisaje que parece una reducción, por dimensiones, luz y estilo, del mismo retablo en el interior de sí mismo.
Aquí se unen también los primeros influjos de Antonello da Messina, que llegó a Venecia en el año 1475, introduciendo en la ciudad el uso de la pintura al óleo, la unión del amor por el detalle flamenco y el sentido italiano de la forma y de la composición unitaria, así como la prevalencia de la luz.
Los retratos
La liberación del color y de la luz que logra en sus Vírgenes, aparece también en sus retratos cuyos paisajes de fondo representan de forma realista de la naturaleza. Giovanni Bellini muestra la naturaleza animada por el trabajo humano, o a veces también aquietada, o detenida, rodeada por gran variedad cromática y lumínica. Contemporáneamente a la amplia producción de arte sagrado, Bellini se dedicó al menos hasta finales de los años setenta a la realización de intensos retratos que, si bien escasos en número, fueron extremadamente significativos en sus resultados. El más antiguo documentado es el Retrato de Jörg Fugger de 1474, seguido por el Retrato de joven vestido de rojo y por el Retrato de un condotiero, ambos de la Galería Nacional de Arte de Washington D. C. La influencia de Antonello da Messina es evidente, pero las obras de Giovanni se distinguen por una relación psicológica entre el retratado y el espectador menos evidente, entonado en un diálogo menos directo y más formal.
En 1479 su hermano Gentile marcha a Constantinopla a trabajar para el sultán Mehmed II, por lo cual Giovanni toma su puesto en la ejecución de los frescos del Palacio Ducal veneciano, que serían destruidos en 1577 por un incendio. Después de 1479–1480 gran parte del tiempo y energía de Giovanni fueron consumidos por sus deberes como conservador de las pinturas en el gran salón del Palacio Ducal. La importancia de este encargo puede medirse por el pago que Giovanni recibió: le concedieron, primero la reversión del lugar de un agente en el Fondaco dei Tedeschi, y más tarde, como sustitución, una pensión fija anual de ochenta ducados. Además de reparar y renovar las obras de sus predecesores, se encargó, a partir del año 1492 en una serie de telas para la Sala del Consejo Mayor del Palacio Ducal, que ilustraba el papel que tuvo Venecia en las guerras de Federico Barbarroja y el papado. Estas obras, ejecutadas con grandes interrupciones y retrasos, fueron objeto de admiración universal cuando las terminó, pero no queda nada de ellas ya que desaparecieron en el incendio de 1577; tampoco han pervivido otros ejemplos de sus composiciones históricas y procesionales, que permitieran comparar su estilo en tales temas con el de su hermano Gentile.
La dedicación al palacio Ducal hizo que en estos años Giovanni no se centrara tanto en los retablos, dejando provisionalmente el campo libre, dentro de Venecia, al pintor Cima da Conegliano. Quedan, no obstante, obras de temática religiosa, de menor tamaño, que demuestran una gradual liberación de las últimas restricciones del estilo cuatrocentista; gradualmente fue adquiriendo una completa maestría en el nuevo medio al óleo y dominando todos, o casi todos, los secretos de la perfecta fusión de colores y gradación atmosférica de tonos. Va imponiendo la riqueza cromática, como se puede apreciar en obras de esta época como La transfiguración de los años 1480. Además, quedan por estudiar las relaciones entre el taller de los Bellini y el que, en los años noventa, abrió en Venecia Marco Palmezzano, pues se notan interesantes intercambios entre las obras posteriores de las dos escuelas.
 Retablo de San Giobbe, h. 1487; óleo sobre tabla; Accademia, Venecia.[editar] Retablos de San Giobbe y San ZacaríasUn intervalo de algunos años, sin duda ocupados principalmente con trabajo en el Salón del Gran Consejo, parece separar el Retablo de San Giobbe (a la izquierda), y el de la iglesia de San Zaccaria en Venecia (a la derecha). Formalmente, las obras son muy parecidas, de manera que compararlas sirve para ilustrar el cambio en la obra de Bellini a lo largo de la última década del Quattrocento. Ambos cuadros son el modelo de una Sacra conversazione (conversación sagrada entre la Virgen y santos). Ambos muestran a la Virgen sentada en un trono (con el cual se aludía al trono de Salomón), en medio de columnas clasicistas. Tanto el lugar como las figuras sagradas debajo de una semi-cúpula con mosaicos dorados recuerdan la arquitectura bizantina en la San Marcos.
En el retablo de San Giobbe, Bellini maduró y ofreció una respuesta completa a las novedades introducidas por el siciliano Antonello da Mesina en Venecia, haciendo una de sus obras más renombradas, citada ya en el De Urbe Sito de Sabellico (1487-1491). El retablo, que fue ejecutado en torno al año 1480, se encontraba originalmente en el segundo altar por la derecha de la iglesia de San Giobbe en Venecia, donde con su espacialidad pintada completaba ilusoriamente la real del altar. Una gran bóveda con casetones presenta en perspectiva la composición sagrada, con pilastras laterales pintadas iguales a aquellas realmente a los lados del altar. Un profundo nicho en sombras acoge en el centro el grupo sagrado de la Virgen con Niño y ángeles músicos entre seis santos, a la sombra de un cráneo cubierto por mosaicos dorados en el más típico estilo veneciano. Se trata así de una prolongación virtual del espacio real de la nave, con figuras al tiempo monumentales y cálidamente humanas, gracias al rico empasto cromático.
Retablo de San Zaccaria, 1505; óleo sobre lienzo, transferido desde tabla; San Zaccaria, Venecia.El imponente retablo de San Zacarías, firmado y datado en el año 1505, se conserva en el lugar de origen, la iglesia de San Zacarías de Venecia. En este retablo posterior, Bellini representa a la Virgen rodeada por (desde la izquierda): San Pedro sosteniendo sus llaves y el Libro de la Sabiduría; Santa Catalina y Santa Lucía junto a la Virgen, cada una de ellas con la palma del martirio y el símbolo de su tortura (Catalina la rueda, y Lucía un plato con sus ojos); San Jerónimo, que tradujo la Biblia griega a la primera edición en latín (la Vulgata). Estilísticamente, la iluminación en la obra de San Zaccaria se ha hecho tan suave y difusa que hace que, por comparación, la de San Giobbe parezca casi llamativa por contraste. El uso que Giovanni hace del óleo ha madurado, y las figuras sagradas parecen estar envueltas en un aire quieto, enrarecido. El retablo de San Zaccaria está considerado quizá el más bello e imponente de los retablos de Giovanni, y está datado del año 1505, el año posterior a la Virgen de Castelfranco pintada por Giorgione.
El Tríptico de los FrariEn el año 1488 Bellini firmó y dató el Tríptico de los Frari, para la Basílica de Santa María dei Frari en Venecia, donde aún se conserva. En esta obra las experimentaciones ilusionísticas del Retablo de San Giobbe se desarrollan aún más, con el marco que "sostiene" el techo pintado en tres compartimentos, iluminados con vigor de manera que parezcan reales. Detrás del trono de María se abre de hecho un nicho con mosaicos dorados, con un estudio luminoso que sugiere una vasta profundidad en perspectiva.
Palio del duque Barbarigo
También del mismo año 1488 está datado y firmado el Palio del duque Barbarigo (Virgen con Niño, san Marcos, san Agustín y Agostino Barbarigo arrodillado), en la iglesia de San Pedro Mártir en Murano, uno de los pocos episodios cronológicamente ciertos en la carrera del artista, gracias a la mención también en el testamento del dux Agostino Barbarigo. En el cuadro san Marcos, protector de Venecia y por lo tanto de los dogos, presenta al devoto arrodillado ante la Virgen con gesto afectuoso. La concepción espacial quattrocentesca es aquí abandonada por vez primera, en favor de una relación más libre entre la naturaleza y la Sacra conversazione, e incluso la extensión pictórica representa uno de los primeros experimentos de pintura tonal, diferente a la de Giorgione que siempre está unida al tema del lirismo profano, que aquí falta.
Hacia la maniera moderna
Al aproximarse el siglo XVI, Bellini desarrolló siempre mayormente un acercamiento innovador a la pintura y a la relación entre las figuras y el paisaje, que fue luego retomado por Giorgione, Tiziano y otros dando origen a las extraordinarias innovaciones de la pintura veneciana del Renacimiento maduro.
De la actividad de Giovanni en el intervalo entre los retablos de San Giobbe (h. 1487) y San Zaccaria (1505), hay unas pocas obras, aunque la mayoría de su producción desapareció con el fuego del Palacio Ducal en 1577. Entre el año 1490 y 1500 data Alegoría cristiana de los Uffizi, una de las obras más enigmáticas de la producción belliniana y renacentista en general, poblada por una serie de figuras simbólicas cuyo significado aún hoy es esquivo.
La Virgen con el Niño entre las santas Catalina y María Magdalena, hoy en la Galería de la Academia, conocida como Conversación Sagrada Giovanelli data de 1500-1504. En esta tabla se lee una madurez en el estilo del artista ligada a una expresión esfumada del color, del tipo leonardesco. La luz cae de lado, avanzando mórbidamente sobre los ropajes y sobre las encarnaduras de las santas, en una atmósfera silente y absorta, puesta en evidencia por el fondo oscuro, privado de toda connotación. La composición es simétrica, como en todas las conversaciones sagradas de Giovanni, y la profundidad se sugiere sólo por la posición de lado de las dos santas, que crean una suerte de alas diagonales dirigidas al grupo sacro central. Los personajes aún están separados del paisaje de detrás, pero la vista naturalística es ya unitaria, límpida y cargada de valores atmosféricos dados por la coherente luz dorada.

El Retrato del dux Leonardo Loredan, datado hacia el año 1501 marcó la plena madurez de las lecciones de Antonello da Messina, evidente en el realismo general de las arrugas como en los vestidos, donde lo físico asume el valor de la dignidad del cargo del sujeto. Las características psicológicas son sublimadas por un solemne distanciamiento, en nombre del decoro del papel jerárquico del sujeto.
Los últimos diez o doce años de la vida del maestro lo vio asediado con más encargos de los que podía terminar. Ya en los años 1501–1504 Isabel, marquesa Gonzaga de Mantua había tenido gran dificultad para obtener la entrega por parte de él de una pintura de la Virgen y Santos (hoy perdida) para la que había pagado algo por adelantado. En 1505 ella intentó obtener, a través del Cardenal Bembo otro cuadro de él, esta vez de tema secular o mitológico. Cuál fuera el tema de esta pieza, o si realmente se llegó a entregar, es algo que se desconoce.
Se llega así a la obra maestra indiscutible de La madona del prado (h. 1505), una suma de significados metafóricos y religiosos unidos a una profunda poesía y emocionalidad. El paisaje es límpido y enrarecido, con una luminosidad serena, que representa el ideal de la quietud, entendida como conciliación espiritual, idílica y eremítica.
El festín de los dioses, h. 1514 acabado por su discípulo, Tiziano, 1529; óleo sobre lienzo; Galería Nacional de Arte, Washington D. C.Giovanni Bellini se mantuvo activo y atento a novedades hasta el final. Sus últimas obras delatan la influencia del joven Giorgione. Durero, que visitó Venecia por segunda vez en 1506, mencionó a Giovanni Bellini como todavía el pintor más importante en la ciudad, y lleno de toda la cortesía y generosidad hacia los pintores extranjeros. En 1507 murió su hermano Gentile, y le legó el libro de esbozos de su padre Jacopo, pero la condición de terminar la Predicación de San Marcos en Alejandría(hoy en la Pinacoteca de Brera) que Gentile había dejado inacabado en la Scuola Grande di San Marco.
En la Virgen con Niño bendiciendo del Detroit Institute of Arts (1509) o la Virgen con Niño de Brera (1510) vuelve a separar el grupo sagrado del paisaje; pero hay una visión nueva que recuerda las conquistas de Giorgione, donde los elementos humanos resultan fundidos con la naturaleza. En la Virgen de Brera el análisis ha revelado la ausencia de dibujo bajo el paisaje, lo que pone en evidencia una confianza en el disponer la naturaleza llena y total. Cercana a esta obra es también una Virgen con Niño en la Galleria Borghese de Roma, quizá la última versión totalmente autógrafa del tema.

En 1513 la posición de Giovanni como único maestro (desde la muerte de su hermano y la de Alvise Vivarini) a cargo de las pinturas del Salón del Gran Consejo fue amenazada por uno de sus antiguos alumnos. El joven Tiziano deseaba una parte del mismo encargo, para que le pagasen en los mismos términos; primero se le concedió, luego se rescindió un año después y al cabo de otro año o dos se lo dieron de nuevo. Sin duda, el viejo maestro debió enfadarse por los métodos de su alumno.
En el último período de su actividad artística se enfrentó a temas mitológicos como en el año 1514 con El festín de los dioses, realizado para el studiolo del duque Alfonso de Ferrara (hoy en la Galería Nacional de Arte de Washington), técnicamente de altísimo nivel y muy cuidado. Tiziano, autor de los otros cuadros del studiolo, rehizo casi completamente el paisaje a la muerte del maestro en 1516.
De vuelta a temas religiosos, sin embargo, Giovanni Bellini es capaz aún de experimentar con soluciones modernas (en composición, formato, tema), lo que llevó a los críticos a atribuir la Embriaguez de Noé del Museo de Bellas Artes de Besanzón a Lotto o Tiziano.
Está enterrado en la Basílica de San Juan y San Pablo de Venecia, un lugar de enterramiento tradicional para los dogos.
·         Giorgione
Biografía:
Orígenes
A pesar de ser una figura oscura de la Historia del Arte, se cuenta dentro de la nómina de pintores biografiados por Giorgio Vasari en su célebre Vite (Vidas). El pintor debió nacer en el pequeño pueblo de Castelfranco Véneto, pero no quedan datos de su origen familiar. Aparece citado como Zorzi e incluso Zorzo en la documentación de su época (difieren estos nombres según la dicción veneciana), aunque su verdadero nombre era Giorgio.
Paolo Pini, por primera vez, le llama Giorgione en sus Diálogos de la pintura, nombre con el que hoy es mundialmente conocido. Vasari explica que se denomina así:
Por las hechuras de la persona y por la grandeza de su ánimo fue llamado Giorgione, el cual, aunque había nacido de humildísima estirpe, no obstante no fue más que gentil y de buenas costumbres durante toda su vida. Fue educado en Venecia y se complacía continuamente en las cosas del amor y le gustaba admirablemente el sonido del láud, y tanto, que él tañía y cantaba a la vez tan divinamente que por ello, se empleaba a menudo en varias músicas y reuniones de personas nobles.[1]
Carlo Ridolfi, en 1648, por el contrario, le hace descender de una familia acomodada y nativa de Vedelago (Provincia de Treviso), en una biografía cuestionada por los estudiosos posteriores, por sus errores y omisiones.
Conocemos su aspecto físico gracias al autorretrato del museo Herzog Anton Ulrich de Brunswick, que sirvió como modelo para el grabado de la 2º edición de las Vidas de Vasari. Se atribuye a su autoría este autorretrato debido a su mano e incluso a que, el examen radiográfico nos muestra que está pintado sobre una tela que contenía una Virgen con el Niño de estilo giorgionesco.
La edad en la que llegó a Venecia también es desconocida, pero las evidencias prueban la tesis de Ridolfi de que fue admitido a la edad de 10 años como aprendiz en el taller de Giovanni Bellini, que era por entonces el pintor más famoso de la ciudad.
En su estilo se advierten, además de las recibidas de su maestro, las influencias de Antonello da Messina, quien había dado a conocer la técnica del óleo en Venecia; de Leonardo da Vinci, del que tomó el sfumato; e incluso en la actualidad se piensa que recibió alguna indicación de Vittore Carpaccio en sus momentos iniciales.
Carrera artística
Judith (Museo del Hermitage de San Petersburgo).Su talento fue pronto reconocido, según los documentos de la época, por el hecho de que en 1500, cuando sólo tenía veintitrés años (según la cronología que da Vasari), fue elegido para pintar los retratos del dux Agostino Barbarigo y del condotiero Consalvo Ferrante.
En 1504, le fue encargado un retablo en memoria de Matteo Constanzo para la iglesia de san Liberal en su ciudad natal. En 1507, recibe por orden del Consejo de los Diez, libramiento de pago por un cuadro (hoy perdido) para la decoración de la nueva Sala de Audiencias de Palacio Ducal.
De 1507 a 1508 trabajó, junto a otros artistas de su generación como Tiziano, en los frescos de la fachada del nuevo edificio del Fondaco dei Tedeschi, sede de los mercaderes alemanes en Venecia. Se conoce el litigio de 1508 para la liquidación de su trabajo pero no los frescos, ya que sus fachadas daban al Gran Canal y las inclemencias del tiempo han ido destruyéndolos. En el siglo XVIII, el grabador Antonio María Zanetti realizó sus propias copias, gracias a las cuales conocemos la disposición y la temática; además de unos pequeños restos que representan a una Mujer desnuda conservados todos ellos en la Galería de la Academia de Venecia.
Ya había participado en trabajos similares en la Casa Soranzo, la Casa Grimani alli Servi y otros palacios venecianos. También pintó por encargo para coleccionistas privados, y en esto se diferencia de los otros artistas de su tiempo, que trabajaron sobre todo para grandes instituciones públicas o para la Iglesia.
Vasari da mucha relevancia en su biografía del pintor al encuentro con Leonardo da Vinci, en su visita a Venecia en 1500, acontecimiento que influyó sumamente en su obra.
Muerte prematura
En septiembre u octubre de 1510, murió a causa de la peste que asolaba Venecia. Días después de su fallecimiento, la gran mecenas Isabel de Este, escribiría desde Mantua a Taddeo Albano, su corresponsal en Venecia, para que se asegurara una Noce de Giorgione para su colección. Este hecho revela la fama que Giorgione gozaba en el momento de su prematura muerte. La fecha de 1510 la conocemos precisamente a través de esta correspondencia.
También su fallecimiento es referido por Vasani en su Vidas:
Mientras Giorgione atendía a honrarse a sí mismo y a su patria, en el mucho conversar que él hacía para entretener con la música a muchos amigos suyos, se enamoró de una señora y mucho gozaron el uno y la otra de sus amores. Ocurrió que en año de 1511 ella se contaminó de peste; pero Giorgione, ignorante de su enfermedad, siguó tratándola y se contagió, de manera que en breve tiempo, a la edad de 34 años, pasó a la otra vida, no sin dolor de sus amigos, que le amaban por sus virtudes.
Todas las fuentes representan a Giorgione como un personaje de distinguido y romántico encanto, un gran amante, un gran músico, capaz de expresar en el arte el placer, el esplendor, la sensualidad, matizada de poética melancolía, de una Venecia que vivía momentos de auge cultural.

Tras su muerte: El misterio GiorgioneLa escasez de noticias sobre su vida, la dispersión de su obra, pasada de mano en mano por los coleccionistas, sin haber permanecido fija en iglesias, por su carácter laico, hace que ya en el siglo XVI se empiece a oscurecer su figura. Además el hecho de que Tiziano terminara algunas obras trae mayor confusión.
En el siglo XVII, inexactitudes transmitidas por su biógrafos y las falsificaciones (al menos 50) realizadas por Piero della Vecchia fomentaron su mitificación, hasta el extremo de dudar de su existencia a principios del siglo XIX.
A partir de ahí, se realizaron estudios científicos serios sobre el autor. Contribuyeron a esclarecer su figura la publicación en 1800 del anónimo Morelliano, manuscrito de Marcantonio Michiel y la correspondencia de Isabel de Este, publicada en 1888.
Desde 1925, los museos realizan pruebas de radiografía a sus cuadros para autentificar su obras. Sobre las de Giorgione se realizaron en 1931 en la Venus, en 1932 en Los tres filósofos y en 1939 en La tempestad.
Asimismo se celebraron exposiciones antológicas que reunieron gran parte de su obra en Venecia en 1955 y en 1978.
El juicio de Salomón (Giorgione)
El juicio de Salomón es un cuadro pintado por el maestro italiano del Renacimiento Giorgione (1500-1501). Se encuentra en la Galleria degli Uffizi de Florencia.
El trabajo es de dimensiones y temática similar a La prueba de fuego de Moisés, también en los Uffizi.
Descripción
Se muestra a Salomón, rey de los judíos, en el trono, con los dignatarios de la corte y dos mujeres a sus pies. Las dos mujeres habían reclamado al mismo hijo como propio y habían apelado al rey. La decisión de Salomón de cortar al niño en dos y dar una mitad a cada una puso al descubierto a la que fingía serlo.[1] Detrás de los personajes se encuentran dos grandes robles que dividen el cuadro en dos partes.
Análisis Sensorial y Compositivo:
La pintura manifiesta algunos rasgos propios del autor, como la ropa lujosa, reflejo del modo de vida burgués y los contrastes de luces y sombras
Sus amplios conocimientos le hacían sobresalir con gran maestría tanto en la técnica del fresco como en el empleo tradicional del temple y el óleo sobre tabla, así como el innovador uso del lienzo. Dominaba el dibujo, pero no se sometía en la ejecución final de sus obras al plan inicial trazado, sino que variaba su concepción durante la realización del cuadro.
Se pueden advertir dos etapas dentro de la evolución de su estilo:
1.En un primer momento se encuentra ligado a la pintura de los maestros de Quattrocento veneciano, aunque se atisbaba el surgir de una poderosa personalidad por su originalidad en el tratamiento del paisaje totalmente invadido de luz. Los temas religiosos pertenecen a este período. Destaca así el Retablo de Castelfranco que culminaría esta fase, revelando ya innovaciones en la disposición de las figuras, sin salirse de la tradicional Sacra conversazione.
2.La plenitud de su obra aporta libertad de ejecución y riqueza de efectos cromáticos. Arriesga la técnica a cambio de mayor expresividad. Destaca el uso del paisaje no como marco sino como personaje de la obra. Ejemplos de esto lo tenemos en La tempestad o Los tres filósofos.
Innovaciones
Retrato de un joven (posiblemente Antonio Broccardo) (Museo de Bellas Artes de Budapest).Los avances que supuso la figura de Giorgione en la pintura fueron:
Riqueza cromática: Uso Giorgione una gran gama de colores, mucho más rica que sus predecesores del Quattrocento, porque consideraba que para ganar en expresividad debían someterse todos los elementos al color.
Empleo del lienzo: Fue el interés por el color lo que lo llevó al uso de la nueva técnica del lienzo que sustituiría a la tradicional tabla de la pintura italiana. La tela unía a su facilidad en el transporte y una mayor economía, la posibilidad de que sobre su textura se consiguieran efectos de color más adaptados a su estética.
Paisaje como parte fundamental: De la perspectiva lineal de Quattrocento basada en elementos geométricos y matemáticos, busca apoyarse en elementos atmosféricos y ambientales, dejando de analizar por separados las figuras para dar una visión más unitaria en el espacio en que están situadas. Por primera vez, Giorgione pinta paisajes con figuras en vez de una figura con paisajes. Esto sienta una base importante para el desarrollo del arte moderno.
Cuadros de género: Su temática es profundamente profana, a pesar de contar con cuadros religiosos, a los que desposeía de todo misticismo propio del asunto y de la época. No pretende mover a la devoción, enaltecer gestas históricas, ni componer asuntos simplemente alegóricos. Es lo que hoy podríamos llamar El arte por el arte.
·         Correggio:
Los datos conocidos de su vida son escasos. Nació en Correggio. Empezó a pintar allí y en Mantua, donde trabajaba Andrea Mantegna, que fue su principal influencia de juventud. Fue influido también por Lorenzo Costa el Viejo y Leonardo da Vinci.
Estuvo en Roma entre 1517 y 1520, época en la que adquirió un clasicismo naturalista al contacto con Rafael y Miguel Ángel. Su gran admiración por el primero ha hecho que se le atribuya la frase (seguramente apócrifa) de Anch'io sono pittore! (¡También yo soy pintor!)
Hacia 1530 estuvo al servicio de Federico II Gonzaga, duque de Mantua. Pintó una célebre serie de cuatro lienzos de mitologías para el Palazzo Tè.
Recibe la influencia de Melozzo da Forlì. Es comúnmente considerado como pionero del uso de la luz. Consigue sensación de ingravidez. De gran sensibilidad y delicadeza, pinta a niños, adolescentes y figuras femeninas suaves y de blanda sensualidad. Comienza como un renacentista clásico, posteriormente recibe la influencia manierista y acaba, por su dinamismo y profundidad espacial, anticipando el barroco. En su madurez, su estilo es noble y equilibrado, con sombras transparentes y diseño fluido. Sus trabajos son descritos en las Vidas de Giorgio Vasari.
La Asunción de la Virgen (Correggio)
La Asunción de la Virgen (en italiano, Assunzione della Vergine) es un fresco muy influyente, obra del artista italiano Antonio Allegri da Correggio. Se trata de un fresco ejecutado sobre la cúpula de la catedral de Parma, Italia, la cual tiene unas dimensiones de aproximadamente 11 metros de diámetro. Data de los años 1526-1530.
El contrato para realizar este fresco fue establecido el 3 de noviembre de 1522 entre Correggio y los responsables del mantenimiento de la catedral de Parma.
El fresco representa el momento de la asunción de la virgen, esto es, la subida al cielo, en cuerpo y alma, de la madre de Jesús. En los cuatro triángulos curvados, formados por las cuatro pechinas, están representados los santos patronos de la ciudad: San Juan Bautista con el cordero, san Hilario con un mantón amarillo, santo Tomás[1] junto al que se encuentra un ángel llevando la palma del martirio, y San Bernardo, la única figura que mira hacia arriba.
Detalle de la cúpula: La Virgen y los ángelesLa composición no gira en torno a un eje central, como en el clasicismo, sino que está descentrada, «desestructurada», al modo que sería habitual en el barroco.
A los pies de Jesucristo, la Virgen vestida de rojo y azul es alzada al cielo por un grupo de ángeles. Alrededor de la base del anillo, entre las ventanas, está el corro de los apóstoles sorprendidos como si rodearan la tumba vacía de María. Alrededor de la Virgen gira un torbellino de ángeles y otros personajes en movimiento, en varios círculos concéntricos y sentido ascensional. Entre ellos se reconoce a Adán y Eva, Judit con la cabeza de Holofernes y algunos ángeles que tocan instrumentos musicales. En el centro de la composición está Jesucristo, que desciende del cielo para coronar a su madre.
Todas están figuras están bañadas por una luz ideal, simbólica, y dan la sensación de «atravesar» el espacio material y de ser «aspiradas» por el espacio divino.
En este fresco se demuestra el estilo propio que Correggio adoptó desde 1520. Muestra la influencia de la perspectiva de Melozzo. Sirvió de modelo a los artistas barrocos posteriores, por el estilo dramático de la escena, la fusión de elementos pictóricos y arquitectónicos, pero sobre todo por la gran novedad de la perspectiva llamada sotto in su (en contrapicado), muy utilizada posteriormente en el siglo XVII. Este fresco fue el modelo de pintura de techos dramáticamente ilusionista predominante en la época barroca. Se trata toda la superficie como una única unidad pictórica de vastas proporciones, haciendo equivaler la cúpula con el cielo. Las figuras están representadas de manera realista, de manera que parecen sobresalir hacia el espacio en el que se encuentra el espectador.
Crea una ilusión óptica de profundidad hacia el infinito con esa perspectiva en contrapicado. Diversos círculos de ángeles giran en círculos más pequeños, dando sensación de profundidad, y un movimiento vertiginoso. En esta obra,
"Correggio consiguió sugerir un espacio infinito y luminoso, enlazando íntimamente el tambor y la cúpula con un tema y un color unificados y difuminando las aristas; el tambor toma el aspecto de una balaustrada ante la cual se apoyan las grandes figuras de los apóstoles de pie, todos vueltos hacia el cielo. Sobre la tierra, simbolizada por el borde del parapeto, se desarrollan los Funerales de la Virgen, mientras que, sin solución de continuidad, entre el tambor y el luquete[2] un remolino de ángeles elevan a la Virgen al cielo, llevando con ella a santos y personajes bíblicos y San Miguel que desciende en su búsqueda"
En la realización de los frescos Correggio abandona el método del estarcido, para poner el dibujo sobre cuadrícula. Los frescos de las cúpulas, tanto de la iglesia de San Juan Bautista, como de la catedral de Parma, fueron muy estudiados por los decoradores del siglo XVII.
El fresco no consiguió reconocimiento al tiempo de su realización, sino en siglos posteriores.
Este fresco inspiró a Carlo Cignani su fresco Asunción de la Virgen, en la iglesia catedral de Forlì.
·         Durero Alberto
Alberto Durero es uno de los artistas más famosos del Renacimiento alemán. En su producción abundan pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte.
Nació el 21 de mayo de 1471 en Nüremberg, Alemania. Era hijo de Alberto Durero el Viejo y Barbara Holfer. La pareja tuvo dieciocho hijos, pero solo tres lograron sobrevivir. Su padre, un orfebre húngaro, fue su primer maestro, enseñándole el oficio de orfebre y joyero.
Tras trabajar con él durante un periodo de tiempo, el joven Durero se interesó más por la pintura. El padre accedió a los deseos del hijo y en 1486 ingresó en el taller de Michael Wolgemut, el principal productor de retablos, como aprendiz de pintor y diseñador de grabados.
Allí permaneció cuatro años, llegando a superar la calidad artística de su maestro. Después, realizó un viaje de estudios para ampliar su formación y conocer a otros artistas. Fue a  Colmar con la intención de entrar en el taller del pintor y grabador alemán Martin Schongauer, pero el maestro había fallecido. Se dirigió a Basilea y a Estrasburgo, donde realizó ilustraciones para varias publicaciones.
En estos años, su arte refleja una enorme calidad en el trazado del dibujo y una minuciosa observación del detalle. Finalmente, regresó a Nüremberg en 1494, ya que sus padres habían concertado su enlace con Agnes Frey. El matrimonio le aportó el dinero necesario para crear su propio estudio Nüremberg. 
Ese mismo año marchó a Italia y visitó Venecia, conoció la obra de Bellini, Mantenga y Pollaiuolo. El viaje duró dos años, pintó castillos, paisajes y panorámicas, apuntes que después empleará en sus obras.
El artista se había formado en un entorno influido por la escuela flamenca y la tradición gótica alemana. Pero su viaje a Italia le permitió asimilar los postulados artísticos del Renacimiento italiano despertando su interés por la geometría y las proporciones matemáticas.
De regreso a Nüremberg, Durero comenzó un serio estudio de las matemáticas y de las proporciones humanas. El dominio de la xilografía y el grabado hicieron que su fama fuera asentándose y que elabora un gran número de obras. Destaca la serie de grabados del Apocalipsis (1498), La Gran Pasión y la Vida de la Virgen. Aunque la temática sigue siendo convencional, la técnica es novedosa. Las figuras están llenas de expresividad y son tratadas con gran minuciosidad, mostrando multitud de detalles.
Entre 1505 y 1507 visitó Italia de nuevo, pasando mucho tiempo en Venecia. El objetivo ya no era completar su aprendizaje, sino asentar su fama internacional. Y tras ser consagrado y reconocido como un artista de prestigio volvió a  Nüremberg. En su ciudad natal pintó algunas obras de grandes dimensiones como El martirio de los diez mil, una obra de gran dinamismo en la que incorpora el colorismo veneciano. También pintó las tablas de Adán y Eva.
En 1512 fue nombrado pintor de corte del emperador Maximiliano I y de Carlos I. Sus últimos años los dedicó a su obra teórica, Tratado sobre la proporción, publicado en cuatro libros en 1525.
Finalmente falleció en Nüremberg en 1528. Es una de las figuras más importantes del Renacimiento en Europa septentrional, y a través de sus grabados ejerció una enorme influencia en otros artistas del siglo XVI.
Obras más importantes de Albero Durero
Adoración del Niño (1496-97)
Durero realizó esta obra al de llegar de Italia y pone de manifiesto todo lo aprendido, presenta a una Virgen monumental, casi escultórica. La construcción espacial de la sala también sigue las teorías de la perspectiva de los italianos, aunque se observan algunos detalles alemanes, como el paisaje de Nüremberg que se ve a través de la ventana.
Melancolía
Es la representación de la virtud intelectual. Es una mujer sentada en un banco de piedra y está acompañada por un ángel tristón y un perro a sus pies. Su aspecto es descuidado y su cabello está despeinado.
Está absorta, pero no en un trabajo, sino en un estado de inactividad completa, con la cabeza apoyada en el puño. Está sumida en una intensa actividad intelectual. No continúa con su trabajo por pereza, sino porque le parece que no tiene sentido. A su alrededor aparecen objetos desordenados.
En esta obra, Durero intelectualiza la Melancolía y la asocia al Arte. Su ejecución es meticulosa y está sobrecargada de significados. Sintetiza las características del artista como genio, atormentado por la creatividad, sometido a sus impulsos, huraño y solitario.
El Caballero, la Muerte y el Diablo
Este grabado alude la virtud moral. Ilustra la vida del cristiano esbozando una imagen perfecta del soldado de Cristo, con un aspecto monumental y lleno de la armonía.
Representa a un caballero cristiano opuesto a un mundo hostil. El caballero es viril, fuerte y está sereno. A caballo, recorre el camino de la virtud, que es arduo y lúgubre e intenta vencer los peligros y las tentaciones que le acechan.
El fondo está compuesto por rocas y árboles desnudos. A lo lejos, hay un castillo, que es la meta del caballero: la virtud inexpugnable. Durante el camino aparece la Muerte a caballo, que es un cadáver en descomposición, sin mejillas, nariz ni labios y el cuello rodeado de serpientes. Se acerca al caballero y trata de espantarlo mostrándole su reloj. Mientras tanto, un horrible Diablo le sonríe por detrás del caballo.
Adán y Eva
En estos dos cuadros se observan las influencias del renacimiento italiano. Realiza un tratamiento anatómico de los cuerpos, aunque ambos están idealizados a la manera italiana. Las luces, los colores, el sombreado y el volumen responden a un tratamiento renacentista.
Los dos personajes se encuentran de pie y existe una relación entre ellos. Adán está mirando a Eva, quien recoge la manzana que le ofrece la serpiente. Y emplea un fondo neutro para no distraer la atención de la acción que constituye la tentación.
·         Matthias Grünewald
Su verdadero nombre fue Mathis Gothart Neithardt, y a veces se le menciona como "Maestro Mathis" o "Mathis el Pintor" (Mathis der Maler). Un escritor del siglo XVII, Joachim von Sandrart, lo identificó erróneamente con el apellido Grünewald; su verdadero nombre no se descubrió hasta los años 1920. Su fecha de nacimiento no está clarificada, pero se cree que sería hacia fines del siglo XV, ya que su primera obra fechada es de 1503.
Nació en Wurzburgo en los años 1470. Se lo nombró pintor oficial e ingeniero hidráulico de la corte en 1509, desempeñando el cargo para dos arzobispos de Maguncia sucesivos, Uriel von Gemmingen y Alberto de Brandeburgo, en la Renania alemana hasta 1525. Parece que tuvo que abandonar el puesto en 1525 por su adhesión a la revuelta campesina, así como al protestantismo.
Grünewald murió en Halle en 1528.
El compositor del siglo XX Paul Hindemith basó su ópera de 1938 Mathis der Maler en la vida de Grünewald.
Es conmemorado como artista por la iglesia luterana el 6 de abril.
Escarnio de Cristo (Grünewald)
El Escarnio de Cristo (en alemán, Die Verspottung Christi) es un cuadro del pintor alemán Matthias Grünewald. Mide 109 cm de alto, y 73,5 cm. de ancho. Está pintado al temple y óleo sobre panel de madera. Se encuentra en la Alte Pinakothek de Múnich (Alemania).
Es una de sus primeras obras, realizada hacia el año 1503; de hecho, es la más antigua cuya autoría no es controvertida.
Jesús de Nazaret se sienta, con los ojos vendados. Tiene los brazos y las manos atados con una cuerda. Recibe indefenso los golpes de los siervos: un verdugo, delante de él, tira de la cuerda; otro, detrás, alza el puño para pegarle al mismo tiempo que le tira del pelo. Por la derecha se añade a la escena un hombre, que lleva un bastón en su mano izquierda y con la derecha hace ademán de abofetear a Cristo. En el hombro de este verdugo apoya su mano otro hombre, más viejo, que parece estar hablándole. En el fondo de la imagen hay otros tres hombres: a la izquierda se ve a un músico tocar la flauta al tiempo que golpea el tambor. El más joven de los otros dos hombres parece indiferente, casi alegre. El tercero, del que sólo se ve con claridad la cabeza en el borde derecho del cuadro, aparece con el rostro desconsolado.
Domina el cuadro la fuerza de las emociones. La escena tiene un dramatismo hasta entonces inédito. Los rostros de los verdugos sólo expresan brutalidad, de modo casi caricaturesco, lo que recuerda a obras del Bosco como Cristo con la cruz a cuestas y a los estudios fisionómicos de Leonardo (Cabezas grotescas).
·         Cranach Lucas
Educación y comienzosLucas nació en Kronach, en la alta Franconia, y aprendió a pintar de su padre. No es posible hacer un seguimiento de sus familiares y predecesores. Su apellido real difiere según las fuentes y puede ser Sünder, Sunder o Sonder; posteriormente Lucas se añadió como apellido el nombre de su ciudad natal.
Se desconoce el taller donde tomó clases de pintura; se supone que conoció al maestro de pintura alemán Matthias Grünewald que le hubo de ofrecer algo de educación. Grünewald practicó en Bamberg y en Aschaffenburg, siendo Bamberg la capital de la diócesis donde Cranach vivía.
La primera referencia escrita de su existencia es en la ciudad alemana de Wittenberg en el año 1504, en el que el príncipe del lugar le daba un cierto salario por su trabajo. Se sabe además que poseía una casa en Gotha y que Barbara Brengebier fue su mujer.
Carrera pictórica
La primera evidencia de los trabajos artísticos de Lucas Cranach proviene de una pintura datada en 1504. En esta época abordó diversas tareas: decoración de interiores, pinturas de altar y retratos, diseños para grabados en madera (xilografías) y en placas de bronce. En su más temprana edad tuvo empleo de oficial dedicado a pintar las paredes de los palacios de Coburgo y Locha, debido en parte a la fama que tenía de meticuloso y de realista. Los motivos pintados eran escenas de caza y pastoriles.
Antes de 1508 llegó a pintar diversas piezas de altar para el castillo de Wittenberg en competición con sus contemporáneos Alberto Durero, Hans Burgkmair y otros; el duque y su hermano Juan fueron retratados por él durante diversas ocasiones tanto en pintura como en xilografía. La gran reputación lograda por Lucas hizo que en 1509 viajara a Holanda al servicio del emperador Maximiliano I y Carlos V. Hasta 1508 Cranach no empezó a firmar sus obras, y cuando lo hacía ponía sus iniciales y dibujaba una serpiente alada como anagrama (Kleinodo).
La ninfa de la fuente (Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid).Algún tiempo después el duque le concedió el monopolio de las salas de medicina de la ciudad de Wittenberg, y le dio la concesión y privilegio de la edición de Biblias. Las prensas de Cranach fueron usadas por Martín Lutero. Su establecimiento de farmacia permaneció abierto durante siglos y sólo fue suspendido a raíz de un incendio acaecido en 1871.
La especialidad de Lucas Cranach el Viejo fueron los retratos, las escenas religiosas de mediano formato aptas para domicilios particulares y, sobre todo, los temas de mitología que daban pie a incluir desnudos femeninos. Cranach impuso en el Arte un canon femenino muy peculiar, estilizado y de aspecto juvenil, con ojos almendrados, senos menudos y piernas largas.
Cranach el Viejo organizó un activo taller, de donde se expedían múltiples pinturas religiosas y mitológicas que repetían unos modelos fijos con ligeras variantes. El anagrama de la serpiente alada se incluía en todas ellas, más como sello del taller que como garantía de autoría. Los dos hijos de Cranach, Lucas Cranach el Joven y Hans Cranach, colaboraron en el taller. En señal de luto por la muerte de Hans en 1537, el anagrama familiar se modificó, disponiendo las alas de la serpiente hacia abajo. Ello supone una pista cronológica sobre las obras realizadas antes y después de tal fecha.
Las obras de mayor calidad de la familia Cranach son las de la primera época, especialmente las anteriores a los años en que ambos hijos empezaron a colaborar. Las de 1508-20 son relativamente escasas en el mercado y alcanzan precios astronómicos. Aunque Cranach el Viejo fue muy prolífico, mantuvo un nivel de calidad alto, con una ejecución muy esmerada que requería múltiples capas de pintura al óleo aplicadas en finas veladuras. A partir de la masificación del trabajo en el taller, las obras delatan una ejecución más esquemática, un colorido menos variado y un dibujo de contornos más rectos.
Defensa del luteranismo y exilio
Retrato de Martín Lutero pintado por Cranach (1529, Uffizi).De una fe religiosa inicialmente católica, Cranach el Viejo pasó a apoyar fervientemente el luteranismo, promoviendo con sus retratos y grabados la fama internacional de Martín Lutero y Philip Melanchthon. En algunos grabados, Cranach pareció ridiculizar al Papa y a la Casa de Habsburgo. A raíz de la derrota de las tropas protestantes ante Carlos V en la batalla de Mühlberg (1547), el elector Juan Federico I de Sajonia fue apresado y enviado al exilio a Weimar, y Cranach le acompañó. En tales circunstancias el pintor falleció en el año 1553.
·         Baldung Grien
Artista alemán del siglo XVI que cultivó la pintura, el grabado y el diseño de vidrieras. Formado en Estrasburgo, completó su aprendizaje en el taller de Durero donde está documentado hacia 1503. Su apodo, «Grien» (verde, en alemán antiguo), viene de sus años de juventud, en los que el artista sintió una especial predilección por este color. Cuando Durero realizó su segundo viaje a Italia, entre 1505 y 1507, Baldung Grien, su alumno más aventajado, se quedó a cargo del taller en Núremberg. En 1509 está de nuevo documentado en Estrasburgo, donde obtiene la ciudadanía, y dirige su propio taller. Entre Baldung Grien y Durero existió, sin embargo, una relación de amistad y admiración mutua, que perduró hasta la muerte del maestro de Núremberg, como prueba el hecho de que Durero, durante su viaje a los Países Bajos, regaló e intercambió grabados hechos por Baldung Grien. Entre 1512 y 1517 se trasladó a la ciudad de Friburgo de Brisgovia, para ejecutar el encargo más ambicioso de su carrera: la decoración del altar mayor de la catedral, un monumental retablo formado por once pinturas con La Coronación de la Virgen como tema central. Este conjunto, conservado in situ, está considerado una de sus obras maestras. En 1517 regresó a Estrasburgo, donde permaneció hasta su fallecimiento en 1545.
Fue un artista muy prolífico y versátil, en su extensa producción se encuentran escenas religiosas, retratos, temas mitológicos y alegóricos. Precisamente lo más significativo de su trabajo son sus alegorías, donde las figuras femeninas desnudas, de talante erótico, transmiten mensajes en relación con la muerte. Entre sus mejores obras se encuentran Las siete edades de la mujer, conservada en el Museum der Bildenden Künste de Leipzig, Las tres Gracias y Las edades y la muerte, ambas en el Museo Nacional del Prado. Sus pinturas y grabados recibieron el influjo de otros maestros del Renacimiento alemán, como Lucas Cranach, Grünewald y Durero
·         Holbein Hans
Primeros años
Hans (a la derecha) y Ambrosius Holbein, por Hans Holbein el Viejo, 1511. Punta de plata en papel con capa blanca, Museos estatales de Berlín.Holbein nació en la ciudad libre imperial de Augsburgo durante el invierno de 1497-98.[6] Era el hijo del pintor y dibujante Hans Holbein el Viejo, reconocido artista dentro de la tradición flamenca, notable por sus retratos, cuyo trabajo continuaron tanto él como su hermano mayor Ambrosius. Holbein el Viejo tenía un taller grande, con mucho trabajo, en Augsburgo, a veces ayudado por su hermano Sigmund, también un pintor.[7]
Hacia 1515 Holbein el Joven y su hermano se instalaron como pintores oficiales en la ciudad de Basilea, Suiza, un centro de aprendizaje y del comercio de impresión y láminas.[8] Entraron como aprendices en el taller del pintor Hans Herbst, el más destacado de Basilea.[9] Los hermanos encontraron trabajo en Basilea como ilustradores de libros, realizando xilografías y cortes de metal para los impresores.[10]
En 1515, el predicador y teólogo Oswald Myconius los invitó a añadir dibujos a pluma al margen de una copia del Elogio de la locura del erudito humanista Desiderio Erasmo de Róterdam.[11] Los esbozos proporcionan un indicio temprano del ingenio de Holbein y su inclinación humanística. Sus otros trabajos tempranos, incluyendo el retrato doble del alcalde de Basilea Jakob Meyer zum Hasen y su esposa Dorothea, sigue el estilo de su padre.[12]
Retrato de Erasmo de Róterdam, 1523. Óleo y temple sobre tabla, National Gallery (Londres), en préstamo de Longford Castle.En 1517, padre e hijo empezaron un proyecto en Lucerna (Luzern), pintar el interior y el exterior de los muros para el comerciante Jakob von Hertenstein.[13] Mientras estaba en Lucerna, Holbein también dibujó cartones para vidrieras.[14] Los archivos de la ciudad muestran que el 10 de diciembre de 1517, le pusieron una multa de cinco libras por pelearse en la calle con un orfebre llamado Caspar, a quien multaron con la misma cantidad.[15] Ese invierno, Holbein probablemente visitó Italia septentrional, aunque no quedan registros de este viaje. Muchos estudiosos creen que estudió la obra de maestros italianos de frescos, como Andrea Mantegna, antes de regresar a Lucerna.[16] Llenó dos series de paneles en la casa de Hertenstein con copias de obras de Mantegna, incluyendo Los triunfos de César.[17]
En 1519, Holbein regresó a Basilea. Su hermano desaparece de los documentos alrededor de esta época, y se cree que murió.[18] Holbein se restableció rápidamente en la ciudad, llevando un taller atareado. Se unió al gremio de pintores y asumió la ciudadanía de Basilea. En 1519 se casó con Elsbeth Schmid, una viuda unos pocos años mayor que él que tenía ya un hijo, Franz, que llevaba el negocio de curtiduría de su fallecido marido. Tuvieron un hijo, Philipp, en su primer año de matrimonio.[19]
Holbein fue prolífico durante este período en Basilea, que coincidió con la llegada del luteranismo en la ciudad.[20] Holbein pintó en esta época retratos ocasionales, como el retrato de Bonifatius Amerbach (1519), humanista y amigo del pintor. Según el historiador del arte Paul Ganz, el retrato de Amerbach marca un adelanto en su estilo, notablemente en el uso de colores puros.[21] También hizo el doble retrato de Jakob y Dorothea Meyer, un retablo de la Virgen que incluyó retratos del donante, su esposa y su hija.[22]
Asumió un número de grandes proyectos, como los muros externos de La casa de la danza y la nueva sala municipal de Basilea. Los primeros se conocen por los dibujos preparatorios.[23] Los murales de la cámara del consejo sobreviven en unos pequeños fragmentos mal conservados.[24] Holbein también produjo una serie de pinturas religiosas y diseñó cartones para vidrieras.[25]
Afectado por la Reforma
Entre 1523 y 1526 aumentó su actividad como ilustrador, realizando trabajos para el editor Johann Froben. Realizó una serie de 51 dibujos sobre el tema alegórico medieval de la danza macabra (Danza de la Muerte),[26] cuya autoría se dice que en un principio se encubrió para evitar represalias por sus ataques a la Iglesia. De dicha serie se conocen varias versiones grabadas, siendo la principal la impresa en Lyon en 1538. Realizó otros grabados: los Iconos (ilustraciones del Antiguo Testamento),[27] y la portada para la traducción alemana de la Biblia de Martín Lutero.[28] A través de este medio, Holbein refinó su forma de captar los efectos expresivos y espaciales.[29]
La Muerte y el médico, de la Danza de la Muerte (1538).En 1523, Holbein pintó los primeros retratos del gran estudioso renacentista Erasmo, quien requería parecidos para enviar a sus amigos y admiradores por toda Europa.[30] Estas pinturas hicieron de Holbein un artista internacional. Holbein visitó Francia en 1524, probablemente para buscar trabajo en la corte de Francisco I.[31] Cuando Holbein decidió buscar empleo en Inglaterra en 1526, Erasmo lo recomendó a su amigo el estadista y erudito Tomás Moro.[32] "Las artes se están congelando en esta parte del mundo," escribió, "y él estaba en camino a Inglaterra a recoger algunos ángeles".[33]
Retrato de Tomás Moro, 1527. Óleo y temple sobre tabla de roble, colección Frick, Nueva York .[editar] Inglaterra, 1526–1528La austeridad preconizada por la Reforma se fue apoderando de la sociedad suiza y disminuyó el mecenazgo artístico, por lo que, a pesar de su prestigio, Holbein se vio obligado a marcharse a Inglaterra en busca de nuevos encargos. Holbein hizo un alto en Amberes, donde compró varios paneles de roble y pudo haber conocido al pintor Quentin Matsys.[34] Llegó a Londres en 1526 con cartas de presentación escritas por Erasmo de Rotterdam, entonces ya su amigo y protector, para importantes personajes de la época a los que habría de retratar y entre los que se incluye Tomás Moro. Éste le dio la bienvenida a Inglaterra y le encontró una serie de encargos. "Tu pintor, mi muy querido Erasmo," escribió, "es un artista maravilloso".[35] Holbein pintó un famoso retrato de Moro y otro de Moro con su familia. El retrato de grupo, original en su concepción, es conocido sólo a partir de un esbozo preparatorio y copias de otra mano.[36] Según el historiador de arte Andreas Beyer, "ofreció un preludio de un género que sólo obtendría una verdadera y generalizada aceptación en la pintura holandesa del siglo XVII".[37] Se conservan también siete estudios de miembros de la familia Moro.[38]
El Cristo muerto de Holbein.
Durante esta primera estancia en Inglaterra, Holbein trabajó ampliamente para un círculo humanista con lazos a Erasmo. Entre sus encargos estuvo el retrato de William Warham, arzobispo de Canterbury, quien era propietario de un retrato de Holbein de Erasmo.[39] Holbein hizo en 1528 el Retrato de Nicolas Kratzer, protagonizado por el astrónomo y matemático bávaro Nicholas Kratzer, un tutor de la familia Moro cuyas notas aparecen en el esbozo de Holbein para su retrato de grupo.[40] Aunque Holbein no trabajó para el rey durante esta visita, pinto los retratos de cortesanos como Henry Guildford y su esposa Lady Mary,[41] y de Anne Lovell, recientemente identificado como el tema de Dama con una ardilla y un estornino.[42] En mayo de 1527, "Master Hans" también pintó un panorama del asedio de Thérouanne para la visita de los embajadores franceses. Con Kratzer, ideó un techo cubierto de signos planetarios, bajo el cual cenaban los visitantes.[43] El cronista Edward Hall describió el espectáculo como que mostrana "toda la Tierra, rodeada por el mar, como un auténtico mapa o carta".[44]
Basilea, 1528–1532
El 29 de agosto de 1528, Holbein compró una casa en Basilea, en St Johanns-Vorstadt. Presumiblemente regresó a casa para conservar su ciudadanía, puesto que sólo le habían autorizado a ausentarse durante dos años.[45] Enriquecido por su éxito en Inglaterra, Holbein compró una segunda casa en la ciudad en 1531.
La familia del artista, c. 1528. Óleo y temple sobre papel, cortado y montado sobre tabla. Museo de Bellas Artes.Durante este período en Basilea, pintó a La familia del artista, mostrando a Elsbeth, con los dos hijos mayores de la pareja, Philipp y Katherina, evocando imágenes de la Virgen con Niño y san Juan Bautista.[46] El historiador de arte John Rowlands ve esta obra como "uno de los retratos más conmovedores en el arte, de un artista, también, que siempre caracterizó a sus modelos con una compostura contenida".[47]
Basilea se había convertido en una ciudad turbulenta en la ausencia de Holbein. Los reformadores, inspirados por las ideas de Zwinglio, llevaron a cabo actos iconoclastas y prohibieron las imágenes en las iglesias. En abril de 1529, el librepensador Erasmo se sintió obligado a abandonar su anterior refugio en beneficio de Friburgo de Brisgovia.[48] Los iconoclastas probablemente destruyeron parte de la obra artística religiosa de Holbein, pero se desconocen los detalles.[49] La evidencia sobre las creencias religiosas de Holbein es fragmentaria y nada concluyente. "El lado religioso de sus pinturas siempre ha sido ambigua," sugiere el historiador del arte John North, "y así permaneció".[50] Según un documento recogido para asegurar que los principales ciudadanos suscribían las nuevas doctrinas: "Master Hans Holbein, el pintor, dice que nosotros debemos estar mejor informados sobre la santa (mesa) antes de acercarnos a ella".[51] En 1530, las autoridades llamaron a Holbein para explicar por qué no había acudido a la comunión reformada.[52] Poco después, sin embargo, fue incluido entre aquellos "que no tienen objeciones serias y desean seguir adelante con otros cristianos".[53]
Holbein evidentemente conservó el favor bajo el nuevo orden. El consejo reformista le pagaron 50 florines y le encargaron la ampliación de una obra anterior, Justicia (1521-1522), con la que había decorado la sala del consejo del Ayuntamiento. La ampliación de esta serie de frescos refleja su continuo crecimiento como artista; las nuevas composiciones, menos abigarradas que las ya existentes, logran un impacto de mayor dramatismo que las anteriores. Ellos eligieron ahora temas del Antiguo Testamento en lugar de las previas historias de la historia clásica y alegorías. Los frescos de Holbein de Rehoboam y del encuentro entre Saúl y Samuel estaban más sencillamente dibujados que sus predecesores.[54] Por desgracia, no se conserva intacto ninguno de los muchos grandes frescos que realizó en dicho ayuntamiento, en Inglaterra y en Alemania. Debe juzgarse su belleza partiendo de los bocetos y de las copias que artistas posteriores hicieron de sus frescos.
Holbein trabajó para clientes tradicionales al mismo tiempo. Su antiguo patrón Jakob Meyer le pagó para añadir figuras y detalles al retablo de familia que había pintado en 1526. El último encargo de Holbein en este período fue la decoración de dos caras de reloj en la puerta de la ciudad en 1531.[47] Los reducidos niveles de mecenazgo en Basilea pueden haber impulsado su decisión de volver a Inglaterra a principios del año 1532.[55]
Inglaterra, 1532–1540
Dobre retrato de Jean de Dinteville y Georges de Selve ("Los embajadores"), 1533. Óleo y temple sobre roble, National Gallery (Londres).En 1532 volvió a instalarse en Londres, donde finalmente consiguió cimentar su carrera como maestro retratista. El entrono político y religioso de Inglaterra estaba cambiando radicalmente.[56] En 1532, Enrique VIII estaba preparándose para repudiar a la reina Catalina de Aragón y casarse con Ana Bolena, desafiando al papa.[57] Entre aquellos que se oponían a las acciones de Enrique estaba el anterior mecenas de Holbein, Tomás Moro, quien dimitió como Lord Canciller en mayo de 1532. Holbein parece que se distanció del medio humanista de Moro en esta cisita, y, según Erasmo, "decepcionó a aquellos a quienes él había sido recomendado".[58] El artista en lugar de ello, encontró el favor dentro de los nuevos círculos radicales de poder de la familia Bolena y Thomas Cromwell. Cromwell se convirtió en secretario del rey en 1534, controlando todos los aspectos del gobierno, incluida la propaganda artística.[59] Moro fue ejecutado en 1535, junto con John Fisher, cuyo retrato también había hecho Holbein.[60]
Los encargos de Holbein en las primeras etapas de su segundo período inglés incluyó retratos de comerciantes luteranos de la Liga Hanseática. Los comerciantes vivían y comerciaban en el Steelyard o Stalhof, un complejo de almacenes, oficinas y viviendas en la orilla septentrional del Támesis. Holbein alquiló una casa en la cercana Maiden Lane. Hizo el retrato de sus clientes en una amplia variedad de estilos. Su Retrato del mercader Gisze, protagonizado por Georg Gisze de Danzig, hermano de Tiedemann Giese muestra al comerciante rodeado con símbolos de su comercio, exquisitamente pintados. Su retrato de Derich Berck de Colonia, por otro lado, es clásicamente simple, posiblemente influido por Tiziano.[61] Para la sala de la cofradía del Steelyard Holbein pintó dos monumentales alegorías, "El triunfo de la riqueza" y "El triunfo de la pobreza", ambas hoy perdidas. Los comerciales encargaron a Holbein una escena callejera del monte Parnaso para la procesión de la víspera a la coronación de Ana Bolena de 31 de mayo de 1533.[62]
Holbein también retrató a varios cortesanos, terratenientes y visitantes durante esta época. Su pintura más famosa, y quizás la más grande, de esta época, fue Los embajadores. Sus retratos a tamaño real de Jean de Dinteville, un embajador de Francisco I de Francia en 1533, y Georges de Selve, obispo de Lavaur, quien visitó Londres el mismo año.[63] La obra incorpora símbolos y paradojas, incluyendo un cráneo anamórfico (distorsionado). Según los eruditos, codifica referencias enigmáticas al aprendizaje, la religión, mortalidad e ilusión en la tradición del Renacimiento nórdico.[64] Los historiadores de arte Oskar Bätschmann y Pascal Griener sugieren que en Los embajadores "Las ciencias y las artes, objetos de lujo y gloria, se miden contra la grandeza de la Muerte".[65]
No sobreviven retratos seguros de Ana Bolena realizados por Holbein, quizá debido a que su memoria fue eliminada después de ser ejecutada por traición, incesto y adulterio en 1536.[66] Que Holbein trabajara directamente para Ana y su círculo está, sin embargo, claro.[67] Diseñó una copa grabada con su diseño de un halcón sobre rosas, así como joyería y libros relacionados con ella. También esbozó varias mujeres de su séquito, incluída Jane Parker, la cuñada de Ana.[68] Al mismo tiempo, Holbein trabajó para Thomas Cromwell al tiempo que éste ideaba la reforma de Enrique VIII. Cromwell encargó a Holbein la producción de imágenes reales y reformistas, incluyendo grabados anticlericales y la portada de la traducción inglesa de Myles Coverdale de la Biblia. Enrique VIII se había embarcado en un grandioso programa de mecenazgo artístico. Sus esfuerzos de glorificar a su nuevo estatus como Cabeza Suprema de la Iglesia culminaron en la construcción del Nonsuch Palace, comenzado en 1538.[69]
Hacia 1536, fue nombrado pintor de corte de Enrique VIII con un salario anual de 30 libras, aunque él nunca fue el artista mejor pagado de la nómina real.[70] El real "pictor maker", Lucas Horenbout, ganaba más y otros artistas continentales trabajaron para el rey.[71]
Retrato de Enrique VIII (Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid).En 1537, Holbein pintó lo que se ha convertido quizás en su más famosa imagen: Enrique VIII de pie en una pose heroica con sus pies plantados separadamente.[72] Ha sobrevivido la sección izquierda de un cartón de Holbein para una pintura sobre pared a tamaño natural en el Palacio de Whitehall, mostrando al rey en esta pose, con su padre detrás de él. El propio mural, que también representó a Juana Seymour e Isabel de York, fue destruido por el fuego en 1698. Se conoce a partir de grabados y por una copia de 1667 de Remigius van Leemput.[73] Un retrato de medio cuerpo, más temprano, muestra a Enrique en una pose similar,[74] pero todos los retratos de cuerpo entero de él basados en el modelo Whitehall son copias.[75] La figura de Juana Seymour en el mural se relaciona con el esbozo y pintura de ella realizados por Holbein.[76]
Retrato de Eduardo VI de niño, c. 1538. Óleo y temple sobre roble, National Gallery of Art (Washington), Washington D. C.Juana murió en octubre de 1537, poco después de haber dado a luz al único hijo de Enrique, el futuro Eduardo VI. Alrededor de dos años más tarde, Holbein pintó un retrato del príncipe, cogiendo un sonajero con forma parecida a un cetro.[77] El último retrato de Holbein de Enrique, que data de 1543 y que quizá terminaron otros, representa al rey con un grupo de barber surgeons.,[78]
Los bocetos preliminares de dichas pinturas, en los que combinaba tiza (gis) y tinta con otros medios, se cuentan entre sus obras más preciadas. Bastantes de estos dibujos fueron reproducidos en grabado por Wenzel Hollar, en el siglo XVII. La colección real del castillo de Windsor posee 87 de los dibujos realizados por Holbein.
El estilo retratístico de Holbein se alteró después de que él entró al servicio de Enrique. Se centró más intensamente en las caras y en la ropa de sus modelos, omitiendo ambientaciones en tres dimensiones.[79] Holbein aplicó su artesanal y limpia técnica tanto a retratos en miniatura como el de Jane Small, y grandes retratos, como el de Cristina de Dinamarca. Holbein ciajó con Philip Hoby a Bruselas y esbozó a Cristina en 1538 para el rey, quien estuvo alabando a la joven ciuda como una novia en perspectiva.[80] John Hutton, el embajador inglés en Bruselas, consideró el dibujo de otro artista de Cristina como "sloberid" (slobbered) en comparación con el de Holbein.[81] En opinión de Wilson, el posterior retrato al óleo de Holbein es "la más encantadora pintura de una mujer que él nunca ejecutó, lo que quiere decir que es uno de los mejores retratos fgemeninos jamás pintados".[82] El mismo año, Holbein, de nuevo escortado por el diplomático Hoby, fue a Francia para pintar a Luisa de Guisa y Ana de Lorena para Enrique VIII. Ningún retrato de estas primas ha sobrevivido.[83] Holbein encontró tiempo para visitar Basilea, donde fue festejado por las autoridades y se le dio una pensión.[84] En su camino de regreso a Inglaterra, puso a su hijo Philipp como aprendiz con el orífice nacido en Basilea Jacob David en París.[85]
Holbein pintó a Ana de Cléveris, elegida como esposa de Enrique, en Düren en el verano de 1539, de frente y con un elaborado vestuario.[86] "Hans Holbein," señaló el enviado inglés Nicholas Wotton, "ha tomado las efigies de mi señora Ana y la señora Amelia (hermana de Ana) y ha expresado sus imágenes de manera muy vivaz".[87] Enrique quedó desilusionado con Ana en carne y hueso, sin embargo, y se divorció de ella después de un matrimonio breve y no consumado. La tradución de que el retrato de Holbein halagaba a Ana deriva del testimonio de Sir Anthony Browne. Dijo que él se quedó decepcionado por su apariencia en Rochester tras haber visto sus pinturas y oyó anuncios de su belleza, de tal manera que su cabeza cayó.[88] Nadie más que Enrique describió jamas a Ana como repugnante.[89]
Últimos años y muerte, 1540–1543
Mientras Holbein trabajaba en otro retrato del rey Enrique, murió en Londres en 1543 durante una epidemia de peste. Hizo su testamento el 7 de octubre de 1543, y un documento adjunto, datado el 29 de noviembre, le describe como recientemente fallecido.[90]
Holbein habñia sobrevivido hábilmente a la caída de sus dos primeros grandes patronos, Tomás Moro y Ana Bolena, pero el repentino arresto y ejecución de Cromwell basándose en falsos cargos de herejía y traición en 1540 sin duda dañaron su carrera.[91] Aunque Holbein conservó su posición como Pintor del Rey, la muerte de Cromwell dejó un vacío que ningún otro patrón pudo llenar.
Diseño para Clocksalt de Anthony Denny, 1543. Pluma y tinta negra sobre papel con lavado gris, y lavado rojo en la brújula, Museo Británico, Londres.[92]Aparte de rutinas oficiales diarias, Holbein ahora se dedicó a encargos privados, volviendo de nuevo a los retratos de los comerciantes del Steelyard. También pintó algunas de sus mejores miniaturas, incluyendo algunas de Henry Brandon, segundo duque de Suffolk, y Charles Brandon, tercer duque de Suffolk, hijos del amigo del rey Enrique VIII, Charles Brandon, el primer duque de Suffolk, y su cuarta esposa, Catherine Willoughby. Holbein consiguió asegurar encargos entre aquellos cortesanos que ahora disfrutaban del poder, en particular de Anthony Denny, uno de los dos principales caballeros de la cámara real. Se hizo suficientemente cercano a Denny para tomarle dinero a préstamo.[93] Pintó el retrato de Denny en 1541 y dos años más tarde diseñó un clock-salt para él. Denny formaba parte del círculo que ganó influencia en 1542 tras el fracaso del matrimonio de Enrique con Catalina Howard. El matrimonio del rey en julio de 1543 con la reformista Catalina Parr, a cuyo hermano había pintado Holbein en 1541, estableció al partido de Denny en el poder.
Holbein pudo haber visitado a su esposa e hijos a finales de 1540, cuando su permiso para estar ausente de Basilea terminaba. No tiene obra datada en este período, y las autoridades de Basilea le pagaron seis meses de salario por adelantado.[94] El estado del matrimonio de Holbein ha intrigado a los estudiosos, que basan sus especulaciones en evidencias fragmentarias. Aparte de una breve visita, Holbein había vivido separado de Elsbeth desde 1532. Su testamento revela que tuvo dos niños en Inglaterra, de quienes nada se sabe excepto que estaban al cuidado de un aya.[95] La infidelidad de Holbein a Elsbeth pudo no ser nueva. Algunos estudiosos creen que Magdalena Offenburg, la modelo para la Virgen de Darmstadt y para dos retratos pintados en Basilea, fue por un tiempo la amante de Holbein.[96] Otros rechazan la idea.[97] Uno de los retratos fue de Lais de Corinto, amante de Apeles, el famoso artista de la antigüedad griega cuyo apodo recibió Holbein en círculos humanistas.[98] Sea cual fuere el caso, es probable que Holbein siempre sostuvier a su esposa y sus hijos.[99] Cuando Elsbeth murió en 1549, estaba en buena posición y todavía era propietaria de muchas de las bellas ropas de Holbein; por otro lado, ella había vendido su retrato antes de su muerte.[100]
Hans Holbein murió entre el 7 de octubre y el 29 de noviembre de 1543 a los 45 años de edad. Karel van Mander afirmó a principios del siglo XVII que él murió por la peste. Wilson considera la teoría con precaución, puesto que los amigos de Holbein acudieron a su lecho de muerte; y Peter Claussen sugiere que él murió por una infección.[101] Describiéndose a sí mismo como "servidor de la majestad del rey", Holbein había hecho su testamento el 7 de octubre en su casa de Aldgate. El orfebre Juan de Amberes y unos pocos vecinos alemanes firmaron como testigos.[102] Holbein puede haber tenido cierta prisa, pues no fue testigo del testamento un abogado. El 29 de noviembre, Juan de Amberes, el protagonista de varios retratos de Holbein, legalmente emprendió la administración de los últimos deseos del artista. Presumiblemente pagó las deudas de Holbein, adoptó medidas para el cuidado de los dos hijos del pintor, y vendió y dispersó sus efectos, incluyendo muchos dibujos preliminares que han sobrevivido. El lugar de la tumba de Holbein se desconoce y puede que nunca se marcase.
Síntesis de su obra
Holbein alcanzó una gran fama gracias a sus retratos realistas de personas y grupos, el detallismo de la piel, el pelo, los ropajes y la ornamentación, así como el talento para representar con exactitud cada una de las diferentes texturas, que no disminuían ni iban en detrimento de las características esenciales y de dignidad de sus retratados. Tal fue el realismo de su obra que su influencia sobrepasó los límites de la pintura. La pintura del Cristo Sepultado causó gran influencia en el escritor ruso Fëdor Dostoyevsky, tanto así que lo inspiró en su novela El Idiota.
Holbein también realizó miniaturas y contribuyó al gran arte renacentista de la pintura sobre vidrio con numerosos dibujos.
·         Pieter Brueghel
La biografía de Pieter Brueghel el Viejo presenta lagunas debido a la ausencia de fuentes escritas. Los historiadores a menudo, se ven reducidos a formular hipótesis. Entre otros datos, el lugar y la fecha de su nacimiento se prestan a menudo de conjeturas. Karel van Mander dice que nació «cerca de Breda en el pueblo cuyo nombre tomó para transmitirlo a sus descendientes». Sin embargo, había dos puebles con el nombre de Brueghel o Brogel, uno en el Brabante Septentrional a unos 55 km de la actual villa holandesa de Breda, y el otro –que era doble y se denominada Grote (Gran) Brogel y Kleine (Pequeño) Brigel- estaba situado en el actual Limburgo belga, alrededor de 71 km de Breda, y perteneciente en aquella época al principado de Lieja. Diversos biógrafos e historiadores han establecido posteriormente que Kleine-Brogel y Grote-Brogel estaban a alrededor de 5 km de Brée que, en el siglo XVI, se llamaba Breede, Brida o en latín Breda. Van Mander no habría pensado en que Breda en Brabante pudiera se confundida con Breede-Brida-Breda en Limburgo. El problema no está resuelto.[2]
Para calcular la fecha de su nacimiento se tienen en cuenta dos hechos. El primero, que se sabe cuándo murió, en 1569, y que se produjo «en la flor de la vida» (medio aetatis flore) lo que quiere decir entre los 35 y 45 años. El segundo, que fue admitido como maestro en los liggeren («registros») del gremio de San Lucas en Amberes en 1551,[3] siendo así que esto solía ocurrir entre los 21 y 25 años.[4] Con ello se puede situar la fecha de nacimiento de Brueghel entre 1525 y 1530, por lo que es un contemporáneo de Felipe II de España.
También es insegura la ortografía exacta de su apellido, siendo las formas más frecuentes Brueghel, Bruegel y Breugel.[5] Tampoco es seguro que adoptase ese apellido por ser el del lugar de nacimiento, porque para el siglo XVI ya existían los apellidos como nombres de familia.
Carrera
Cazadores en la nieve, (1565)Siempre según van Mander,[7] fue aprendiz de Pieter Coecke van Aelst, artista cultivado, decano del gremio de artistas, a la vez pintor y arquitecto y con cuya hija Mayke terminó casándose. Prácticamente desconocido en su etapa de formación, los únicos datos sobre su vida y su carrera nos los ofrece una biografía de 1609, que le presenta como un ignorante dedicado a la pintura cómica. Sin embargo, parece suficientemente demostrado que fue un hombre de cierta cultura, puesto que conoció a estudiosos y científicos de su país. En 1551 fue aceptado como maestro en el gremio de pintores de Amberes.
Entre 1551 y 1553 viajó por Francia e Italia. En Roma pudo trabajar con el miniaturista Giulio Clovio. Permaneció una temporada en el taller de un maestro siciliano. Algunos de los cuadros que ilustran este viaje son Combate en el puerto de Nápoles, la escena de La caída de Ícaro y El suicidio de Saúl, así como algunos dibujos. Al hacer el viaje, tuvo que atravesar los Alpes, realizando una importante colección de dibujos sobre su paisaje. Parece que el viaje, más que para formarse, fue para realizar dibujos de paisajes italianos y alpinos que el grabador Hieronymus Cock pudiera reproducirlos en grabado.[8]
Entre 1555 y 1563 se estableció en Amberes, donde trabajó para el editor Hieronymus Cock, haciendo dibujos preliminares para una serie de grabados. Allí frecuentó un círculo de artistas y eruditos humanistas como el mecenas Nicolas Jonghelinck que tenía dieciséis de sus obras. Se sabe que fue amigo del cartógrafo Abraham Ortelio, quien escribió algunas conmovedoras líneas en su memoria.
En 1562, a petición de su futura suegra,[10] se trasladó a Bruselas, al barrio de Marolles, en el número 132 de la calle principal (rue Haute) en una casa con tejados escalonados de estilo medieval flamenco típico del siglo XVI. En la iglesia de Nuestra Señora de la Capilla (Notre-Dame de la Chapelle o Kapellekerk) se casó, en el año 1563, con Mayken Coecke, hija de su maestro Pieter Coecke van Aelst.
En 1564 nació el primogénito de sus hijos, Pieter Brueghel el Joven, llamado Brueghel d'Enfer («del Infierno»). La situación política y religiosa en Flandes se está deteriorando. En 1567 el duque de Alba inició una sangrienta campaña de represión contra los rebeldes. Su segundo hijo, Jan Brueghel el Viejo, llamado Brueghel de Velours («de Terciopelo») nació en 1568, el mismo año de la ejecución de los condes de Egmont y de Horn. Parece seguro que Brueghel el Viejo fue protegido por el gobernador de los Países Bajos españoles, Granvela, coleccionista de sus obras. Sus dos hijos, Pieter y Jan, se convirtieron en pintores, pero ninguno de ellos fue discípulo de su padre, ya que este falleció cuando ambos era aún niños. Según Karel van Mander, es probable que fueran instruidos por su abuela Mayken Verhulst van Aelst, quien también era un artista. Jan Brueghel siguió los pasos de su padre y se convirtió en pintor, especializándose en paisajes; en cambio Pieter Brueghel el Joven se dedicó a la escritura. Los dos se destacaron mucho en lo que hicieron ya que tenían el talento de sus padres.
Otros miembros de la familia fueron Pieter van Aelst y la ya mencionada Mayken Verhulst (suegro y suegra de Pieter Brueghel el Viejo), Jan van Kessel, padre (nieto de Jan Brueghel el Viejo) y Jan van Kessel, el Mozo. A través de David Teniers, la familia está también emparentada con toda la familia Teniers de pintores y la familia Quellinus de pintores y escultores, puesto que Jan-Erasmus Quellinus se casó con Cornelia, hija de David Teniers el Joven.
Se sabe muy poco de la personalidad de Brueghel, aparte de estas pocas líneas de Carel van Mander: «Era un hombre tranquilo, sabio y discreto, pero en compañía, era divertido y le gustaba asustar a la gente o sus aprendices con historias de fantasmas y cientos de otras diabluras.»
La vida social de Brueghel se extendió mucho más allá del círculo intelectual, asistiendo voluntariamente a bodas campesinas a las que se hacía invitar como «pariente o paisano» de los esposos. Recibió el apodo de «Brueghel campesino» o «Brueghel el Campesino» por su supuesta práctica de vestirse como un campesino para mezclarse en las bodas y otras celebraciones, obteniendo así inspiración y detalles auténticos para sus pinturas de género. También se ha indicado que el origen de este apodo viene de sus representaciones de la vida campesina
Van Mander cuenta algunas anécdotas, un poco fantasiosas, como su intromisión en el matrimonio con su amigo Hans Frankaert, joyero de Amberes: «En compañía de Franckert, a Brueghel le gustaba visitar a los campesinos, en las bodas o ferias. Los dos hombres se vestían como los campesinos, e incluso como los demás invitados llevaban regalos, y se comportaban como si pertenecieran a la familia o pertenecían al círculo de uno u otro de los esposos. Le encantaba observar las costumbres de los campesinos, sus modales en la mesa, bailes, juegos, formas de cortejo, y todas las bufonadas que podían ofrecer, y que el pintor supo reproducir, con gran sensibilidad y humor, con el color, tanto a la acuarela como al óleo, siendo muy versado en las dos técnicas. Conocía bien el carácter de los campesinos y campesinas de Kempen y de sus alrededores. Sabía cómo se visten al natural y pintar sus gestos groseros cuando bailaban, caminaban o se quedaban en pie mientras se dedicaban a tareas diferentes. Dibujaba con convicción extraordinaria y dominaba particularmente bien el dibujo a pluma.»
Brueghel murió en Bruselas en septiembre de 1569 y fue enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de la Capilla en Bruselas.
La torre de Babel (Brueghel)
La pequeña torre de babel, h. 1563, óleo sobre tabla, 60 cm x 74,5 cm, Museum Boymans-van Beuningen, Rótterdam.La torre de Babel es una pintura de Pieter Brueghel el Viejo, actualmente localizada en el Museo de Historia del Arte de Viena, el Kunsthistorisches, en Viena, Austria. Se trata de un óleo sobre madera de roble con unas dimensiones de 114 centímetros de alto y 154 de ancho. Fue ejecutada en el año 1563.
Su tema es la construcción de la torre de Babel que, según la Biblia, fue una torre construida por la Humanidad para alcanzar el cielo. Según el Génesis, Yahvé confundió la lengua de los hombres, lo que les llevó a dejar la torre inacabada y a que se marcharan en todas direcciones.[1]
Es un tema que ya había sido tratado con anterioridad, desde los libros iluminados del siglo VI. Se retoma en el siglo XVI como símbolo del orgullo humano,[1] advirtiendo de sus peligros, así como del fracaso de la racionalidad clásica frente a lo divino. Es así una alegoría del orgulloso imperio internacional de los Habsburgo basado sobre una fe unificada y del estado constituido por banqueros, ministros, clérigos, soldados y pensadores humanistas sicofantes sometidos a tal proyecto.
El centro del cuadro lo domina la torre a medio construir, dentro de un amplio paisaje panorámico. El pintor adopta un punto de vista muy alto. En la parte superior de la torre, la presencia de una nube simboliza la pretensión de que querían alcanzar con ella el cielo.[1]
La descripción de la arquitectura de la torre por Brueghel, con sus numerosos arcos y otros ejemplos de ingeniería romana hacen pensar de manera deliberada en el Coliseo[1] que representaba para los cristianos de la época el símbolo de la desmesura y de la persecución. De la Arquitectura de la Antigua Roma parece también provenir la mampostería de ladrillo, recubierta en el exterior por muros de sillería.[1]

Es interesante constatar que la pintura de Brueghel parece atribuir el fracaso de la construcción a problemas de ingeniería estructural más que a diferencias lingüísticas de origen divino. Aunque a primera vista la torre parece constituida por una serie establece de cilindros concéntricos, un examen más atento demuestra la evidencia que algún piso no reposa sobre una verdadera horizontal; la torre está más bien construida como una espiral ascendente. Los arcos son sin embargo construidos perpendicularmente al suelo inclinado, lo que los hace inestables, algunos ya se aplastaron. Más inquietante puede ser el hecho de que los cimientos y los pisos inferiores de la torre aún no está acabados mientras que las capas superiores ya están construidas.
El autor pintó otra obra con el mismo tema, La pequeña torre de Babel, hacia el año 1563, la cual se encuentra en el Museo Boymans-van Beuningen en Rótterdam.
 IMAGENES DE OBRAS DE REPRESENTANTES Y AUTORES DEL RENACIMIENTO: